lunes, 31 de diciembre de 2012

EDITORIAL


Veneno Puro

Rafael Loret de Mola

*Colas de Huracán
 
*Protocolo Priísta
 
*Con Mala Conducta
 
Lo mejor del 2012 fue que la derecha cayó de manera estrepitosa luego de 12 años de ineficacia, torpezas multiplicadas y crímenes sin seguimiento alguno –entre los 83 mil registrados hasta los 130 mil presumibles de acuerdo a las distintas versiones que se manejan-. Pese a ello, y la rotundidad de los hechos execrables, el ex presidente calderón –minúscula-, va y viene de Harvard o de Cataluña, donde fincó gracias a los buenos oficios del catalán Antonio Solá a quien se “regaló” la nacionalidad mexicana en vez de declararlo persona non grata por cuanto a sus intromisiones insolentes e ilegales en las contiendas electorales de nuestro país, reuniéndose con sus escuderos “leales” para asegurarles que nadie osará tocarlo aunque él “ponga piedras”, todas las posibles, a su sucesor priísta.
 
Lo anterior sólo puede comprenderse con la preeminencia de un poder superior al presidencial, incluso criminal, dispuesto a proteger al ex mandatario de cualquier posible indagatoria sobre las severas desviaciones de su mandato. Quizá por ello, antes de que la exigencia se convierta en tormenta, un grupo de académicos presentó una denuncia descocada por un delito que no está tipificado en ningún código y, por ende, no puede perseguirse como tal: el “genocidio económico” bajo la base de haber endeudado discrecionalmente al país –un 30 por ciento más hasta sumar más de 4 mil 500 millones de pesos-, a cambio de recaudar reservas monetarias de 162 mil millones de dólares, ociosas cuando más se requería un respiro para crear infraestructura y reducir los niveles de pobreza, lo que fue todo lo contrario. Pero no habiendo más que una laguna jurídica al respecto, con la denuncia sin fondo el asunto se pretende zanjar para beneplácito –y carcajada- de los defensores del “ex”, entre ellos sus hábiles cuñaditos, los Gómez Zavala, con recursos suficientes no sólo para comprarse palacetes en la Costa Brava sino acaparar posesiones por doquier. La corrupción azul fue más contaminante que la tricolor.
 
De acuerdo a las cuentas, el sexenio anterior legó a México dos millones 400 mil desempleados, 14 millones de trabajadores informales y 6 millones y medio millones de mexicanos en pobreza alimentaria... considerando, además, que los Fox, habilidosos y tortuosos, redujeron los límites de la pobreza extrema considerando que quienes ganan dos dólares al día sanjuán con ellos sus necesidades básicas y no deben integrar los registros de los depauperados. Con todo y ello, el lastre es evidente aunque no veraz porque el daño fue bastante mayor contra quienes viven de sus empeños cotidianos y no sacan la cabeza a pesar de los múltiples reclamos en pro del cambio, demagógicamente capitalizados por Acción Nacional... partido del que ya se escindió el gran oportunista, Vicente Fox, ahora en espera de que Enrique Peña Nieto le garantice fondos para su faraónico templo de autoexaltación en San Francisco del Rincón, la cuna de Las Poquianchis y heredad actual de Martita, la de las “muchas faldas”. Dios las hizo y ellas se juntan... en la historia.
 
Los mexicanos quedamos muy lejos de recuperar el poder adquisitivo y mejorar de manera sustantiva porque, de hecho, sólo el gobierno pudo ahorrar a costa nuestra. ¿Cómo reclamar a la clase productiva, la que de verdad genera riqueza y no de papel, el pago de nuevos tributos o de encajes impositivos nuevos para asegurar los ingresos del gobierno federal si no hay credibilidad ni confianza en el mismo? Podrá haberla sólo después de que, en serio, las reformas, a iniciativa del nuevo presidente, comiencen a funcionar sobre los amagos groseros e inaceptables de los grandes beneficiarios del corporativismo mexicano, con Elba Esther Gordillo a la cabeza. ¿Debe esperarse una nueva negociación con la insondable “maestra” o el finiquito definitivo de una provocadora que se siente capaz de proteger a sus fieles librándolos de cualquier demostración de sus conocimientos académicos? Los mexicanos ya no aceptan cacicazgos como éste y Peña lo sabe, como lo han sabido sus predecesores sin atreverse a actuar.
 
Al contrario, calderón –minúscula- usó a la señora Gordillo, como si se tratara de un réferi, para alzarle la mano luego de los fraudulentos comicios de 2006 prolongados a la ira del pobre diablo de calderón –minúscula-, quien se gastó los últimos centavos del erario puesto en sus manos para hacerle publicidad, y la típica ronda románticas a la mexicana, a su esposa Margarita, luego de un sexenio de infidelidades y riñas matrimoniales que culminaron con varias salidas violentas de la consorte de las afrodisíacas cabañitas de Los Pinos. Puras falacias sobre comportamientos bastante cuestionables pero exaltados aún por quienes, en el Congreso, pese al descenso notable del PAN, siguen manejando los hilos... con el contubernio de los coordinadores priístas dolidos por no haber llegado a la cúspide. Vaya galimatías político cuyo único precedente son las alianzas turbias de 2010.
Y lo peor del 2012, sin duda, es que terminó el año, no el mundo como los torpes “intérpretes” de la cosmografía maya divulgaron sin el menor conocimiento de causa, con índices de violencia bastante parecidos al legado del régimen anterior aun cuando los peñistas de cepa insisten y subrayan en que tales se abatieron, pese a las matanzas últimas –también contra periodistas-, hasta el treinta por ciento, es decir tres casos por cada diez registrados en el periodo precedente. La realidad, por desgracia, nos indica otra cosa si consideramos las ejecuciones en Coahuila, Nuevo León y Guerrero, sobre todo. En Acapulco, hace apenas una semana, fue acribillado David Araujo Arévalo, columnista del diario Novedades, y media hora después fueron muertos de la misma manera dos voceadores de El Debate de Ciudad Altamirano, como si se tratase de un mensaje similar al enviado por el subcomandante “Marcos” y sus encapuchados quienes ya no tienen razón a seguir guardando sus rostros tras los pasamontañas de una guerra cuya tregua sólo parece ser una cortina de humo más:
 
 “¿Escucharon?”, preguntó el poeta de la sierra luego de la marcha silente de miles de campesinos a quienes se ha condenado a la demagogia de esperar acuerdos semibeligerantes mientras dejan de hacer producir sus precarias tierras. Peor para ellos y para todo México. ¿Es éste el compromiso de una fuerza supuestamente revolucionaria que ya observó la caída del PRI y su retorno doce años después, además del asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994, sin aprovechar coyuntura alguna? Para reflexionar, sin duda alguna.
 
Lo peor, sí, es que los rescoldos dejados en Los Pinos no cesen aún de hacer daño y confundir a la mayor parte de los mexicanos aun cuando, explicablemente, desconfíen del nuevo gobierno. Han sido tanto los engaños que no puede creerse en quien, a toma y daca de su influencia mediática, recorre el país pregonando proyectos que apenas son esbozo y, al parecer, como en el caso del sector educativo, negociables apenas aparece una voz provocadora y chillona. Mientras la señora Gordillo conserve alguna influencia, Peña y su gobierno no merecerán la confianza demandada.
 
MIRADOR
 
Reelección y estatus reflejo son dos temas para el análisis y la reflexión porque han empantanado la esencia de la democracia. ¿Se desarrolla la soberanía popular cuando, casi siempre, los medios masivos bombardean a las mayorías ignorantes con mensajes tantas veces sesgados y mentirosos financiados por quienes ejercen el verdadero poder? ¿Puede hablarse de igualdad de condiciones para la lucha proselitista en escenarios en donde el presidente se convierte en el eje de las promociones y el jefe de las campañas? Menos mal que en la última reforma electoral en México, así fuera con tardanza notable, se colocó un candado, así sea uno solo por ahora, a la excesiva propaganda gubernamental. Ya veremos con cual antídoto nos salen ahora. No se olvide que los dirigentes empresariales andan sueltos.
 
Y si se dialoga en tales términos, ¿para cuándo la hora de dar el paso definitivo hacia la madurez política y cancelar el modelo presidencialista que tanto daño ha causado a la vida institucional del país y cuya caducidad es manifiesta hasta en los beneficiarios del mismo?¿Y la reducción de curules y escaños bajo el prurito de conceder a las oposiciones espacios por el solo hecho de competir aunque no los hayan ganado con la expresión de la voluntad mayoritaria como en el caso del abyecto personaje del pasado, Manuel Bartlett, convertido ahora en garante de la izquierda a la que reprimió de manera salvaje durante el inicio de la barbarie política que culminó en 1994? Ya va siendo hora de colocar candados también candados a los oportunistas que han fincado empresas partidistas de control familiar y medran con el erario público a sus anchas. Éste es otro de los grandes vicios de la “modernidad democrática”
 
Lo dicho: no se le puede tener miedo a los desafíos planteados justificando con ello las frecuentes evasivas bajo el pretexto de “otros” asuntos de interés prioritario. Está en juego el destino nacional. ¿Es esto de poca monta?
 
POR LAS ALCOBAS
 
Los gobernadores ya no se portan mal. Ahora, a la vieja usanza, se alinean a la llegada del avión presidencial en cada una de las capitales estatales visitadas por el nuevo mandatario. En Yucatán, por ejemplo, Peña Nieto habló de una “nueva era” coincidiendo con el día señalado para el “Apocalipsis maya” cuyo propósito era, de acuerdo a la realidad, desprestigiar a esta cultura notable para despojarla de todo mérito en beneficio de los anglosajones del norte quienes pretenden que la civilización comenzó con ellos bajo el estruendo de la música de las baterías incendiarias.
 
En lo personal, en su tiempo, recogí la impresión de Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila y ex presidente del PRI, único que se ha atrevido a denunciar a calderón –minúscula- en el Tribunal de La Haya a despecho de los señalamientos recibidos por el endeudamiento inexplicable de su entidad, acerca del papel de los mandatarios estatales:
 
--Si hubiera un presidente de la República priísta, ¿le haría tantos desaires como a calderón –minúscula-?
 
--No, desde luego, porque imperaría la disciplina partidista.
 
Y eso está sucediendo ya a la vera de Peña Nieto y para desgracia del incipiente federalismo.
 
De lo bueno que dejaron los gobiernos del PAN, la autonomía de los gobernadores debería prevalecer sobre los intentos de regresar a los virreinatos oscuros y degradantes, con personajes que pretenden manejar al país de acuerdo a criterios centralistas y ofuscados.
 
Es uno de los grandes riesgos para el 2013.

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