miércoles, 17 de julio de 2013

EDITORIALES









Sin cuchillos… por ahora





Carlos Loret de Mola


Fue dirigente nacional del PAN durante la campaña en que Vicente Fox (autoproclamado, y no respaldado por nadie hasta ahora, el mejor presidente de México) logró sacar al PRI de Los Pinos. Ahora, Luis Felipe Bravo Mena intentará organizar una reunión privada, un acercamiento discreto, no público, entre Jorge Luis Preciado y Ernesto Cordero.

La idea la sugirió el jueves por la noche Gustavo Madero, actual líder del partido, a su rival Ernesto Cordero, quien aceptó. Bravo Mena fungirá como mediador del conflicto por la sucesión en la bancada panista del Senado. Tratará de sentar algunas bases para el entendimiento entre el coordinador designado de los senadores (Preciado) y el que verdaderamente controla a la mayoría (Cordero).

El jueves pasado, la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, convocada para abordar las broncas entre panistas en el Senado, contó con la presencia de Ernesto Cordero. Según me relatan varios de los presentes, no se “acuchillaron” como era de esperarse.

A Ernesto Cordero lo defendieron Mariana Gómez del Campo y Luisa María “La Cocoa” Calderón Hinojosa, respectivamente sobrina y hermana del ex presidente Felipe Calderón, de quien Cordero es jefe de su herencia política; además de figuras como Guadalupe Suárez, Carlos Pérez Cuevas (más bien cercano a Josefina Vázquez Mota) y en alguna medida hasta Juan José Rodríguez Pratts, a quien basta escucharlo en cualquier segmento “Debatitlán” del programa de Brozo en ForoTV para descubrir que no es precisamente un afín al ex mandatario refugiado en Harvard ni a su ex secretario de Hacienda.

De acuerdo con testigos, Luis Felipe Bravo Mena y Elia Hernández condenaron las filtraciones a los medios de comunicación que exhibían los gastos administrativos de la bancada y propiciaron un clima de mayor enfrentamiento. Rubén Camarillo y José Isabel Trejo pidieron a los senadores corderistas que tuvieran una mayor coordinación con el Comité Ejecutivo Nacional.

El encuentro terminó en calma y con un comunicado de prensa muy contundente de apoyo a Ernesto Cordero. Sin embargo, por dos razones, las diferencias se mantienen (acaso intentarán no hacerlas tan públicas):

Primera, porque la pugna tiene mucho que ver con el relevo en la dirigencia nacional del PAN, este diciembre, donde los grupos se enfrentarán por el control del partido.

Y segunda, porque en estos días se espera que los senadores corderistas presenten su iniciativa de reforma política, diferente a la que ha impulsado Gustavo Madero en el Pacto por México, pues no contiene la figura de un IFE nacional y sí la segunda vuelta electoral, iniciativa que fue la gota que derramó el vaso de Madero y generó la destitución de Ernesto Cordero.


SACIAMORBOS

A Granier dicen que lo quieren expulsar del PRI, pero no se ve proceso y sigue siendo oficialmente priista. A Reynoso Femat el CEN del PAN lo trató de correr dos veces del partido pero le ganó en el tribunal federal electoral y completó su proceso de reafiliación: es oficialmente panista.





Conciliábulo político para salvar al Atlas





Jorge O. Navarro


Los jaliscienses asisten a la presentación de una película que cambia actores, pero cuenta la misma historia: dinero público para beneficiar a una institución privada.

El presidente del Club Atlas, Eugenio Ruiz Orozco, reconoció que esta institución (suspiraba por ser su presidente desde hace años) tiene un déficit financiero de $200 millones de pesos, según declaró el pasado 12 de julio.

Y tanteando a la opinión pública sugirió que podrían acudir al Gobierno del Estado para corregir lo que él denomina una situación que “no tiene ningún secreto: si gastas más de lo que entra, pues se presenta una situación como esta”.

Lo que Ruiz Orozco no precisa es que existe una negociación de varios meses atrás, eminentemente política: ya estaba acordado que él sería presidente del Club Atlas, y como resultado del conciliábulo se pactó también que para rescatar a esta institución en crisis económica contarían con el respaldo del Gobierno estatal. Lo único que esperaban era la llegada de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz al cargo; ya era gobernador electo.

La reacción social ha sido desfavorable a la causa de Ruiz Orozco. Al menos en las redes sociales se recoge un rechazo contundente a la pretensión de que el Poder Ejecutivo estatal aporte recursos para sanear el déficit financiero del Atlas.

La reacción del presidente del club ataca el lado sentimental: “el Atlas es patrimonio de la ciudad y tiene una importantísima afición”.

Se oye bien, pero este argumento no explica, y mucho menos justifica, los pactos cupulares que desembocan en la decisión —ya tomada, debe subrayarse— de destinar recursos públicos para sanear las finanzas de un club de futbol que, popular y todo (la afición futbolera es cosa que debe considerarse por separado) está diseñado como un negocio privado. Una de sus primerísimas metas, debe recordarse, es el lucro.

Por más que se intente flexibilizar el marco legal (torcer las leyes, dicen los más indignados), no hay forma de encuadrar el uso del erario en un negocio privado para corregir lo que los dueños y beneficiarios del club hicieron mal.

Ruiz Orozco insiste en que no están “pidiendo regalado nada” al Gobierno que encabeza Aristóteles Sandoval, y a cambio ofrecen “desarrollar actividades que tienen que ver con el desarrollo de la sociedad, con el bienestar de la sociedad”. Sin embargo, no dice de qué actividades se trata y olvida que a pesar de sus caritativas intenciones, los recursos del Estado están reglamentados por una ley de ingresos y un presupuesto de egresos.

El punto, sin más distractores del discurso típicamente priista de Ruiz Orozco, es que se incurre en el mismo comportamiento que se le repudió a la administración del panista Emilio González Márquez, si se sigue la costumbre de negociar entre unos pocos encumbrados el uso del dinero público para beneficio de una élite, y no para el provecho de la comunidad.









Conjeturas




Uno del PRI, otro del PAN… ¿y cuándo el del PRD?



Álvaro Cepeda Neri



Los ciudadanos ya demostraron que ante el descrédito del IFE, el Trife, la Suprema Corte, la Cofetel, el IFAI, los partidos y etc., etc., por su corrupción, resoluciones a favor de la élite del poder, y que los desgobernadores son unos pillos de siete suelas, piensan que todo está podrido en el sistema presidencial con sus satélites judicial y legislativo, tanto federal como en todas las entidades del país. Son una pandilla de ladrones y por eso es que hasta se matan para lograr el cargo. Ya tenemos, para dorarle la píldora a la opinión pública, dos ladrones en la mira de los tribunales: el tal Granier que es dueño de una fortuna en bienes muebles, inmuebles, depósitos en dólares y enriqueció a sus hijos, dejando a Tabasco en un infierno de pobreza, deudas multimillonarias, centros de salud desmantelados… en suma, con sus compinches robó todo.

Está Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes, donde fue un desgobernador. Un ladrón con impunidad. También enriqueció a su junior. Y él mismo saqueó al estado. En seis años se robó todo el dinero de los ciudadanos. Andrés Granier Melo es del PRI, pues todavía no lo expulsan no obstante la promesa del peñista César Camacho. Reynoso Femat es del PAN, donde sus senadores y cúpula partidista, con el alcohólico ex presidente Felipe Calderón, se pelean por el botín, mientras se hunde su barco para que el partido de derechas se vaya extinguiendo. Hay otros desgobernadores en la impunidad: Ulises Ruiz, de Oaxaca y Gabino Cué el sucesor con las siglas del PRD. Está Fidel Herrera, de Veracruz, quien dejó de heredero a Javier Duarte como su guardaespaldas. Está Juan Sabines Guerrero, en Chiapas. El que acaba de salir de Jalisco, Emilio González Márquez. El desgobernador de Sinaloa, Mario López Valdés. El panista ex desgobernador de Morelos. Rodrigo Medina de la Cruz de Nuevo León. Y Guillermo Padrés en Sonora, robándose, además de lo que puede a través de su hermano y cuñado, también el agua del Valle del Yaqui.

Tenemos puros rateros y delincuentes en los poderes estatales y municipales, con dos o tres excepciones que son golondrinas que no hacen verano. En Michoacán han señalado a Leonel Godoy. En la ciudad de México a Marcelo Ebrard. Y en Morelos los lujos de Graco, del PRD de Los Chuchos que tiran para el monte peñista. Para completar el ajuste de cuentas amañado –porque parece que la PGR está cubriendo a Granier, pues hay gravísimos delitos en Tabasco– se necesita a un perredista y hay de dónde escoger. Todo porque los desgobernadores roban, saquean y abusan a placer.

La Nación está inmersa en la corrupción de quienes, no son políticos, sino rateros. Son una delincuencia peor que la del narcotráfico, puesto que gozan de impunidad. De tarde en tarde pescan a uno que otro para aparentar que hay sanciones. En la Dinamarca del Hamlet de Shakespeare, “algo está podrido”. Pero en nuestro sistema político todo está podrido. Y la única alternativa es que el pueblo ejerza la democracia directa, pues la democracia representativa se sigue corrompiendo. Esto hará estalla el volcán social como en Brasil y Chile.

cepedaneri@prodigy.net.mx






De Frente y de Perfil


¿De verdad ganó el PRI?


Ramón Zurita Sahagún





Como siempre los partidos políticos hacen cuentas alegres al término de un proceso electoral.

Todos lanzan las campanas al vuelo, se consideran ganadores, hacen sus evaluaciones, realizan cuentas alegres y jamás reconocen el avance de las otras fuerzas política, ni el propio retroceso.

Donde gana reconocen que fue gracias a la democracia, donde pierden se debió a artimañas de sus oponentes.

Nunca hablan con la verdad, ni asumen su equivocación en los casos de la derrota, ni hacen autoevaluaciones sobre las razones que contribuyeron a su pérdida de las plazas.

El pasado siete de julio, el PRI se proclamó triunfador en Baja California, en un madruguete de su dirigente nacional, César Camacho, aunque en la realidad se comprobó que el ganador fue el candidato del PAN, Francisco (Kiko) Vega, quien asumirá el gobierno el primero de noviembre.

Pero el partido tricolor se consideró como el gran triunfador en los resultados electorales obtenidos en los 14 estados con comicios, aunque la realidad nos muestra que sufrió un grave retroceso, en lo que corresponde a los ayuntamientos.

El PRI ganó 462 alcaldías del total de 931 que estuvieron en juego, mientras que la alianza PAN-PRD triunfo en 166, el PAN en 111, el PRD en 42, Movimiento Ciudadano en 40 (sin alianzas), PT en 39, Nueva Alianza en 13 y el Partido Verde en 9, además de 39 ayuntamientos conquistados por partidos con registro local.

Con esos números se advierte que el PRI casi dobló el total de los triunfos obtenidos por sus adversarios.

Los priístas reconquistaron varias alcaldías perdidas en el pasado, como la capital de Oaxaca; Benito Juárez (Cancún), en Quintana Roo; Fresnillo y Guadalupe en Zacatecas y conservaron otras de vital importancia como Tijuana, Veracruz, Coatzacoalcos, Ciudad Juárez, Chihuahua, Ciudad Victoria, Torreón y Durango, entre otras.

Con los resultados obtenidos el PRI mantiene en su poder las capitales de Quintana Roo (Othón P. Blanco), Chihuahua capital; Veracruz (Xalapa); Zacatecas capital; Durango capital; Sinaloa (Culiacán); Tamaulipas (Ciudad Victoria) y reconquista la capital de Oaxaca.

A cambio de ello pierde las capitales de Tlaxcala, Aguascalientes, Baja California, Coahuila y Puebla.

En algunas triunfó el PAN y en otras la alianza PAN-PRD. De esas capitales, solamente Puebla era gobernada por un militante blanquiazul y todas las demás por priístas.

Si se pasa a revisión, se observará que el PRI recuperó Oaxaca, pero dejó ir Mexicali, Aguascalientes, Saltillo y Tlaxcala, en cuanto a capitales se refiere.

Pero los candidatos de Acción Nacional también recuperaron plazas importantes que alguna vez gobernaron como son los casos de Boca del Río (emblemática para el partido blanquiazul) y Córdoba, en el estado de Veracruz.

Es cierto que los priístas reconquistaron, luego de dos trienios, Benito Juárez (Cancún) principal sitio turístico del país, pero en cambio fueron desplazados de ayuntamientos importantes como son los puntos fronterizos de Nuevo Laredo y Matamoros, en Tamaulipas.

Aguascalientes representó un tropiezo terrible para los priístas, ya que perdieron los principales ayuntamientos, ya que de un total de 11, los tricolores gobernarán solamente 3.

En Baja California no les fue tan mal, ya que mantuvieron tres alcaldías, entre ellas la principal (Tijuana), pero perdieron el gobierno estatal y el ayuntamiento capitalino de Mexicali y el de menor importante de Playas de Rosario. En total de cinco presidencias municipales, el PRI mantiene tres.

Coahuila parece ser un estado que ratificó su priísmo, con la victoria en el principal ayuntamiento (Torreón) y 27 victorias de un total de 38 en disputa, pero el panismo conquistó la capital (Saltillo), además de los importantes Monclova y Ciudad Acuña.

Chihuahua sí se puede determinar como territorio priísta, ya que de 67 ayuntamientos, el tricolor venció en 50, incluidos los principales como Juárez y la capital.

Durango es otra entidad que ratificó ser un bastión del PRI, con triunfos en 32 de las 39 alcaldías, incluida la capital.

Oaxaca muestra que de 153 ayuntamientos con elección directa, el PRI ganó en 57, incluida la capital, lo que es un buen número si se toma en cuenta que el gobierno estatal se encuentra en manos de un adversario del partido tricolor.

Puebla representó una masacre para el priísmo, ya que de 217 alcaldías, los priístas ganaron en solamente 81, siendo Tehuacán su principal triunfo. Perdieron la capital, Huauchinango, San Andrés y San Pedro Cholula, entre otros.

Quinta Roo resurgió como un bastión priísta, con triunfos en los 10 ayuntamientos para sus candidatos, recuperando el principal sitio turístico del país (Cancún).

Sinaloa dejó en claro su priísmo, aunque se deduce que ayudado desde el gobierno estatal que encabeza el ex priísta Mario López. Los priístas sufrieron nuevo traspiés en Mazatlán, donde el gobierno es panista y seguirá siéndolo. De 18 alcaldías los tricolores triunfaron en 15.

Tamaulipas deja un escenario dudoso para el priísmo, ya que ganaron en 35 de los 43 ayuntamientos, pero dejaron ir los puntos fronterizos de Matamoros y Nuevo Laredo.

Tlaxcala resultó brutal para el priísmo que perdió la capital del estado y de 60 presidencias municipales, solamente ganó en 16.

Veracruz fue un oasis para los priístas, aunque perdieron Boca del Río y Córdoba. De 212 ganaron en 97 los priístas, incluidas las principales ciudades.

Zacatecas fue el resurgimiento priísta con triunfos en 36 de las 58 alcaldías.

Con estos números, ¿de verdad ganó el PRI?

AGUILAR BODEGAS

Ante la permanencia de grandes diferencias entre los priístas tabasqueños y las fisuras tan abiertas que tiene el partido tricolor en esa entidad, se optó por designar al chiapaneco José Antonio Aguilar Bodegas como presidente en funciones.

Aguilar Bodegas fue candidato perdedor del PRI al gobierno de Chiapas en 2006 y busca reinsertarse en actividades partidistas de primer nivel.

email: ramonzurita44@hotmail.com

email: zurita_sahagun@hotmail.com





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinion es muy valorada