viernes, 25 de abril de 2014

COLUMNA PRINCIPAL




Un momento por favor


 


José de Jesús Juárez Martín


Las visitas pastorales a las parroquias de Ciudad Guzmán



En los 41 años de la Diócesis de Ciudad Guzmán y con el deseo de dejar testimonio de los acercamientos del actual Sr. Obispo con la feligresía de esta ciudad, en este escrito rememoramos en especial al Emérito Sr. Obispo Don Serafín Vásquez Elizalde, de feliz memoria, segundo Pastor de 1978 al arribo a esta ciudad del Excmo. Sr. Don Rafael León Villegas el 10 de febrero del año 2000.

La llegada de D. Serafín Vásquez Elizalde, como segundo Obispo de Cd. Guzmán, el 31 de enero de 1978, aumentó las esperanzas de apoyo a los trabajos pastorales. Él convocó a los presbíteros, desde el principio, a trabajar unidos, a orar juntos y a estudiar en equipo, nos dice el Pbro. José Sánchez Sánchez actual párroco en Sayula.

“El estudio del Documento de Puebla, la investigación de la realidad y la reflexión sobre la Iglesia servidora del Reino llevó en 1983, a Don. Serafín, junto con los presbíteros y algunos agentes de pastoral a hacer una opción pastoral que marcaría la vida diocesana: Una Iglesia que hiciera opción por los pobres, por las Comunidades eclesiales de base y por los jóvenes”. (Coinciden el Sr Cura Sánchez y el formador de seminaristas Pbro. Alfredo Monreal Sotelo).

Con el tiempo se visualizaron y se trabajó por las opciones, animada, la Iglesia Diocesana por el Espíritu Santo. Reconstruir la Iglesia como comunidad al servicio del Reino de Dios desde la base, una Iglesia descentralizada a los barrios y ranchos de las parroquias y articulada en Comunidades Eclesiales de base.

“La participación de los seglares comenzó a ser un elemento indispensable en la vivencia de esta opción eclesial en la realización de tareas, en la búsqueda y la toma de decisiones del proceso pastoral, en las asambleas parroquiales, vicariales y diocesanas. En ese tiempo Don Serafín junto con el presbiterio vieron la necesidad de que los seminaristas fueran formados en la Diócesis, teniendo como marco referencial el proceso pastoral diocesano. En 1983, se iniciaron los estudios de Teología en el seminario diocesano y en 1986, los de Filosofía.

El terremoto de 1985 trajo como consecuencia positiva el caer en la cuenta de que la Iglesia, al servir al pobre, tenía que estar comprometida con la organización del mismo para alcanzar su liberación. En esta coyuntura nacieron innumerables organizaciones básicas de cooperativas de autoconstrucción, de consumo, comités de solidaridad y una organización popular más amplia: El comité central de damnificados”.

La coyuntura política de 1988, ayudó a aclarar el compromiso de la participación de los seglares en el campo político. Lo que influyó en la alternancia de gobiernos municipales, estatales y federales la oposición en algunas comunidades tradicionalmente del partido oficial tuvo fracturas definitivas.

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