jueves, 2 de enero de 2014

EDITORIALES




Incubando el éxito: los significativos beneficios de las incubadoras de empresas 

 

Sara M. Martínez

Durante la videoconferencia que sostuvimos el día sábado 14 de diciembre en las instalaciones de Diario Regional de Zapotlán, abordamos el tema de los beneficios que aportan los programas de incubación de empresas para el desarrollo económico y la sostenibilidad de proyectos empresariales. Deseamos explayar aún más sobre la incubación en el presente editorial, ya que los beneficios de estos programas son numerosos y presentan un impacto positivo en la economía de la región, por lo que vale la pena conocerlos y aprovechar sus beneficios.

La incubación de empresas no es un concepto nuevo: las primeras incubadoras surgieron en México a mediados de los años noventa, como iniciativa del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Su éxito fue tal, que sirvieron como modelo para la generación de 200 incubadoras en el país, orientadas a ofrecer servicios a nuevos emprendedores con la finalidad de potenciar sus oportunidades de éxito.

Una incubadora se define como un programa de apoyo que ofrece servicios y recursos empresariales en diversas áreas, incluyendo acceso a la capitalización, capacitaciones, establecimiento de redes de contactos y otros apoyos operativos como rentas de espacios físicos, telecomunicaciones, servicios de mantenimiento y soporte. Su objetivo principal es proporcionar las herramientas estratégicas que las nuevas empresas necesitan para catalizar el éxito, conjugando los recursos que contribuyen a fortalecer las nuevas iniciativas en su proceso de desarrollo. Las incubadoras frecuentemente son operadas por entidades gubernamentales o universidades, en ocasiones con apoyo de empresas privadas. En Ciudad Guzmán existe un programa de Incubación Empresarial operado por la Dirección de Desarrollo Económico, que asiste a empresarios interesados en desarrollar propuestas de negocios y que requieren los recursos para lograrlo.

Existen diversos tipos de incubadoras: el modelo tradicional, incubadoras de empresas fundamentadas en el desarrollo de estrategias y modelos de negocio, incubadoras orientadas al agro y al ecoturismo, y las incubadoras de alta tecnología. Las primeras corresponden al modelo actualmente en marcha en Ciudad Guzmán, y ofrecen servicios a emprendimientos en general. El período de incubación o asistencia que ofrecen es de tres a seis meses y apoyan en desarrollos de procedimientos básicos, brindando asesoría integral en los diferentes aspectos que conforman una empresa y que inciden directamente en sus posibilidades de éxito. Las incubadoras de empresas fundamentadas en el desarrollo de estrategias y modelos de negocio se centran en ofrecer servicios a emprendimientos con niveles intermedios de sofisticación, especialización e innovación. Por la naturaleza de las empresas que apoyan, el tiempo de incubación se extiende a aproximadamente doce meses. Ejemplos de este tipo de emprendimientos incluyen comercializadoras, distribuidoras, empresas consultoras, desarrolladoras web, empresas en telecomunicaciones o propuestas que ofrecen innovación en el área agrícola o de alimentos. Las incubadoras orientadas al agro y al ecoturismo, como su nombre lo indica, ofrecen recursos para proyectos a desarrollarse en esas áreas. Finalmente, las incubadoras de alta tecnología se enfocan en el desarrollo de proyectos avanzados en el área de la informática, las comunicaciones, la biotecnología, proyectos aerodinámicos y otros sectores de alta especialización tecnológica. Por lo mismo, el proceso de incubación es mayor y puede durar de dos a cinco años o incluso más, dependiendo de las necesidades de cada proyecto. Cabe notar que las incubadoras, en todas sus ramas, son programas avalados por la Secretaria de Economía en México.

Es importante no confundir las incubadoras con las aceleradoras de negocios, pues aunque comparten un fin común, sus usuarios son substancialmente diferentes. Las incubadoras proporcionan asistencia a empresas en general, mientras que las aceleradoras se dedican a empresas conocidas en el mercado como “gacelas”, por cumplir ciertos requisitos. De acuerdo al Centro de Innovación Empresarial y Financiera (CIEF), del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), estos requisitos incluyen “tener por lo menos dos años de operación, ofrecer productos o servicios innovadores que las distinguen en el mercado, contar con tasas de crecimiento del 15-20% anual y destacar por un buen liderazgo”.

Independientemente de su clasificación, lo interesante de estos programas de apoyo es el abanico de oportunidades que ofrecen, los cuales muchas veces no son aprovechados por los emprendedores que buscan ingresar en el mercado empresarial. Durante la videoconferencia platicamos acerca del elevado porcentaje de empresas que inician y deben retirarse del mercado antes de cumplir los veinticuatro meses de operación, muchas veces incluso antes de cumplir el primer año. En México, se estima que solamente 2 de cada 10 negocios que abren puertas logran permanecer en marcha después de los primeros dos años de operación. Sin embargo, -y aquí viene lo emocionante de este tipo de programas – de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), “el 85% de las firmas que nacen en dentro de una incubadora se mantiene en el mercado”.

Al examinar estas prometedoras cifras, cabe preguntarse porque muchos emprendedores no hacen uso de los beneficios que ofrecen los programas de incubación empresarial. Probablemente, muchos desconocen su existencia o los requisitos para acceder a ellos. En tal caso, lo más recomendable es acercarse a la institución responsable del programa para obtener orientación adecuada y precisa, en este caso, la Dirección de Desarrollo Económico del Gobierno Municipal de Zapotlán El Grande.

Otra razón puede ser que lograr el apoyo requiere esfuerzo. Muchos nuevos emprendedores prefieren simplemente “lanzarse al agua”, antes de dedicar el tiempo necesario a estudiar, analizar y aterrizar su idea. Probablemente esa es la razón por la que muchos se ahogan antes de alcanzar la orilla. Entrar al programa les requiere trabajo y disciplina, ya que para obtener los beneficios proporcionados en una incubadora, deben pasar por un período de “pre-incubación”, de aproximadamente seis meses, durante el cual reciben orientación para desarrollar una propuesta concreta que pueda ser sometida a un comité de evaluación para su aprobación y consecuente apoyo.

Aún cuando la mayoría de estos lanzadores impulsivos no lo consideran así, el proceso de gestar la idea es crucial. Muchos de nosotros no nos esforzamos en desarrollar un pensamiento analítico y terminamos enamorándonos de las ideas, lo cual resulta perjudicial ya que muchas de ellas pueden no ser viables o estar mal estructuradas. La orientación recibida durante la pre-incubación ayuda a canalizar el enfoque de las propuestas y aterrizarlas para que resulten económicamente atractivas. Es el proceso de preparación y análisis que se desarrollaría para vender la idea a un inversionista, considerando que si el proyecto no es viable, resultará desechado. En el caso de las incubadoras, este paso tiene la misma validez crítica, ya que se trata igualmente de una inversión y la incubadora busca que el éxito sea un denominador común en la mayoría, si es que no en todos los proyectos.

Las incubadoras son un excelente vehículo para potenciar el desarrollo económico individual y colectivo. De la misma manera que las incubadoras de pollos proporcionan los elementos necesarios para la gestación y el nacimiento de los pollitos, las incubadoras de negocios proporcionan las condiciones que aumentan las posibilidades de supervivencia de las nuevas empresas. Por lo tanto, exhortamos a los empresarios a que aprovechen sus ventajas. Y si son apoyados como parte del programa, esto significa aprovechar los recursos al máximo, no sólo financieramente, sino también en términos de asesoría y capacitación, que son herramientas que muchas veces determinan la permanencia y el éxito del negocio. Acérquese a la institución correspondiente para recibir más información sobre este programa. Definitivamente, vale la pena.

CARMA los invita a ver las videoconferencias empresariales que cada sábado ofrecemos dentro de las diversas plataformas de comunicación de Diario Regional de Zapotlán. Asimismo, queremos aprovechar para extenderles nuestros sinceros deseos para que estas fiestas estén llenas de paz y buenos momentos junto a sus seres queridos. ¡Feliz Navidad y Próspero 2014!







Desmontan el federalismo

 



Jorge O. Navarro


Típico de estos días, cuando el flujo noticioso entra en un paréntesis obligado, es el análisis retrospectivo de las funciones de gobierno o personajes en el poder. Conviene ahora, cuando en amplias regiones del país se toma un respiro para reiniciar luchas sociales, reflexionar –porque no se ha hecho– sobre una pérdida irreparable que resulta del nuevo orden de cosas: la reducción del federalismo.
Desde que Enrique Peña Nieto le puso rostro al regreso del PRI a Los Pinos, una convicción se retomó con rígida firmeza sin que ningún actor político, académico o ciudadano lo advierta públicamente y menos aún, lo denuncie como un retroceso. Tal convicción es la de fortalecer, a costa de lo que sea, el poder presidencial.
Mucho se ha escrito y dicho sobre los logros de la joven gestión de Peña Nieto, en tanto que negoció y consiguió reformas legales que fueron imposibles durante los sexenios panistas de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Como resultado de estos triunfos políticos, el segundo año del mandato peñanietista se anuncia con mayores expresiones de fuerza, como ya lo confirmó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al reiterar este pasado 23 de diciembre que la tolerancia del Gobierno federal a las expresiones de inconformidad “tiene límites”.
¿De qué se nutre este fortalecimiento del Gobierno federal? No, lamentablemente, de la fuerza de las instituciones, como se ha proclamado durante décadas en los discursos políticos. El nuevo músculo de la Presidencia que tanto se debilitó durante los sexenios panistas se alimenta del quiebre de un federalismo mexicano que parecía haber llegado para quedarse; la nueva potencia de la figura presidencial es el debilitamiento de las políticas públicas que, desde el período de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), habían concretado el pacto federal que vuelve a convertirse en un sueño.
La de México es una república federal que, en la práctica, no es sino un Estado centralista que históricamente concentró el poder en el titular del Poder Ejecutivo. El presidente fue siempre una suerte de emperador sexenal; presidencialismo exacerbado, se le denominó durante los últimos años de la década de los 90.
Con la transición que llevó al panista Vicente Fox a la presidencia parecía cristalizarse el anhelo del federalismo, después de décadas de lucha política que muchos consideran iniciada en las manifestaciones de 1968. Hoy el péndulo del tiempo conduce a la regresión.
En su más elemental expresión, el federalismo es la autodeterminación política y también presupuestal. En un pacto federal se presume que los estados son autónomos, con su propio marco legal y capacidad económica de conducirse con base en las decisiones democráticas de sus ciudadanos aunque en un contexto de respeto al Gobierno federal, máxima expresión de autoridad en la que todas las entidades federativas se encuentran representadas como iguales y seguras de que en casos de debilidad, serán apoyadas por las más fuertes.
Lo que realmente le ocurrió a México es que el Gobierno federal debilitó siempre a los estados; del presidente y su poder dependían, directa o indirectamente, las élites políticas de las 32 entidades y todas las estructuras de gobierno.
La administración de Peña Nieto está desmontando, casi en silencio y sin oposición, la tímida estructura federalista que se había fundado en un principio básico: la distribución de los recursos públicos y su utilización determinada por autoridades locales. Ocurrió que en los estados y municipios las autoridades se vieron repentinamente enriquecidas y empoderadas, y los casos de uso indebido de recursos, o de descarada corrupción, se multiplicaron. Pero en lugar de reformas que castigaran a los responsables, el equipo de Gobierno de Peña Nieto ha implementado una amplísima operación nacional, mezcla de política y economía, para que el presidente sea otra vez el rector de los recursos.
¿Qué se pierde con la retracción del federalismo? La mayoría de edad de los estados, la autodeterminación. Es el regreso de la discrecionalidad y el poder presidencial. El tiempo lo demostrará.







Desafío 

 


*El Pueblo Maya

*Furia Ciudadana

*La Voz para Oír


Rafal Loret de Mola



Pocos pueblos han sufrido y resistido más que los mayas. Nunca ofrecieron armisticio a los invasores españoles y, en contraste con la crueldad de éstos, albergaron al náufrago Gonzalo Guerrero quien desistió unirse a las huestes de Cortés, años después, integrado ya al paisaje y al calor de los indígenas cuya sabiduría prosiguió sin armisticio alguno; jamás se doblegaron y hubo de darse, tres siglos después, en 1847, bajo el desastre nacional de Antonio López de Santa Anna, porque buscaron siempre no asfixiarse con el yugo de sus explotadores blancos quienes colocaban torreones en sus palacetes de Mérida para avizorar si llegaban los rebeldes en reclamo de justicia e igualdad...algo jamás alcanzado en estas tierras tan cuajadas de sangre y de obcecaciones centralistas.

Pasé en Mérida las fiestas invernales, como dirían los hombres eternos del Mayab, recorriendo la tierra de mis pies aunque sin intención de que fuera ésta la última vez. Dicen los brujos que antes de la partida final, los hombres deben andar por aquellos sitios que les fueron entrañables para despedirse y vigilar, desde el plano material, su legado. No fue este mi propósito sino el de un reencuentro con cuanto rodeó mi infancia –aunque proclamo siempre con orgullo que nací en Tampico para empaparme, para siempre, de la tinta periodística que emanó de la sangre paterna-, mis primeros andares, el humo de los ferrocarriles que se desprendían hacia la calle 46 donde vivieron mis abuelos, los olores penetrantes del achiote y la fina pastelería que acaso alcanza su cumbre, cuando menos para mí, con las hojaldras de jamón y queso, las Roscas Brioche que elabora mi hermana Silvia y los pasteles “de fudge” de diversos expendios. Casi sólo puedo probarlos, pero con saborear sus esencias me basta. Nunca más cierta la nostalgia de López Velarde por “el olor de la panadería”.

Quiero a Yucatán pero me duele, acaso más que el resto de una nación mal gobernada, rebosante de amorales que medran con los dineros ajenos y el patrimonio de todos, hasta el subsuelo y nuestras costas, porque un pueblo, entero, no quiere ver destruir su verdadera idiosincrasia a golpes de trascabos que se llevan las tradiciones para imponer obras que nadie quiere pero generan enormes comisiones. La impudicia, siempre; el clamor popular, por ahora reprimido por el vandalismo oficial, también.

Recuérdese que en la democracia, insisto una vez más, debe privar la soberanía popular. Esto es, los mandatarios, sean gobernadores o el presidente de la República -¡cuántas minúsculas por escribir-, no pueden imponer su voluntad a la ciudadanía sino que es esta la que debe señalar los derroteros. La fórmula es simple pero pocas veces, más bien casi nunca, se cumple. Por ejemplo, en el mal llamado Paseo de Montejo, joya urbana de la ciudad blanca en la que no debiera honrarse a los genocidas que se impusieron a la fuerza sino, por ejemplo, al mestizaje –amalgama feliz que dio paso a la nación mexicana desde los hijos de Gonzalo Guerrero-, la señora Ivonne Ortega Pacheco, nacida en Dzemul en 1972 según su biografía, decidió construir, porque así le dio la gana, un paso a desnivel que no sólo rompe la armonía de la perspectiva sino, además, no tiene continuidad ni arribo libre, limitado por sendos semáforos que interrumpen la circulación. Me recuerda al “puente de la corrupción”, erigido entre Coatzacoalcos y Villahermosa el la era echeverriana, que no pasa por ningún cauce de agua ni atraviesa calle alguna sino que se alza sobre terregales infecundos. Todo sea para disponer hasta de los últimos centavos del presupuesto para afianzar complicidades inconfesables.

En esa misma época, durante la visita del costarricense José Figueres Ferrer –el padre a quien llamaban “Don Pepe”-, el mandatario anfitrión, echeverría, se vio atrapado por un diálogo rebosante de sarcasmo cuando los dos arribaron a las puertas del complejo Cordemex, una empresa centralista arrebatada a Henequeros de Yucatán –bajo el supuesto de combatir la corrupción de ésta por una inmensamente mayor-, y Figueres deslizó, con voz suave, una tremenda sentencia al tiempo que golpeaba las columnas de piedra, gruesísimas, que señalaban la entrada:

--¡Qué buenas, señor presidente!¡Pero qué buenas!

Orgulloso, el también genocida echeverría respondió:

--Si, presidente Figueres. ¡Se hicieron a conciencia!

--No me refiero a eso. ¡Qué buenas, sí!¡Pero qué buenas comisiones! Porque en un terreno calizo, como éste, no hace falta alguna levantar tanto cemento. Es un desperdicio.

Y el anfitrión no se atrevió ni a balbucear mientras escondía, detrás de los hombros de sus custodios del Estado Mayor, el rostro enrojecido. Algo de vergüenza quedaba. Y luego se fueron a comer a la Posada de los Presidentes, en Maní, donde cuenta la historia que ardieron la mayor parte de los códices mayas por órdenes de Fray Diego de Landa –si bien hay versiones de que éste sólo simuló la quemazón poniendo a buen resguardo los originales, enviándolos a España en donde se guardan en algún convento bajo siete candados-, para degustar la verdadera cochinita pibil, esto es enterrada para darle el sabor de la tierra caliente de los hornos naturales, con la sazón inigualable de Panchita May que, gracias a ello, se ganó el privilegio de convertirse en pequeña empresaria de la gastronomía hasta su muerte tan sentida por mí. Memorable.

Hoy van perdiéndose las tradiciones con la arribazón de los foráneos. Me temo que muchas familias de la aristocracia criminal –la de los capos renombrados- se han instalado en las nuevas colonias del norte de la urbe y, por ello, cuidan de que no se altere la paz aparente mientras se desangran económicamente las empresas que dieron fama a esta región, que fue muy lejana hasta que se construyeron las carreteras y puentes que hicieron desaparecer las “pangas” sobre los ríos y con ellas el aislamiento geográfico, que era capaz de elaborar lo indispensable pero con su propio sello: hasta refrescos, galletas y panes de caja, pasando por botanas –únicas, como los “charritos”-, y un sinfín de antojitos a los que ni los diabéticos podemos resistirnos.

Mientras tanto, quiero creer lo que me han dicho: la ciudadanía vernácula está unida, lo suficiente para no permitir que se le sobaje o agreda con las canalladas habituales de los políticos carcomidos por las ambiciones y por el sectarismo. Si Ivonne, la vandálica ex gobernadora, pasó encima del Paseo aristocrático que recuerda, sin exageración, a los Campos Elíseos de París, y es una muestra extendida del Art Noveu que tanto gustaba a Don Porfirio y se ha conservado a pesar de los destructores que se dicen modernizadores, su antecesor, el panista Patricio Patrón Laviada, ordenó colocar una estatua que pervive al final del mismo: la de los Montejo, el “Adelantado” y “El Mozo”, capitán de Hernán Cortés el primero. Sí, la derecha, fiel a sus entrañas, sólo tuvo imaginación para honrar a los que se dicen conquistadores. Como fueron a buscar, igual, al enajenado barbado de Miramar para combatir al inmenso Juárez. La historia puso a cada quien en su lugar.

Pero, ¿cómo es posible tal afrenta? Algunos meridanos protestaron; otros no. Los primeros llegaron al grado de incordiar, día a día, a los matadores de indios, con leyendas infamantes... pero la estatua permanece contra la voluntad manifiesta de los yucatecos bien nacidos, es decir de quienes no aceptan injerencias obtusas ni sumisiones vergonzosas: la de cuantos aman la libertad que comienza en el punto exacto en donde se alzan las raíces de la patria, tan grande, que ni estas ofensas la perturban.

Debate

Alegan que hay paz social en Yucatán. Por desgracia, no es cierto. Desde los tiempos del cacique extinto, extendido a sus discípulos que sólo crecieron cuando aquel se fue definitivamente, uno de ellos el gobernador actual Rolando Zapata Bello, un ser tan oscuro que no hay manera de iluminarlo ni con un enjambre de luciérnagas, se proveyó a los cárteles renombrados en principio, el llamado de Juárez que denigra el sagrado apellido del Benemérito, jefatura por Amado Carrillo Fuentes, el “señor de los cielos”. Fue entonces cuando se construyeron, nada menos, cuatro decenas de autopistas clandestinas... que el ejército no ha destruido ni ocupado acaso para honrar compromisos indescifrables.

Y se creó, además, un triángulo del silencio, igual que en el norte del país, en donde no llegan los radares aéreos y se pierde el control sobre los vuelos rebosantes de cocaína; parte de ésta, se arroja, por cierto, todavía, sobre las extensas heredades de Roberto Hernández Ramírez, en las rías de Quintana Roo, con la anuencia de los gobernadores del sureste. Lo saben hasta los niños y hasta los presidentes, de México y los Estados Unidos. ¿Quién se atreve a decirme que son casualidades?

Pese a ello, la pacífica Yucatán, y los yucatecos tan llenos de calidez humana, no perciben cercano el peligro como lo olfateamos nosotros. Si las familias de los grandes “capos” se han instalado por aquí, además del éxodo de chiapanecos, guerrerenses, oaxaqueños, entre otros, ¿cuándo puede durar el espejismo? Lamentablemente, poco. Y me duele, de verdad. Sobre todo porque, me dicen, la ciudadanía está presta a defenderse...con piedras y palos si es necesario. ¿Pero podrán hacer algo más que protestar ante la inmoralidad galopante de sus gobiernos?

La Anécdota

Por allí deambula un personaje singular, amalgama de las viejas tradiciones con la sed moderna de justicia. Marcha, muchas veces, solo; en otras ocasiones ha optado por acercase a algún partido político hasta que sus protestas sui géneris les llegan a los aparejos a las dirigencias. Sin más ayuda que su decisión, un día se plantó ante el flamante Hospital de Especialidades y comenzó una huelga de hambre para exigir que se le diera uso a un elefante blanco. Todavía hoy, las magníficas instalaciones están semi-vacías porque se trata de una obra del foxismo y los priístas la repudian.

Otro día, se colocó de rodillas, frente al Palacio de Gobierno, para exigir a la descastada Ivonne Ortega que pusiera a funcionar los centros médicos de Tekax y Valladolid. Permaneció así dos horas; y en una ocasión más cercana se plantó frente a un crucero peligrosísimo, en donde se han dado varios accidentes cerca del Hospital Agustín O´Horan –que lleva el nombre de mi tío bisabuelo, por cierto-, con un letrero que exigía un puente peatonal, Cuando menos, en lugar de la suntuaria e inútil obra del Paseo Montejo.

Parece, moral y físicamente, un Quijote. Y es un filósofo de quien he aprendido mucho. Se llama José Patrón Juanes y ha sido, hasta hoy, yerno de un gobernador, primo hermano de otro, primo del pederasta de la Cámara baja, cuñado de este columnista y tío del periodista de Televisa quien no le teme a los conflictos internacionales; todo ello sin otro compromiso que ser útil. A mí me da mucho orgullo la parte que me toca.


LA DEMOCRACIA COMENZARÁ CUANDO QUIENES SE PRETENDEN MANDANTES, TERGIVERSANDO LOS TÉRMINOS, SEAN CAPACES DE AUTOLIMITARSE Y CONSIDERAR QUE NO PUEDEN MARCHAR EN CONTRA DE LOS DESIGNIOS GENERALES. DE ESO SE TRATA ESTE VILIPENDIADO MODELO QUE ALGUNOS, A FAVOR DE LAS TIRANÍAS, CONSIDERAN AHORA CADUCOS. NO, SEÑORES. HAY MUCHOS PALOS Y PIEDRAS QUE PUEDEN ENCONTRARSE A SU PASO PORQUE NUESTRO MÉXICO NO SABE VIVIR DE RODILLAS. NO LLEGUEMOS AL GRADO DE QUE DEBAMOS HACER JUSTICIA POR PROPIA MANO.








Algo más que palabras 

 


Víctor Corcoba Herrero


Una buena estrella es un corazón abierto



Tras las huellas de los Magos de Oriente, seguimos buscando la luz. Necesitamos reencontrar el camino de la eternidad. No podemos ceder al desaliento. Somos ciudadanos en camino. Vivimos en el camino. Somos hijos del camino. Los anhelos del corazón son tan fuertes que nos trascienden a horizontes de justicia y paz. Sólo hay que dejarse elevar con las alas del entusiasmo. El alma no puede arrugarse, debemos rejuvenecer cada año, aspirar a lo más níveo, mantener el espíritu de niño, sostener la esperanza como compañía y edificar mediante el esfuerzo otro mundo más habitable. Se trata de construir el futuro que nos pertenece y de cimentar la mística de la donación. Tenemos que darnos mucho más. No hay héroes en la soledad, las acciones son conjuntas. Sólo con la unión se vencen los ocasos. También, únicamente desde la unidad, se abren de par en par las puertas interiores del ser humano. Necesitamos querer y sentirnos queridos, transformarnos por el encuentro, caminar más allá de nuestro propio yo, detenernos y poder asombrarnos, con ojos nuevos, de tanta belleza sembrada por los senderos del mundo.


Somos parte de la luz en permanente búsqueda. Imagen de esta indagación son los Magos de Oriente, guiados por la estrella hasta Belén (cf. Mt 2,1-12). Para ellos, la luz de Dios se ha hecho senda en sus vidas, de manera apasionada y apasionante hacen el camino, se dejan guiar y se habitúan a su esplendor, y la experiencia interior no puede ser más entusiasta. En consecuencia, pienso que es necesario retornar a esas raíces luminosas de la fraternidad para comprender el momento presente. No olvidemos que la luz del rostro de ese Niño Dios nos ilumina a través del rostro del hermano. Cuando se oscurece esta realidad, todo se manipula y se pervierte, y surgen las luchas, contrarias al espíritu de un corazón inocente que es por naturaleza verdadero amor. De ahí, la importancia de mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino e infundir esperanza por doquier. Desde luego, nunca será tarde para buscar un mundo más humano, si en el empeño ponemos coraje e ilusión.


Indudablemente, el mundo cambiará cuando los seres humanos cambien interiormente. Hay muchas cosas que deben quedar en silencio, por ejemplo las armas. Todo tipo de violencia debe finalizar. Las nuevas generaciones han de propiciar el diálogo como abecedario de vida, previo desterrar de sus agendas la cultura de la impunidad. Hoy en día violar a una mujer, a un niño y someterlo a las más horrendas aberraciones, durante los conflictos, sigue siendo en general algo permisible y sin consecuencias para quien lo comete. En cualquier caso, no se puede dar refugio y apoyo a sembradores del terror. El fruto del amor es otro tipo de siembra, más conciliadora y reconciliadora, más de asistencia y de conciencia pacifista, más de alma y de aliento para el camino. Ciertamente, a lo largo de nuestra propia historia de vida, todos tenemos una estrella que nos ilumina y, cada uno a su manera, vive la misma experiencia que los Magos de Oriente. A pesar del tiempo transcurrido la luz de Belén sigue tan viva como ayer, resplandeciente, conmoviendo al ser humano. Esta es la gran reflexión. A la sociedad de hoy le falta precisamente humildad para sentirse niño en el corazón, y así poder divisar, la estrella de la concordia y de la clemencia.


Si realmente conociéramos el verdadero fondo de todo, pienso que tendríamos otro pulso más humano, y sentiríamos ternura por lo más débil. Veríamos, como el corazón del pueblo, también se estremecería de júbilo, ante un verdadero gozo de convivencia. Aún no hemos aprendido a convivir, a hacer el camino conviviendo. Hablamos a menudo de ilusiones. Haciendo alusión al término, como dijo Campoamor: "No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo qué sería?". Y, efectivamente, los Magos de Oriente, saben reconocer el mensaje de le estrella, y saben encontrar así a un niño de corazón grande, cuya fuerza es la del amor que se confía a nosotros. Naturalmente el camino del corazón no entiende de poderes, ni de pedestales, pero sí de compasión y de comprensión, pues como dice san Pablo: "con el corazón se cree... y con los labios se profesa" (Rm. 10,10). Al fin y al cabo, sólo el corazón es capaz de dar vida a los sueños, de fecundar deseos, de expresar sentimientos y de articular emociones. Tanto es así, que cuando dejemos de mover los labios, el corazón de cada uno, seguirá con su historia y nos seguirá hablando, aunque ya no seamos.


Con razón, muchas veces se dice, que cada persona tiene la edad de su corazón. Allá está el latido de la estrella de Belén, tan viviente como siempre, hablándonos en profundidad de los pobres, de los humildes, para hallar respuestas a tantos interrogantes interiores que nos sobrecogen. En aquel tiempo, los Magos de Oriente, partieron sin pensárselo porque tenían un deseo grandioso que los llevó a dejarlo todo y a ponerse en camino. Era como si hubieran esperado siempre aquella luz. Como si aquel viaje fuese imprescindible para sus vidas. Nos movemos en el terreno del asombro. El corazón responde hasta con la entrega de sí mismo, y como un buen músico sabe tocar todas las cuerdas para aproximarse a su semejante. Seguramente deberíamos ver al mundo con esa mirada interior, avivada por la voz melódica del universo en el alma de cada uno, para ver lo importante que es la luz para el camino. Sucede como con la belleza, es algo que a veces se nos pasa desapercibida, o no la advertimos, y, precisamente, es esta hermosura, de verso en pecho, al ser tan auténtica, el albor que nos permite ver lo que no vemos.


Sin duda, el camino del corazón es un camino de poesía, o si se quiere una experiencia de vida que indaga en la autenticidad de lo que somos. Es un verdadero peregrinaje que nos insta al encuentro de la humanidad. Con la misma actitud de los Magos de Oriente, tenemos que persistir en los buenos gestos que salen del alma, que ante un simple niño en brazos de su madre, se entusiasman y se postran ante él con una paz inenarrable. Sin duda, es este amor verdadero el que nos hace humanos de verdad. Por eso, la peor prisión que podemos vivir, es el de un corazón que se cierra y se encierra en sí mismo. Precisamos corazones abiertos para dar luz a los muchos sentimientos que la razón, en ocasiones, ignora. Por consiguiente, ¡Feliz fiesta de la Epifanía para todos, sean creyentes o no lo sean! Lo trascendental es que escuchemos nuestros propios latidos y los compartamos con los demás. Habrá un punto de enriquecimiento mutuo. ¡Y esto ya sí que es un avance humanizador!



Víctor Corcoba Herrero/ Escritor









Conjeturas 

 


Lozoya, loco de contento, quiere la gubernatura mexiquense

Álvaro Cepeda Neri


La política es la utilización de todos los medios para lograr los fines que se proponen las élites en el poder de los Estados, sean o no democracias representativas y con mayor razón en los regímenes autoritarios. Desde siempre son “medios y fines”; aunque los fines no coincidan con el pueblo y más cuando éste no tiene la fuerza suficiente para oponerse. Esa política, además, a veces cuenta con la buena suerte de un grupo, ya en el poder ya en la oposición, con lo cual sus medios y sus fines se logran sin mayores contratiempos y pocos obstáculos.

La victoria de los que están en el poder no es para siempre, pero triunfan en el presente que es, además, el tiempo de la política. En una victoria pírrica, el centro-derecha del PRI, PAN, PVEM y Panal, lograron imponer las reformas constitucionales al 25, 27 y 28 para sus fines privatizadores del petróleo y energía eléctrica (Pemex y CFE). Y a la oposición: PRD, PT y Movimiento Ciudadano le cayó la mala suerte de un infarto a López Obrador; la lucha en solitario de Cárdenas; Ebrard desacreditado y dividiendo, y otros dirigentes caídos en enfermedades. Es la mala fortuna, en el contexto de lo que es la política de medios y fines, desde que tenemos noticia de esos tejes y manejes (Cornelio Tácito: Anales, y Tito Livio: Historia de Roma).

Pero quiero centrar el comentario en Emilio Lozoya Austin, director de Pemex y cuyo cargo llegó después de que Peña no pudo imponerlo como el sucesor en la gubernatura del Estado de México, ya que Eruviel Ávila, con mayores méritos en esa “grilla”, se encaprichó en ser el sucesor o se iba con el PRD. En cuanto Peña obtuvo la presidencia de la República (suerte de… Televisa), Lozoya fue puesto a estudiar Pemex, cuyo cargo ha desempeñado para preparar su privatización. Ha estado haciendo declaraciones, con la sonrisa a flor de labios. Y hasta se pone más loquito, cuando dijo que “las minorías” acepten, sin chistar, la contrarreforma energética. Así lo dijo en una entrevista a los reporteros: Israel Rodríguez y Roberto González (La Jornada: 16/XII/13). Casi lo m ismo les contó a corresponsales de la prensa internacional, como lo escribieron Laurence Iliff y David Luhnow, con Juan Montes y José de Córdoba (Reforma: 16/XII/13).

Lozoya hace las cuentas alegres de las vísperas privatizadoras, mientras insiste en querer la gubernatura del Estado de México, asegurando que ya la tiene en la bolsa, antes o después de Ávila, ya que éste también asegura que Peña se lo trae para sustituir a Osorio en Gobernación. Lozoya es hijo de un colaborador de Salinas de Gortari, y uno de los favoritos del peñismo. Y sin saber ni jota de petróleo, se ha dedicado a contemporizar con el corrupto Romero Deschamps y a echarle porras a Peña. Consumada la contrarreforma, Lozoya dice haber cumplido con la encomienda y su premio es gobernar a los mexiquenses, sin elecciones de por medio si sustituye a Eruviel Ávila, y éste muerde el anzuelo ya sea para Gobernación o la secretaría del Trabajo, si su titular se va a la PGR con nuevo nombre: Fiscalía de la Federación, ya que Murillo Káram y Osorio Chong, se van.


cepedaneri@prodigy.net.mx








Opciones



Blanca Esthela Treviño de Jáuregui


Celebrando el Amor



En la Navidad la emotividad se acrecienta, los recuerdos de familia y de amistades surgen a borbotones y las celebraciones del gran acontecimiento no parecen tener fin. En una de las posadas navideñas un grupo de jóvenes participaron en un juego de mesa cuyo objetivo era definir el amor. No se trataba de una definición del amor tipo montaña rusa: atracción-placer-satisfacción-apego-aburrimiento-cansancio y vuelta a empezar…con otra pareja, sino definir el amor que dura para siempre.

Estuvieron todos de acuerdo que el verdadero amor es lo único que da sentido a la existencia humana, pero ¿cómo definirlo? Empezaron por enumerar cualidades del amor. El amor es incondicional, gratuito, fluye porque goza en darse, espontáneo, libre. de sí mismo. El amor es libre: escapa a las coacciones, controles, manipulaciones.

El coordinador de la Posada pidió a los jóvenes que representaran esas cualidades del amor en forma gráfica. Los símbolos más sugestivos fueron: la rosa, la lámpara y el árbol. La rosa se da en fragancia en todo momento, sin condiciones. La lámpara no niega sus rayos a quien camina bajo su luz. El árbol ofrece su sombra indiscriminadamente. La bondad absoluta de la rosa, de la lámpara y del árbol son imágenes fieles de lo que sucede con el amor.

La rosa difunde su fragancia simplemente porque disfruta dándola, independientemente de que esté o deje de estar quien recibe su perfume. Lo mismo ocurre con la lámpara: brilla sin pensar si su esplendor iluminará al ser amado. O como el árbol, que ofrece su sombra sin condiciones.

La rosa, el árbol y la lámpara dejan al amado en completa libertad de recibir los dones que le ofrecen. La rosa no obliga a quien ama a aspirar su perfume, el árbol no lo arrastra hacia su sombra aunque corra el riesgo de sufrir una insolación, y la lámpara no ensancha su haz de luz para evitarle que tropiece en la oscuridad. La rosa, la lámpara y el árbol responden al amor en plenitud en todo momento, al mismo tiempo que respetan la opción de corresponder del ser amado. El amor sólo da de sí: ni posee, ni se deja poseer.

En una cultura en la cual estas cualidades del amor son raras, también ha de ser rara la capacidad de amar. Los jóvenes insistían en que la necesidad más profunda del hombre es la de abandonar la prisión de su soledad. Expresaban que la solución sexual constituye una solución parcial al problema del aislamiento: el acto sexual sin amor nunca elimina el abismo que existe entre dos seres humanos. Coincidieron en que la cualidad por excelencia del amor era el dar y el darse. ¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene en su propia vida: su alegría, entusiasmo, interés, compromiso, y aún tristeza. Comparte sueños, proyectos, ideas: expresiones de lo que está vivo en él y que enriquecen a la otra persona. Dar produce más felicidad que recibir, porque no dar de sí a la persona amada resultaría doloroso.

Comentaron como ejemplo el cuento de O. Henry, en el cual una pareja de recién casados veía acercarse el día de su primer aniversario y, azotados por la crisis económica de los tiempos, no disponían para comprar regalos. Ella vende su cabellera para comprar un extensible para su reloj, y él, sin saberlo, vende el reloj para comprar una diadema para su hermosa cabellera.

Cuando abren los regalos, ella se quita el sombrero y muestra la cabeza que ha quedado sin su reluciente cabellera, y él siente nostalgia por el reloj heredado del abuelo: ambos se llenan de pena. Se hace un silencio hondo, pero después, una lucidez penetrante les permite ver la realidad de su amor más allá de aquellos regalos. Sonriendo desde la otra orilla del éxtasis, se miran con ojos luminosos. Hay un nuevo brillo en sus pupilas. Aturdidos por la revelación de que no sólo se puede ser feliz en la opulencia, ese instante marca un peldaño más en la historia de su amor: se aman también en la adversidad. Descubren que el amor hace que en la memoria del corazón se eliminen los malos ratos y se magnifiquen los buenos. Gracias a este artificio, los que se aman viven eternamente enamorados.

El cuento de O. Henry produjo en los jóvenes que lo escucharon muchos comentarios y definiciones al respecto: El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre dos personas. Un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, productor de emociones y actitudes. Una virtud que representa toda la bondad, compasión y afecto del ser humano y lo trasciende al manifestarse como una fuerza que mantiene unido al universo.

La celebración de la Navidad nos recuerda que los jóvenes no han perdido la sensibilidad ni su aspiración al verdadero amor. La sed de ternura está escondida bajo la escarcha del invierno, y en cualquier momento puede atreverse a salir a la luz.

betrevino@prodigy.net.mx

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