lunes, 15 de julio de 2013

EDITORIALES









FE Y SOCIEDAD



Pbro. Enrique de Jesús Camacho Velasco


La crisis económica en cada uno


La incertidumbre es intensamente humana, pues somos criaturas de Dios. Situaciones como las que estamos viviendo ahora: crisis económica, espiral de violencia, realidad social y política incierta y llena de corrupción, epidemias, etc., nos hace experimentar una incertidumbre que nos llena de escepticismo, temor, desconfianza, desesperanza, impotencia y hasta cierto individualismo egoísta “cada quien se rasca con sus uñas”.

      Sin embargo, esta crisis económica cada uno la vive de manera diferente. No todo lo que escuchamos en los medios de información, me ocurre a mí o está presente en mi entorno inmediato. El que sea una crisis global no implica que las circunstancias sean las mismas para todos.

      La crisis económica nos lleva a reflexionar sobre la incertidumbre que nos genera, en nuestra vida diaria y en buscar caminos para conducirnos con prudencia. Un primer paso puede ser preguntarme – considerando mi contexto social, familiar e individual, es decir en mi círculo  de responsabilidad inmediata -, 
¿Qué afectación real he tenido, al día de hoy, por la crisis económica?, ¿Cuánto disminuyeron mis ingresos?; con respecto a mis gastos: ¿aumentaron en este período, permanecen iguales o disminuyeron? Reconocerme en mis circunstancias objetivas favorece mi visión de la realidad y ayuda a que mis acciones sean mejor encaminadas.

      Un segundo paso es, si yo soy creyente, incorporo esta realidad en la oración cotidiana. Al vivir estos momentos me ayudarán a identificar mis miedos y experimentar una fortaleza más allá de mis propias fuerzas.

      Ante la incertidumbre de esta crisis económica tenemos la gran oportunidad de evaluar lo cotidiano de nuestro vivir y de replantearnos el estilo de vida que queremos tener, de tal modo que nos posibilite mayor libertad, tranquilidad, sencillez y austeridad compartida, para que así colaboremos solidariamente con otros a que tengan mejores opciones de vida.

      El dinamismo de la vida nos invita a ser como dice un autor: “parecerse a los que surfean en las olas del mar. No hay olas iguales, tienen que conocerlas a cada una, a veces se tienen que agachar, en ocasiones se tienen que alzar, con frecuencia tienen que girar la tabla para un lado y enseguida para el otro. Se adaptan a la dirección y la fuerza de la ola. Aceptan el dinamismo y fluyen con él”. Por esa razón, la incertidumbre es como la ola que nos invita a no ser rígidos, a ser flexibles, a adaptarnos, a cambiar actitudes. Esto mismo hace que crezcamos como personas y sintamos la satisfacción de aprender con lo incierto.  






ALGO MÁS QUE PALABRAS




Víctor Corcoba Herrero



UNO TIENE QUE VERSE EN EL PRÓJIMO PARA QUE EL MUNDO CAMBIE


                Vivimos en un mundo cada día más desigual y, por ende, más injusto. Recientes estudios revelan situaciones verdaderamente preocupantes, debido en parte a la falta de acceso a  servicios básicos como pueden ser la educación, la salud y el empleo. Viejo problema. Cuando dejan de funcionar los programas sociales que dan ayuda financiera a las personas más vulnerables, difícilmente se puede construir un tejido armónico que nos mundialice a todos, surgirán conflictos por esa falta de compromiso con todo ser humano. No se puede especular con los derechos humanos de las gentes, en todo caso debemos profundizar en su dimensión jurídica con el fin de asegurar su pleno respeto en todo el planeta. Por otra parte, la ciudadanía tiene la obligación de participar en los asuntos públicos, con la libertad necesaria para hacer valer su voz, en plena corresponsabilidad social con todos los agentes, para edificar una sociedad más avanzada y justa. Quizás, hoy más que nunca, fruto de este mundo global, sea vital proteger a las personas que divulgan información sobre asuntos que tienen implicaciones para los derechos humanos. Desde luego, una sociedad que olvida a determinadas personas, que altera las prioridades y perturba la prestación a los servicios esenciales del ser humano, se desmorona más pronto que tarde.

                Ante las inmensas muchedumbres de gentes sumidas en la miseria más profunda, sin posibilidades de salir jamás, se debería tender a la mundialización de la inclusión social. Por desgracia, en los últimos tiempos se ha venido empeorando la situación de las personas más vulnerables, y ahora esas personas afrontan un futuro de endeudamiento e insolvencia, que tiene difícil arreglo. Los llamados trabajadores pobres, son trabajadores sin derechos, algo inaceptable, pero que cada día son más. Por consiguiente, pienso, que ante esta realidad, el mayor activo no son los políticos, sino los ciudadanos, que han de tomar las riendas para combatir la pobreza, con más y mejores puestos de trabajo. A mi juicio, son las plataformas ciudadanas las que deben luchar por una protección social auténtica, para que llegue a las personas que realmente han quedado sumidas en la exclusión. Tenemos un deber de justicia, que no es de caridad,  sino algo inherente a cada uno de nosotros, de dar a las personas que nada tienen, lo básico e indispensable para poder moverse por la vida. Nos han acostumbrado a dar migajas y de lo que se trata es de hacer justicia con aquellas personas, a los que la propia vida les ha impedido tener formación y acceso al empleo, que podíamos haber sido cualquiera de nosotros, por el hecho de nacer en una determinada zona o en un determinado país.

                Es evidente que para cambiar todo este complejo mundo hace falta la participación ciudadana, y que actúe con criterios verdaderamente democráticos, de ahí que la esfera política, hablo de la que se ha amparado en las instituciones para el lucro personal, tiene que estar mucho más controlada por esa honesta ciudadanía, que debe participar en la vida pública de manera directa y consensuada. Lo que sucede también es que hemos perdido el valor solidario entre las personas. A mi manera de ver, no hay solidaridad en un mundo injusto, en un mundo como el actual que se mueve por sentimientos superficiales, y por intereses de valor, no de bien colectivo. Por tanto, nosotros, los que vivimos en este espacio del bienestar, ciertamente somos deudores de tantas vidas truncadas, de tantos sufrimientos que se podrían haber evitado, a poco que hubiésemos profundizado en resolver los problemas sociales de nuestros semejantes. Muchas veces hemos sido cómplices de gobiernos corruptos, de riquezas mal distribuidas, de ejercicios arbitrarios e incontrolados del poder, de abusos que en absoluto se adecuan a las exigencias objetivas de la moralidad.

                A pesar de las continuas proclamaciones de buenos propósitos, todavía no hemos sabido pasar a la acción. Es un tema pendiente. El día que el ser humano se tome en serio el valor de la justicia con criterios despolitizados,  y con el discernimiento de apertura, descubriremos que todo lo tenemos que construir juntos, y es desde la unidad, la manera de avanzar en la convivencia de unos y de otros. En consecuencia, la cuestión social ha de ser vínculo profundo para salvar esa unión. Una sociedad que tiende a comercializarlo todo, que vive explotada por los agentes económicos, que no entiende de estabilidad, y mucho menos de honestidad, ha perdido toda orientación, hasta el punto que va a necesitar de una nueva brújula para retomar un crecimiento armónico. Ese nuevo compás pasa por el respeto y la consideración hacia cada uno de nosotros. Cesaría cualquier tensión racial, religiosa, política..., porque en el mundo habría una auténtica comunidad solidaria, dispuesta a entenderse y a comprenderse. Para ello, hace falta transformar conciencias, tender puentes entre el norte y el sur, oriente y occidente, converger culturas y confluir pensamientos. Hoy por hoy, los hechos están ahí, vivimos en un mundo injusto a más no poder, y lo cruel es que apenas hacemos nada por transformar modos y maneras de vivir.

                En todo caso, me parece una obligación humana que los lugares más pobres y débiles, reciban la mano tendida de los más pudientes. Sin duda, en la redistribución de los recursos de un mundo global, lo prioritario ha de ser prestar atención al sostenimiento de aquellas familias que se han quedado fuera del sistema. Lo que procede, pues, es rescatar de la miseria a las personas, y no lucrarnos de esa miseria. No es de recibo un estilo de vida basado en la especulación, en el aprovechamiento ilícito, en que prevalezca la ley del más fuerte; pienso que, con urgencia, se deben activar los acuerdos ciudadanos superando cualquier rivalidad política, con el objetivo de conseguir un grado mínimo de bienestar social para todos. Hoy el mundo se rige por los ricos, el día que se deje regir por la pobreza, estoy convencido que el futuro será colectivo y el presente también será un porvenir más justo. Al fin y al cabo, uno tiene que verse en el prójimo, próximo siempre, sea pobre o rico.
 




   CADA LUNES DESDE ALGÚN LUGAR DE JALISCO



                      ARMANDO FUENTES AGUIRRE “CATÓN”


                 Fernando F.  Velasco Villa       SDG


                También invitado por la Cámara de Comercio de Guadalajara –como Carlos Kasuga Osaka-, impartió una conferencia, uno de mis escritores favoritos: Armando Fuentes Aguirre, quien firma sus artículos humorísticos como: Catón (me autografió su último libro sobre La Otra Historia de México: “Antonio López de Santa Anna”, Ese Espléndido Bribón); y quien como en dichos artículos intercala chistes, entre sus comentarios de política, de la situación de México y de sugerencias sobre cómo mejorar.  

                Empezó comentando que las señales de la senectud en el hombre son: olvidar fechas, olvidar nombres, olvidar subir el zíper y finalmente olvidar bajar el zíper. Que el buen orador debe ser breve porque en los primeros 20 minutos mueve el intelecto, en los segundos 20 minutos mueve el corazón y en los terceros veinte minutos mueve las asentaderas. Que a un conferenciante le dijeron: ”Usted puede hablar todo el tiempo que quiera… pero nosotros a las tres nos vamos”. Advirtió: “sé que soy lo único que se interpone entre ustedes y la comida”.

                Cito a Ernesto, el chaparro Tijerina, de afortunadas frases que forman parte ya de la memoria popular, quien decía: “El dinero no compra la felicidad, sobre todo si es poco”, “El vino eleva el espíritu, convenga al cuerpo o no”, “El que se encuentra un pendejo, se encuentra un tesoro” –que una vez le dijeron: “Que buena frase, dónde la oíste, tesoro”-, “Puso en ella sus ojos, con la esperanza de poner después algo más”, Llamaba a las señoras embarazadas: “enfermas de gustos pasados”. “Hay quienes ya pasaron de la edad de la pasión, a la de la pensión”. Hablando de optimismo comentó del que se cayó de un edifico muy alto y al pasar por el piso 10, pensó: “hasta ahora, no ha pasado nada malo”; y de la gallinita que supuso que al cochino lo iban a matar porque escuchó decir al granjero: “Mañana me le das chicharrón a la gallina”. 

                Una vedette, que aunque había nacido en la capital del país, se había encariñado con Saltillo, comentó en un discurso que tenía un pie en México y otro en Saltillo, gritándole uno de los asistentes: “Quién estuviera en San Luis Potosí”.   Dios nos manda a los nietos, como premio por no haber matado a los hijos cuando eran adolescentes.  Una muchacha de muy buen ver y mejor tocar, necesitaba urgentemente mil pesos para operar a su mamá y le dijo a su jefe, de avanzada edad, que se los diera y “podrá hacer conmigo ‘lo que quiera’”, respondiéndole él, que le iba a dar quinientos pesos y “haré contigo ‘lo que pueda’”.  

                Una muchacha le preguntaba a su abuela, qué llevar a su luna de miel y le dijo: lleva una bufanda ¿una bufanda?, sí, “yo llevé un hermoso negligé y tu abuelo me hizo traerlo toda la noche de bufanda”. Dice una señora al que va a salir de cacería: “Compadre, si mata un venado me separa una pierna” “¿Y si mato dos?”.  Un norteamericano invitó a los Estados Unidos a un mexicano y le mostraba una carretera y diciéndole: “yo me encargué de la construcción de esa carretera y el 10% me quedó a mi”; nuestro paisano lo invitó a México y le preguntó: “¿ves ese helipuerto, de cuya construcción me encargué yo?”, respondiéndole el norteamericano que no veía nada “pues el 100% me quedó a mí.  

                México es un país en crisis, la existencia en algunas ciudades está resultando toda una peligrosa aventura. Apenas hace unos años empezó aquí la democracia, pero seguimos esperando que todo nos lo haga el gobierno. México tiene la forma de un cuerno de la abundancia y recibimos en abundancia recursos naturales: minerales, mantos de petróleo, bosques, costas, etc. López Portillo, afirmó que teníamos que aprender a administrar la abundancia, pero… un tipo al que le iba muy mal en los negocios, fue a ver a una bruja, quien después de analizarlo, lo dijo: ”yo quito lo ‘salado’, no lo pend___”, ¿estamos salados o somos …? Sólo en el diccionario, “éxito” viene antes que “trabajo”.  

                Hasta la próxima semana. 







DE FRENTE Y DE PERFIL 



RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 


POLÍTICOS OBESOS 


Predicar con el ejemplo debiera ser la premisa del gobierno federal en su lucha contra la obesidad, renglón en el que México ocupa el primer lugar mundial.

De otra manera es difícil que el gobierno federal concrete sus programas en contra de esta enfermedad, principalmente cuando los políticos mexicanos se significan en gran número por representar ese volumen que se considera como peligroso para la salud.

Desde hace varios lustros México lucha contra la obesidad, ascendiendo en la escala en el concierto internacional, hasta llegar a ser el primer lugar mundial en ese terreno.

Se han desarrollado algunos programas para combatir la enfermedad y la última disposición oficial, cuando menos en el Distrito Federal, fue retirar los saleros de las mesas, por considerar la sal como parte del problema.

Estudios médicos y disposiciones oficiales no parecen alterar a los políticos mexicanos, donde varios de ellos manifiestan esa misma obesidad que se combate desde los programas de gobierno.

Entre esos personajes que no son solamente obesos, sino que su volumen sobrepasa los términos medibles de obesidad se encuentran el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, así como sus colegas gobernadores de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa; Campeche, Fernando Ortega Bernés y Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, entre otros.

Los cuatro son ejemplo de lo que se busca combatir desde el gobierno mexicano, mediante políticas públicas de salud.

Pero dentro de la estructura de los tres niveles de gobierno, federal, estatal, municipal y en los Congresos, la obesidad es sumamente notoria.

Apenas el sábado pasado, el presidente Enrique Peña Nieto se pronunció en favor de la práctica deportiva, como un medio para contrarrestar la obesidad.

Peña Nieto participó en una carrera organizada por el Estado Mayor Presidencial, a la que fueron convidados los miembros del gabinete, aunque ninguno de ellos hizo acto de presencia.

Del presidente se desconocía que fuese asiduo practicante de este deporte, aunque lo hizo en buena forma, corriendo 10 kilómetros, con todo y que se había inscrito para correr solamente cinco kilómetros, dejando constancia de una buena forma física.

Por eso una de las principales tareas en el combate a la obesidad debiera ser el compromiso de alguno de estos personajes a ceñirse a esos programas, como una forma de predicar con el ejemplo y mostrar a la población que si se puede bajar los índices y que México deje ese nada honroso primer lugar mundial en población de obesos. 


PERDIÓ EL PRI 

El reconocimiento que, finalmente, hizo Fernando Castro Trenti de su derrota en los comicios del 7 de julio en Baja California, termina con el ridículo que protagonizó el dirigente nacional priista César Camacho, cuando salió, sin pruebas de ninguna clase, para anunciar un triunfo que todos sabían no habían conseguido en las urnas.

La posición del ex gobernador interino del Estado de México podría caer en lo anecdótico, aunque debe revisarse si esa misma postura será la que adoptará su partido en futuros comicios.

Si bien es cierto que el año próximo no hay comicios, también lo es que en 2015, se procederá a elegir a gobernadores en varios estados del país, en algunos de ellos con una competencia cerrada.

Para entonces también se contará con comicios concurrentes de diputados federales y la elección de gobernadores en Michoacán, Querétaro, Nuevo León, San Luis Potosí, Campeche, Sonora y Colima.

Los cuatro primeros estados, ya fueron gobernados por la oposición al PRI, siendo Querétaro una plaza en que el PAN encabezó por doce años el gobierno estatal (Ignacio Loyola Vera y Francisco Garrido), siendo esta la ocasión en que el PRI recobró la administración estatal.

Michoacán es gobernado actualmente por el PRI, pero fueron doce años en que fue desterrado del gobierno estatal y gobernado por el PRD (Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel), aunque se cuenta con una oposición fuerte tanto de derecha como de izquierda.

Nuevo León ha sabido de la alternancia, cuando Fernando Canales Clariond ganó con el emblema del PAN y derrotó a José Natividad González, quien seis años más tarde fue por la revancha y reconquistó el territorio para el partido tricolor.

San Luis Potosí ya conoció de los gobiernos del PAN, cuando Marcelo de los Santos gobernó por seis años, aunque Fernando Toranzo lo rescató seis años más tarde.

En Sonora gobierna, por primera ocasión, un mandatario ajeno al PRI, cuando sorpresivamente Guillermo Padrés, triunfó como abanderado del partido blanquiazul.

Campeche y Colima no han conocido de gobernantes ajenos al PRI, aunque los triunfos han sido sumamente difíciles, con comicios cerrados, en el caso de Campeche con PAN y PRD y en Colima con el partido blanquiazul.

Por eso es importante saber si lo de Baja California solamente fue un desliz del dirigente nacional del PRI, César Camacho, o si esta será la práctica común, cuando el partido tricolor se sepa derrotado en las urnas. 


CRISTINA DÍAZ 

La senadora Cristina Díaz Salazar es la nueva dirigente sectorial de la CNOP del PRI, sustituyendo en el cargo a Emilio Gamboa Patrón.

El llamado sector popular del PRI es de esas estructuras que ofrecen buen cobijo a los políticos, pero que en realidad no funcionan en el terreno de los hechos.

Pocos eran los que se acordaban que Gambo Patrón continuaba al frente del organismo que le sirvió de refugio cuando terminó con su larga racha de cargos públicos y en lo que se subía otra vez al presupuesto. 

Ahora le toca a la senadora Díaz Salazar encabezar dicho sector, el que puede servirle de trampolín para la candidatura al gobierno de Nuevo León en dos años más.


 


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