lunes, 18 de noviembre de 2013

EDITORIALES



ALGO MÁS QUE PALABRAS


Víctor Corcoba Herrero


LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER SE ENQUISTA EN EL MUNDO



Como Mahatma Gandhi, yo también quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir que se siga extendiendo la violencia. Para dolor de la especie, de toda la especie humana, en lugar de ir a menos, vamos a más, a más hechos violentos contra las personas más débiles e indefensas, no en vano hasta un 70% de las mujeres sufren violencia en su vida. Para desgracia de todos, hemos globalizado también esta pandemia, y lo que es peor, nos estamos acostumbrando a convivir con esta epidemia, conocida como violencia de género, y que es en toda regla una gravísima violación de los derechos humanos. La verdad que cuesta entender la multitud de muertes, ya no sólo de mujeres, también de niñas que son agredidas, violadas, mutiladas o esclavizadas por el miedo, e incluso asesinadas por sus captores cuando ya no le sirven, como un producto más de desecho, máxime cuando la prevención delictiva no sólo es esencial, sino que además también es posible.

Ahí están las losas de las estadísticas, la dura realidad y sus cifras con nombres y apellidos, generando un problema social en todo el planeta. Entre quinientas mil y dos millones de personas se calcula que son víctimas cada año de trata, lo que las lleva a la prostitución, a realizar trabajos forzados, a la servidumbre más deprimente. Las mujeres y las niñas, - según datos extraídos de Naciones Unidas-, representan alrededor del 80% de esas víctimas. La compra de personas o el rapto, el engaño o la debilidad de la persona, ha generado una compleja red de traficantes, a los que habría que detener con urgencia. El negocio de los tratantes de vidas humanas debe ser reprimido cuanto antes, con sanciones ejemplarizantes. No se puede permitir tanta indefensión en un mundo global. Las autoridades internacionales, que conocen bien estas redes de negocio, de mercantilización de la sexualidad, han de adoptar medidas inmediatas y contundentes, pues está en juego el destino de miles de millones de mujeres y niños de todo el mundo.

Ante esta horrible situación, lo primero que pienso es que todos los gobiernos del mundo deberían adherirse a los instrumentos internacionales, reforzando la cooperación, y activando una cultura de respeto hacia las personas y hacia sus vidas. Se calcula que más de ciento treinta millones de mujeres y niñas que viven hoy en día han sido sometidas a la mutilación/ablación genital femenina, sobre todo en África y en algunos países de Oriente Medio. La humanidad no puede reducir sus tradiciones a un ambiente de salvajismo, tiene que incorporar otros lenguajes más abiertos, otras prácticas más humanas, puesto que el clima de violencia, aparte de ser una constante en la vida de las mujeres y de las niñas, se acrecienta con nuevas formas, propiciadas también por las nuevas tecnologías, como puede ser el acoso por internet o por teléfonos móviles. Ciertamente, parece como si el mundo renaciese otra vez en la barbarie, y todos los esfuerzos de seguridad, hubiesen fracasado. Así, cada día, está más generalizada la violencia ejercida por su pareja en la intimidad, que a veces culmina en su muerte.

Enquistada en el mundo la violencia contra la mujer, hace falta pasar de las fáciles palabras a los hechos. Por tanto, hemos de reflexionar sobre esta plaga que nos invade como especie. No podemos esperar más tiempo para rechazarla. Podemos y debemos combatirla. Puede ser un buen momento ahora, en este mes de noviembre celebramos un año más el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer (25 de noviembre), y bien podríamos como civilización cambiar la cultura de la pasividad por una cultura de reacción frente a cualquier hecho violento. A mi juicio, los Estados y cada uno de nosotros también como ciudadanos de paz, tienen, o mejor tenemos, la obligación de modificar pensamientos violentos, conductas indeseables, y en este sentido, no se pueden dejar impunes hechos macabros ejercidos y no socorrer a la víctima, ni reparar el daño causado. La sociedad no puede actuar con verdadera irresponsabilidad. Y lo hace cuando lo consiente. Aún en muchos países la violencia que ejerce el hombre contra la mujer se ve como normal y llega a aceptarse, o al menos, a disculparse. Este modo de pensar o de actuar es inaceptable. Tampoco cabe la resignación ante este porte de batallas. Sin duda, debemos exigir compromisos claros y generar otro modo de vida más acorde con una conciencia de no abuso.

Téngase en cuenta que el vínculo del respeto es algo tan necesario como preciso, y así, cuando se siente veneración por alguien, el primer efecto que surge, es que nos inspira una gran consideración. Tenemos, pues, que empezar a considerar comportamientos violentos, bajo el prisma de una auténtica tolerancia cero, y enjuiciarlos, sólo así se podrán desterrar tantas actitudes brutales que a diario nos sorprenden en cualquier rincón planetario. Hoy por hoy, las mujeres y las niñas siguen expuestas a este peste de crueldades, tanto en países en situación de conflicto armado como en los que parece haber más sosiego, entre países ricos y pobres, ningún ámbito del mundo se salva, en algunos más en otros menos, lo cierto es que la familia humana, muchas veces llega a olvidar a las víctimas y a justificar al autor del delito. Insisto, no pueden admitirse excusas ante una actitud que intimida de manera violenta. Por ello, la sociedad en su conjunto, mujeres y hombres unidos, deben formar alianzas y establecer asociaciones, donde trabajar para crear un ambiente más humanitario, propio de sociedades cultas y de pensamiento.

Personalmente, tengo la convicción de que aún no hemos tomado con la seriedad que se merece esta pandemia violenta que circunda a las mujeres (y niñas) de todo el mundo. De lo contrario, desde América Latina hasta los Estados Unidos, desde Asia hasta África, desde Oriente hasta Occidente, desde Europa hasta Oceanía, habría decrecido este aire de canibalismo entre géneros y no es así. Indudablemente, mientras ciertas estructuras sociales de poder y maneras de ser de muchos ciudadanos continúen justificando la rudeza de ciertos individuos, con la impunidad de sus abusos, el problema se perpetúa. En consecuencia, ante contextos tan graves como persistentes, es más urgente que nunca, el compromiso ciudadano de hacerse por doquier lugar promotores de una cultura que reconozca al ser humano, sea hombre o mujer, con la dignidad que le compete por el hecho de vivir. Por consiguiente, ante la impunidad judicial que tolera y no afronta estos actos horrendos, de violencia extrema hacia las personas más indefensas, entre los que también está el infanticidio de las niñas o el aborto selectivo basado en el sexo, lo que no podemos es cruzarnos de brazos. Hay un lenguaje, el del entusiasmo, que siempre ayuda a buscar aquello que se desea. Y lo que deseamos todos, al menos los que todavía conservamos un mínimo de humanidad, ha de ser la paz entre géneros, sino es que estamos también en recesión humana. O sea, en el caos.







CADA LUNES DESDE ALGÚN LUGAR DE JALISCO


REUNIÓN ANUAL DEL CENTRO MEXICANO PARA LA FILANTROPÍA


Fernando F. Velasco Villa. SDG



Acudí en la Ciudad de México, del 11 al 13 de noviembre, a la Reunión Anual del CEMEFI -Centro Mexicano para la Filantropía-, que celebraba sus XXV años de vida; y donde aproximadamente seiscientas personas que colaboramos en Instituciones de Beneficencia, escuchamos interesantes conferencias, páneles de expertos en temas relacionados con la Sociedad Civil y participamos en Talleres y Mesas de Discusión (El CEMEFI acredita los indicadores de Institucionalidad y Transparencia, a las OSC's que cumplen con los requisitos correspondientes, lo que da más confianza a sus benefactores).

Asistí el lunes al Taller de Evaluación de Impacto, coordinado por Clément Delors, fundador del DEPIS -Desarrollo de Evaluación de Programas de Impacto Social-, donde ofecieron herramientas para entender y utilizar evaluaciones de impacto, insistiendo que si no se miden resultados, no se puede distinguir entre el éxito y el fracaso, si no se puede ver el éxito, no se le puede recompensar y si no se puede recompensar el éxito, quizás se recompensé el fracaso; presentando una Metodología de 10 pasos.

El martes fui al Taller: Como Escribir un Brief Inspirador, dirigido por Jorge López Zepeda, director General de la AMAP -Asociación Mexicana de Agencias de Publicidad-; entendiendo por Brief, el documento estratégico de comunicación, que proporciona información a la agencia de publicidad; destacando que aunque las instituciones necesitan dinero para operar, que el objetivo no debe ser conseguir dinero. Aunque precisamente por la escasés de recursos, hay que distinguir lo deseable de lo posible. Definió "insights" como preconceptos que tenemos, con relación a una marca, producto o entidad y que la publicidad debe llevarnos a un: te conozco, te entiendo, se lo que necesitas; terminando con la frase de Einstein: La Mente es como el Paracaídas, si no se abre, no funciona.

Mariana Astrid González Pacheco, cofundadora y directora de Desarrollo Institucional de Iluméxico, ofreció Testimonio en la que informó que una de cada cinco personas en el mundo, no tiene servicios de electricidad. VIkki N Spruill, Presidente y CEO del Council of Foundations y quien desde el 2012 inició una campaña pro activa para sensibilizar a los legisladores, sobre el valor e impacto, que la filantropía tiene sobre la sociedad, impartió una conferencia en ingés, sobre el Balance de la Sociedad Civil en los Estados Unidos. Eduardo Cruz Moguel, explicó cómo y por qué inició la Fundación PAS -Prevensión de Abuso Sexual- y su participación en el TED por Zapopan, mencionando que veinte millones de mexicanos han sufrido abuso sexual infantil (30% de las niñas y 15 % de los niños).

Hubo un interesante Panel moderado por Leonardo Kourchenko, Director del noticiero matutino: "En Contraste", con el tema: Balance Global del Sector Fundacional, en el que participaron: Marcos Kisil, Presidente del Instituto para la Investigación SocilaL; Helena Montero, Directora de WINGS -Worldwide Initativesf or Grandmaker Support; Margarita Velázquez, colombiana, Directora de Fundación IE, que aseguró que las OSC's no somos tan diferentes de las sociedades mercantiles, que anteriormente se consideraba que las actividades filantrópicas eran competencia del Estado y que en Europa hay ciento diez mil; y Jorge Villalobos Grzybowicz, Licenciado en Teología, colaborador del CEMEFI, quien comentó que en 1980 había 100 Organizaciones de Filantripía autorizadas para dar Recibos Deducibles de Impiesto y que ahora hay 6,800, mencionaron también que un buen Consejo Directivo puede desatorar rápidamente, lo que sin su intervención podría tardar meses.

Daniel Zapata. De PEMEX extracción y Producción, comentó de PACMA -Programa de Apoyo A La Comunidad Y Medio Ambiente, mencionando la gran ayuda que prestan, aunque sólo en las comunidades donde ópera Pemex. Partipé en la Mesa de Discusión: Desarrollo Institucional: Del Procurador de Fondos, al Estratega de Sustentabilidad, moderada por Carlos Madrid Varela, Consultor y Consejero del CEMEFI , Francisco Javier Jaimez Lenguas, Director de IPODERAC -Instituto Poblano de Readaptación-, María Fernanda Peniche Olivera Directora de Daunis Gente Exepcional, Silvia Singel Sochet, Directora del MIDE -Museo Interactivo de Economía- y José Enrique Suárez Roriello Director de FEMAP -Salud Y Desarrollo Comunitario de Ciudad Juárez-; concluyéndose que debemos imponernos el reto diario de cómo hacerlo mejor; que sustentabilidad no es sólo la económica, sino la del corazón, que implica cambiar actitudes; que el Desarrollo Institucional puede implicar Diversificación de Productos Y Servicios; que aunque las personas que atiende la fundación son su razón de ser, pueden usarse los donativos para proyectos económicamente productivos.

Muy interesante la Reunión del CEMEFI, con tanta gente comprometida a ayudar a los demás.






FE Y SOCIEDAD


Perdonar


Pbro. Enrique de Jesús Camacho Velasco


Perdonando me libero de la energía negativa que todavía queda en mí a consecuencia de la ofensa. Si no perdono, sigo estando atado al otro, él continúa teniendo poder sobre mí. El perdón es liberación del poder del otro. Me desprendo de la ofensa, se la entrego al otro. Me libero de ella. Me sacudo las cadenas que me hacen dar vueltas sin cesar a la ofensa. El perdón forma parte de la higiene del alma. Y siempre es posible, aunque con frecuencia solo se concreta después de un prolongado y doloroso proceso.

El perdón, lejos de ser pasivo, es un acto activo por el que me libero de la energía negativa que a través del otro todavía existe en mí. El perdón me hace bien a mí mismo. Si no puedo perdonar a quien me ha ofendido, sigo atado a él. Por lo tanto, el otro todavía determina mi estado de ánimo. En el perdón me libero del poder del otro. Vuelvo a estar centrado en mí. Y, puesto que también me he perdonado, recupero la armonía conmigo mismo.

El perdón de Dios quiere capacitarnos para perdonarnos a nosotros mismos y perdonar a los demás.

No nos dejemos paralizar por nuestros errores y debilidades. Contémplalos, no los reprimas, acepta que eres imperfecto y trabaja por subsanar tus debilidades. Pero no te obsesiones con ellas. Has lo posible por deshacerte de ellas. Si Dios te perdona, también tú puedes perdonarte. Sé misericordioso contigo mismo.

En nosotros hay un espacio al que los demás no tienen acceso con sus expectativas y exigencias. Allí tampoco tienen acceso los juicios condenatorios que hacemos sobre nosotros mismos. Ese espacio es el espacio de la quietud, en el que Dios habita dentro de nosotros. Allí donde Dios reina en nosotros, allí estamos libres del dominio de los hombres. Allí somos auténticos, allí somos enteramente nosotros mismos. Necesitamos la quietud para entrar en contacto con la felicidad que dormita en nosotros, en el fondo de nuestro corazón.

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