TUXPÁN

Realizaron las tradicionales pastorelas 

 

La cuadrilla de pastores Abajeña, o conocida como la de los Marques  en la adoración a la imagen del niño Jesús.

Roberto Gutiérrez Flores/Tuxpan 

Buenas orquestas y excelentes actores que representaban su papel, dentro de las obras que se presentaban en las pastorelas, fueron características que se mantuvieron durante mucho tiempo dentro de las representaciones que aún se siguen escenificando por las cuadrillas Arribeña, Abajeña y Pronunciada las más significativas y que continúan manteniendo vigencia en estos años.

Esta apreciación la hizo el señor Jesús Vázquez, quien a sus casi 80 años le tocó ser testigo presencial de esta festividad en la que se honra al niño Jesús, y el proceso que ha seguido hasta ahora con los cambios y adaptaciones hechas por nuevas generaciones.

“Los arribeños les decían a los de don Juan Velázquez papá de Pablito el músico, los abajeños que los conocían como la cuadrilla de los Márquez, y había unos que eran los del Trobale, que fue un grupo más que iban hasta el otro lado de la vía por la calle Morelos y hasta allá acudían los actores, y músicos de la pastorela para cantarle al niño del que era dueño el Trebole, en lo que era en ese entonces una fiesta grande en la que abundaba la comida, y la música porque quienes adquirían algún compromiso se lo tomaba muy en serio, y no había incumplimientos.”

Existen casos de actores que por muchos años participaron en una cuadrilla, y posteriormente pasaron como el caso de don Abel Vázquez, quien siendo la representación del mal en la cuadrilla de don Juan Velázquez, paso a formar parte de la cuadrilla contraria que busca aprovechar el talento histriónico de quienes sin ser profesionales, o de escuela logran trasmitir como simples aficionados los mensajes que contienen las obras, en este teatro del pueblo que de acuerdo a antecedentes se conoce fue instaurado por el mismo Fray Juan de Padilla para hacer llegar el mensaje de la evangelización a los nativos. 

El legado de las pastorelas se ha trasmitido de padres a hijos y actualmente una nueva generación es quien se hace responsable de cumplir con la tradición heredada de los abuelos, aunque se ha extendido esta fiesta a la creación de nuevos grupos en los que jóvenes se integran a conocer más de la fiesta del niño, y llevan a cabo los distintos rituales que caracterizan a la celebración como la llevada del niño al templo, o los cantos en los domicilios de los capitanes de día, representando sus obras en nuevos escenarios lo que permite pueda continuar preservándose por muchos años más.