miércoles, 17 de octubre de 2012

EDITORIALES



Algo Que Comentar




René Chávez Deníz

Ante el slogan de playeras de colores negros y frases en colores blancos  que circulan en comercios  y que el principal consumidor de dichas prendas son jóvenes, es curioso detectar las que tienen la leyenda siguiente:   “Probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida”, pone de actualidad la necesidad y conveniencia de considerar y esclarecer la cuestión de la existencia de Dios desde el punto de vista histórico,  filosófico y teológico.

Históricamente, todos los pueblos primitivos y antiguos, así como los modernos y contemporáneos, creyeron y creen en la existencia de Dios, aunque la expresaron y expresan de diversas formas, desde un Dios animista y politeísta al Dios monoteísta de los judíos, cristianos y musulmanes, siendo millones y millones sus creyentes. 

Entre los religiosos, unos son simplemente creyentes y otros creyentes-practicantes. Entre los no religiosos, unos son ateos porque niegan la existencia de Dios y otros son agnósticos que no la niegan, pero dudan. El slogan citado “probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida” es agnóstico. No afirma que Dios no exista, sino que duda de que exista.

La filosofía platónica, aristotélica, gnóstica, neoplatónica, patrística, escolástica, renacentista y racionalista de Descartes defiende y afirma la existencia de Dios. La filosofía idealista de Khan y la modernista considera la existencia de Dios como un postulado de razón práctica. Ello me recuerda lo que Unamuno dice y escribe: “no se si Dios existe o no, pero lo siento en la vida, y sobre todo, cuando leo los Evangelios”.

Teológicamente, las religiones judía, cristiana y musulmana, extendidas por todo el mundo con miles de millones de fieles, creen en un Dios vivo, personal, eterno, principio y fin del mundo y del hombre, que se manifiesta por la razón humana, y se revela en el Antiguo y Nuevo Testamento de la Biblia y en el Corán. 

Dentro de la religión cristiana, la confesión protestante, entre ellos, Lutero, K. Barth y R. Bultman, y los fideístas y tradicionalistas niegan que la razón humana tenga capacidad para conocer a Dios, afirmando que solo podemos conocerlo por la revelación divina, por la fe o por la tradición de nuestros antepasados. Sin embargo, la confesión católica afirma que la persona humana puede conocer la existencia de Dios, no solo por la revelación divina, sino que también puede conocer su existencia por la sola razón.

Los ateos, que defienden las filosofías que niegan la existencia de Dios, y los agnósticos que dudan, basan sus razones en la diversidad de religiones, en que el ser humano no puede demostrar su existencia, en la existencia del mal, dolor y sufrimiento de las personas inocentes y en que la libertad humana es incompatible con la existencia de Dios, afirmando que solo existe materia que puede verse y probarse. 
Así pues, aún recuerdo mi examen final en la materia de metafísica realizando mis estudios filosóficos, mi maestro Carlos L. Olmos Torres me dijo: “si crees en Dios demuéstralo, no lo que dicen los libros y la fe sino tus conclusiones finales fruto de tus estudios filosóficos”.

Ante esta pregunta tan difícil y fácil a la vez,  expresé mis conclusiones  sobre la existencia de Dios.
Primero, las diversas religiones tienen su origen en las distintas condiciones educativas, culturales y sociales de los pueblos.

Segundo, el ser humano puede conocer y demostrar la existencia de Dios por medio del movimiento, del efecto, de la contingencia, del grado de perfección y del orden que hay en mundo. 

Tercero, Dios no es responsable de la existencia del mal y el dolor, que es ausencia de bien, sino que es producto de la libertad humana.

Cuarto, la libertad humana es compatible con la existencia de Dios, que es Amor y Vida. 

Por consiguiente, la persona humana debe sentirse alegre, contenta, satisfecha, y no hay razón alguna para temer a Dios, que es Padre, Amor y Vida. 
Aquí entre nos, que sencillo es poder demostrarle a los agnósticos o ateos la existencia del creador por quien vivimos y estamos en este mundo. Hasta la próxima.
 

Conjeturas

Álvaro Cepeda Neri
Que Peña respetará las libertades… más le vale
Con grandiosos acontecimientos de dimensión universal, como las Revoluciones de 1810, 1854 y 1910 (nos falta la del 2010 que, al parecer, sólo se ha pospuesto), el parteaguas de más reciente celebración es el estallido de 1968, cuando vanguardias estudiantiles sobre todo de la UNAM y el Politécnico, arrastraron a unos dos millones de mexicanos que se enfrentaron al sangriento autoritarismo del cruel Díaz Ordaz, quien tuvo su imitador en Salinas de Gortari y su repetidor en Calderón, y fijaron el límite al abuso del poder presidencial.
Este octubre se cumplieron 44 años de cuando en la plaza de Tlatelolco, ese díazordacismo-priísta, arremetió contra quienes protestaban por la brutalidad policiaca. Y en la plaza de la Constitución, cuando las juventudes del PRI, al mando de Jesús Salazar Toledano, dizque organizaban un desagravio a la Bandera, los tanques se fueron encima de quienes estaban ahí y desde los balcones de Palacio Nacional, de la Suprema Corte y de la administración defeña, los empleados aventaban monedas y piedras a los soldados que agredían al pueblo.
Este 2 de octubre en la ciudad de México, unos 50 mil estudiantes, profesores y ciudadanos se citaron en la Plaza de la Constitución para el “¡2 de octubre no se olvida!”. Incluso se izó la Bandera a media asta, en señal de luto por los caídos y encarcelados, que lucharon por rescatar la vigencia de las libertades constitucionales. Destacaron los jóvenes del movimiento #YoSoy132, recogiendo la antorcha del 68 como nuevas vanguardias para frenar los abusos que en 12 años resucitó el autoritarismo panista con el agravante de la guerra que arroja más de cien mil homicidios. Y miles de víctimas más.
Pero el oportunismo y la traición política no cesan en las élites que gobiernan. Así que el presumido presidente electo, para quedar bien con el movimiento estudiantil, declaró que será respetuoso de las libertades y derechos de los mexicanos. Faltaba más. Y más le vale a Peña y su antiguo PRI someterse al imperio constitucional. Y digo antiguo porque existe un ala que propone su modernización, impulsando la Reforma Política (saboteada por las huestes peñistas en la pasada Legislatura) que busca cercenar a la actual Presidencia, para mayor democracia y republicanismo; separando al jefe de Estado del jefe de Gobierno y transformando a las dos cámaras del Congreso en un auténtico Parlamento para tener una Presidencia de la República semiparlamentaria.
Más le vale a ese peñismo, aunque ya se nota que quiere una presidencia al estilo autoritario de Álvaro Obregón en los últimos dos años de su cuatrienio, con otro signo de autoritarismo al usar la palabra “adelante” que utilizó Echeverría, el autor de la masacre del 2 de junio. Que Peña quiera hacer caravanas con el sombrero de respetar libertades (lo que es su obligación), para ver si penetra al movimiento #YoSoy132, es oportunismo. Pero ha empeñado su palabra y esperemos que cuando se instale en Los Pinos sepa ganarse la Presidencia que obtuvo a la mala, legitimando el cargo al ejercerlo democrática, republicana y constitucional. Y sin Atencos.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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