COLUMNA PRINCIPAL

Desafío

Rafael Loret de Mola

De las cloacas de la vida institucional sale la podredumbre cada día. Es como si estuviéramos en el drenaje de Culiacán, refugiados como dicen que estuvo “El Chapo” Guzmán allí, esperando encontrar una salida libre de acosadores, depredadores políticos y ponzoñosos cómplices del poder. Y es que, sencillamente, no cesan las burlas ni los ensayos mediáticos para asegurar la manipulación colectiva; así actuó, como muestra, el señor peña nieto al “conmemorar” la expropiación petrolera, el pasado 18, asegurando que los hidrocarburos y las reservas son “todavía” nuestras. Más bien pareció un anuncio de lo que sabemos inevitable pese a los “frentes patrióticos” en vías de estructurarse; ¿pero seremos capaces de dar la cara a la hora buena? No, claro, si formamos parte del grupo gobernante y sus consignas; sí, en cuanto avizoremos el futuro de nuestros hijos y nietos.

Fíjense: a través de las semanas recientes se han confirmado los despilfarros –por cuatro mil quinientos millones de pesos sobrepasando los límites impuestos por la legislación electoral-, de enrique peña durante su campaña presidencial; de similar manera aparecieron los fraudes de PEMEX a través de Oceanografía S.A. de C.V. que permitieron ampliar los privilegios y fortunas no sólo de los hijos de marta, la de las “muchas faldas”, sino igualmente de calderón y su testaferro César Nava Vázquez a quien ni siquiera se ha mencionado en la trama cuando él fungió como director del jurídico de la paraestatal cuando se extendieron las concesiones nauseabundas; y, cómo no, los pecados de las administraciones perredistas en el Distrito Federal se materializan en las deficiencias tremendas y los excesos pecuniarios –les dicen desvíos- por casi siete mil millones de pesos.

Y todo ello, ¿para qué? Quizá con fines distractores, esto es para despejar un poco la ruta de los enfrentamientos entre las mafias –las de fuera y dentro del gobierno-, y posibilitar absurdos como dejar libre la plaza de Culiacán, por donde ahora se pasean Ismael “El Mayo” Zambada, Juan José Esparragoza “El Azul” y el nuevo líder, Dámaso López Núñez, “El Mini Lic.” Quien inexplicablemente rebasó a los anteriores de manera automática, esto es como si fuera un mandato preestablecido por el aprehendido Joaquín Guzmán Loera. ¿Qué clase de juego es éste?¿Y a dónde conduce? Nadie en Sinaloa cree el cuento de que la Armada, con los marines estadounidenses, le capturaron gracias a las labores de inteligencia; bien se sabe que el personaje solía colocar un cordón de seguridad a quinientos metros alrededor de donde pernoctaba... y el 2 de febrero no había sino un pobre sicario dormitando en el lobby del Condominio Miramar, en Mazatlán. Ni caso buscar la lógica de esta versión absurda, descocada.

Lo mismo sucede con las maniobras del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL) destinadas a dar la apariencia de fortaleza a un gobierno que cede debajo de la mesa. Con las leyes reglamentarias a la ley sobre el renglón, se observa que se ponen obstáculos, una especie de muralla, a la reforma que, sólo por unos días, causó revuelo porque, supuestamente, se ponía a dos empresarios fuertes, Carlos Slim Helú y Emilio Azcárraga Jean, en los acotamientos para luego rebendecirlos con noticias alentadoras sobre todo en cuanto a los privilegios para obtener los dos nuevos canales de televisión falsamente ofrecidos a quien puje por ellos y, más bien, recortadas las ofertas para privilegiar a los poderosos concesionarios del ramo. ¿Otra burla más?

Y así seguimos. Por ejemplo, las casas de interés social, operadas por INFONAVIT, siempre han asado por aduanas en donde las comisiones son del más alto calado. Imagínense, por allí pasó emilio gamboa patrón, cuando se construía un largo currículo en un sexenio, el de salinas, y ahora figura como director general el junior Alejandro Murat Hinojosa, hijo de Pepe Murat Casab, el ex gobernador de Oaxaca que vuelve a ser motivo de interés por cuanto influyó en el magnicidio de Colosio, al ser él quien insistió en colocar el templete ara que el malogrado candidato no pudiera salir vivo de la trampa. ¿Tampoco será motivo de indagatoria, lo mismo que el execrable general Domiro García Reyes quien acaso respondió con una traición a los malos tratos de Luis Donaldo a causa de la torpeza del propio mílite?

El junior Murat se acercó a peña nieto desde los días en que gobernaba el Estado de México –convertido ahora en una apuesta de Gustavo Madero Muñoz, en su desatada verborrea para asegurarse la dirigencia nacional del PAN como si los electores fueran fantasmas-, por sugerencia de su progenitor, siempre calculador y malicioso como cuando planeó aquel auto-atentado en los días finales de su administración estatal, en marzo de 2004, sobre el libramiento de la otrora verde Antequera.

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