martes, 22 de abril de 2014

NACIONALES


Marina, factor de paz: Peña Nieto; Soberón destaca caída de criminales intocables



El Presidente asevera que la nación se defiende cada día


VERACRUZ, Ver
Al encabezar la ceremonia conmemorativa del Centenario de la Gesta Heroica de Veracruz, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a los mexicanos a ser perseverantes al afirmar que “la nación se construye y defiende todos los días”.

Aseveró que las instituciones militares siempre están listas para defender y proteger a la nación. Sobre la Armada de México, Peña Nieto dijo que es un factor de paz y seguridad.

“Como Presidente de la República me enorgullece ser el comandante supremo de instituciones leales, íntegras y profesionales”, expresó.

Por su parte, el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón, advirtió que frente a delincuentes que se sentían “intocables” se ha ejercido todo el poder del Estado.

“Es una muestra de los resultados que hemos obtenido con la política de seguridad y procuración de justicia”, aseguró.

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, manifestó que “nos encontramos ante la gran oportunidad de transformar a México”.




Peña pide entrega y perseverancia

Conmemoran el Centenario de la Gesta Heroica de Veracruz; el Presidente de la República dice que la nación se construye y defiende cada día.

El presidente Enrique Peña Nieto convocó a los cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar y a los mexicanos en general a mantener la entrega y la perseverancia, porque “la nación se construye y defiende todos los días”, además de que “no hay esfuerzo menor en la obra colectiva llamada México”.

Durante la celebración del Centenario de la Heroica Defensa del Puerto de Veracruz, también destacó que “la Armada de México es pilar de la nación libre y soberana que hoy integramos”, así como factor de seguridad, paz, crecimiento y desarrollo.

Desde 1914 la Armada de México es un factor importante en la defensa de la nación libre y soberana que somos, abundó en el acto celebrado en la Macroplaza ubicada frente al baluarte de San Juan de Ulúa.

El mandatario también alabó el patriotismo de los cadetes y ciudadanos que hace 100 años se unieron para proteger a la patria de la agresión extranjera, en un acto que consideró histórico y de la mayor trascendencia para el país.

Luego de pasar lista, tomar protesta y entregar espadines a cadetes de esa institución, de los cuales 204 realizaron la jura de bandera, el Ejecutivo federal hizo un reconocimiento a las fuerzas armadas.

Ante los secretarios de Marina, Vidal Francisco Soberón, y de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, señaló que “como Presidente de la República me enorgullece ser el comandante supremo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea Mexicana, leales, íntegras, profesionales y siempre listas para defender a la Patria”.

El mandatario federal resaltó la labor de las fuerzas armadas en la defensa de la soberanía nacional, el combate a quienes actúan al margen de la ley y el apoyo a la población en situaciones de emergencia.

“En el presente como en el pasado la Marina defiende a México, es un factor de paz que protege a las población de diversas ciudades y regiones y enfrenta con decisión a quienes actúan al margen de la ley.

“Es un factor de seguridad al vigilar nuestras costas e instalaciones marítimas, es un factor de tranquilidad al auxiliar a la población que padece los embates de la naturaleza, así como a las personas que naufragan en la mar”, sostuvo.

Luego de recordar la acción heroica del 21 de abril de 1914 encabezada por los mexicanos Manuel y José Azueta, así como Virgilio Uribe, el ejecutivo federal extendió el reconocimiento de su gobierno a la misión que cumplen el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana.

A los 204 cadetes de la generación del centenario de la gesta histórica, integrantes de la Escuela Naval Militar, los exhortó a querer y defender la patria, aún a costa de su vida.

“Amar a nuestra bandera y a la patria en ocasiones demandará sacrificio pero siempre, invariablemente, les exigirá energía, entrega y perseverancia”

El Presidente recordó que la ciudad de Veracruz es reconocida como cuatro veces heroica: “La primera fue por lograr la rendición de las últimas tropas españolas, que hiciera el capitán de fragata Pedro Sáinz de Baranda, en 1825. La segunda, por la defensa frente a tropas francesas, en 1838. La tercera, por la resistencia frente a la invasión estadunidense de 1847” y la cuarta por los hechos heroicos que hoy se conmemoran.

Desde entonces, continuó, “el ejemplo de honor y valor de los jóvenes cadetes ha inspirado a los mexicanos. Por ello, en 1949, el Congreso de la Unión declaró heroicos a la Escuela Naval Militar y al Colegio Militar”.

Tras encabezar el desfile cívico-militar por esta ocasión, el presidente Peña depositó una Ofrenda Floral y montó una Guardia de Honor en el Monumento a los Defensores de Veracruz.

Posteriormente abanderó la patrulla costera ARM Palenque PC-333, atrancada en el muelle del puerto. El mandatario recorrió la unidad marina junto a los secretarios de Marina, Vidal Francisco Soberón y de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, así como el gobernador, Javier Duarte, acompañados de sus respectivas esposas.

También reinauguró el Museo Naval de México y canceló el Timbre Postal Conmemorativo al Centenario de la Gesta Heroica de Veracruz.

Antes de viajar de regreso a la Ciudad de México para encabezar el homenaje en Bellas Artes al escritor Gabriel García Márquez, Peña Nieto asiste a una comida con autoridades de la entidad, del municipio de Boca del Río, así como empresarios de la región.

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, aseguró que “hoy honramos la memoria de mexicanos ejemplares. Aquí, en esta plaza, encontraron un sepulcro de honor, quienes cayeron aquí hicieron lo correcto para defender lo correcto”.

Añadió que a diferencia de hace 100 años, hoy México no es un país amenazado, sino respetado por el mundo, que construye lazos con responsabilidad global, democrático y piensa con optimismo en su futuro.

Dijo que a diferencia del México de antes, ahora existe un país optimista de su futuro, un país de instituciones con un gobierno que cumple sus compromisos y que avanza decidido para aprovechar sus recursos energéticos, de competitividad y telecomunicaciones.

Posteriormente, en la misma plaza y frente al monumento de honor de los cadetes caídos en la defensa de 1914, se llevó a cabo un desfile cívico militar en el que participaron mil 367 personas.

Al acto asistieron los secretarios de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña; de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, y de Turismo, Claudia Ruiz Massieu Salinas.

Los secretarios de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza; y de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, así como el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, también acompañaron al mandatario federal a esta conmemoración.

Además, acudió el empresario Olegario Vázquez Raña, presidente de Grupo Empresarial Ángeles, así como el exgobernador veracruzano, Miguel Alemán Velasco.

Tras el acto, el Presidente reinauguró el Museo Naval México y canceló el Timbre Postal Conmemorativo al Centenario de la Gesta Heroica de Veracruz.



Consejeros apuestan a construir confianza en el nuevo INE



En cuanto a su imparcialidad, afirman que no “están coloreados” por los partidos; el nuevo Instituto Nacional Electoral apenas se está “posicionando” en la opinión pública,


CIUDAD DE MÉXICO

Ante la baja confianza en el nuevo Instituto Nacional Electoral (INE) reflejada en la encuesta publicada ayer por Excélsior, consejeros de esa institución tomaron como normal esa reacción ciudadana.

Indicaron que precisamente el desafío es explicar a la gente qué es el INE y ganarse la confianza de los ciudadanos.

La encuesta publicada ayer por este diario indica, por ejemplo, que 70 por ciento duda que el instituto podrá evitar o sancionar irregularidades frecuentes en elecciones estatales y municipales.

Asimismo, el estudio estadístico reveló que 56 por ciento cree que los consejeros electorales buscarán favorecer a algún partido político.

Ciro Murayama, integrante del Consejo General del INE, explicó que la confianza no es una “aparición”, sino una “construcción”, y en cuanto al tema de la imparcialidad aseguró que no son “consejeros coloreados” por los partidos políticos.

Habló de saber comunicar y demostrar que los consejeros electorales son funcionarios al servicio del Estado mexicano y no del gobierno federal.

Benito Nacif, quien fue consejero en el Instituto Federal Electoral (IFE), dijo que el INE es algo nuevo y que aún está en proceso de “construcción”.

Apuntó que con el paso del tiempo los ciudadanos empezarán a familiarizarse y tener una interacción con el nuevo instituto mediante los módulos de atención ciudadana, y consideró que las percepciones cambiarán con el paso del tiempo.

“El INE es algo nuevo que la gente aún relaciona con el IFE, porque el INE ha surgido sobre las bases que le ha proporcionado el IFE y que aún está en, digamos, proceso de construcción. Son opiniones que tienen que ver con un INE que apenas está empezando a tener un posicionamiento en la opinión pública.”

Ambos consejeros defendieron la imparcialidad con la que conducirán los trabajos del instituto, pues, aseguraron, no se convertirán en la voz de los partidos en el Consejo General.

“Sobre la imparcialidad del INE yo creo que un aspecto importante es el grado de consenso entre las fuerzas políticas con la que se dio esta designación; es decir, eso implica que no hay consejeros coloreados a favor de un partido, se trató de una decisión política, por supuesto,” explicó Ciro Murayama.

Agregó que hay que tener en claro que los “consejeros ciudadanos” existieron en 1994, pero después se cambió el nombre a “consejeros electorales”, por lo que pidió que “no hay que pensar que nosotros no somos una ONG que dirige el IFE; somos funcionarios del Estado nombrados por un órgano del Estado de acuerdo a la Constitución y nuestra labor es encabezar y tomar las decisiones de una institución del Estado mexicano; bueno, eso hay que explicarlo y demostrarlo”.

Antes, había asegurado que hicieron el nombramiento del secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo, “sin intervención del gobierno ni de partidos; no les preguntamos quiénes deben ser los funcionarios, ni tampoco nos van a imponer a los consejeros de los estados. Eso va a ser una decisión única de los consejeros electorales”.

“De tal manera que estos datos que muestra la encuesta son muy útiles para saber el punto de partida, para señalarnos que hay todo un reto para ir explicando qué es el INE e ir construyendo la confianza”, dijo Murayama.

Preparan el ajuste de las secciones electorales

En los próximos días el INE iniciará un ajuste de las secciones electorales, lo cual involucrará a 404 mil ciudadanos.

El procedimiento implicará mover 80 secciones electorales para reajustar su cartografía, y para esos ciudadanos cambiará el número de sección en la que votarán en 2015.

Así se decidió en la primera reunión de una Comisión del INE, la del Registro Federal de Electores, que además de instalar sus trabajos aprobó retomar el reseccionamiento.

“Son 50 secciones que están debajo del límite inferior de 50 ciudadanos y son 30 secciones que están por encima del límite superior que permite la ley,” explicó el presidente de esa comisión, Benito Nacif.

Los trabajos concluirán en noviembre, y en cuanto a la facultad del INE para participar en la distritación de las entidades federativas, el consejero electoral explicó que no hay condiciones en este momento, por lo cual se haría después del proceso electoral de 2015.


Bellas Artes se viste de ‘mariposas’ amarillas para despedir a Gabo




Música clásica, flores amarillas y nutridos aplausos recibió la urna con las cenizas del escritor colombiano Gabriel García Márquez




CIUDAD DE MÉXICO

El palacio de mármol, máximo recinto cultural de la Ciudad de México, se tiñó de amarillo; el de las rosas que colorearon el vestíbulo alfombrado para recibir la urna con las cenizas de Gabriel García Márquez, que fue despedida por más de 50 mil personas, según informó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Fue el homenaje póstumo al Premio Nobel de Literatura 1982, quien falleció el 17 de abril a los 87 años de edad, luego de permanecer ocho días hospitalizado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y diez más convaleciendo en su casa.

Por la puerta de la Sala Principal, Mercedes Barcha, esposa del autor de Cien años de soledad, y sus hijos Gonzalo y Rodrigo, entraron alrededor de las 16:16 horas, acompañados por María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, y Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, quien colocó la urna sobre un pedestal.

Tras un minuto de aplausos de los invitados, entre amigos, escritores y editores, la familia formó la primera guardia de honor con Tovar y de Teresa y García Cepeda, al tiempo que el Ensamble Clifton interpretaba Danzas Rumanas y Rapsodia Rumana.

Siguieron en las guardias las nietas del autor colombiano y su hermano Jaime García Márquez, y tal vez la escolta más emotiva fue la de sus asistentes Mónica Alonso y Genovevo Quiroz, con personal de servicio de la casa de Gabo –como le llamaban sus amigos cercanos– quienes recibieron un aplauso de los asistentes.

Cerca de 20 minutos después, las puertas del palacio se abrieron para que el público general entrara luego de esperar en la explanada hasta más de cuatro horas para despedirse de su escritor, de su Gabo.

Sin detener el paso, los lectores, principalmente jóvenes, pasaron frente a la urna, y desde ahí depositaban las flores a una caja negra colocada en las escalinatas. Algunos lograban tomarse una foto, y otros apenas dejar ramos de rosas sobre las escaleras.

Lo que en algún momento parecía un acto solemne, tuvo tintes de fiesta colombiana con la entrada de un grupo de músicos populares que, formados en la fila del público, interpretaron canciones de vallenato, género autóctono del Caribe que el autor de Noticia de un secuestro disfrutaba escuchar y bailar.

Fue cuando los nietos del escritor e incluso su esposa, a quien llaman en honor La Gaba, aplaudían y dibujaban una sonrisa en su rostro, en medio de pésames, abrazos y besos que amigos y funcionarios les ofrecían en muestra de cariño.

Diez minutos después de las 19:00 horas las puertas del recinto se cerraron para esperar la llegada del presidente Enrique Peña Nieto y su homólogo colombiano Juan Manuel Santos, acompañados por sus esposas Angélica Rivera de Peña y María Clemencia Rodríguez de Santos, respectivamente.

Luego de saludar a la familia García Barcha, el mandatario Colombiano dijo que su visita al recinto era para dar cuenta de que Gabo, el más colombiano de los colombianos, seguía vivo, y celebró que se le recordara entre los murales de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.

“Hoy venimos a la tierra de Rulfo y de Reyes, de Fuentes y de Paz, a traer nuestro brazo solidario a La Gaba, esta gran mujer que llevó el mundo sobre sus espaldas para que su esposo escribiera; a Rodrigo, Gonzalo, a toda la familia de nuestro Gabo, y venimos a dar testimonio de que Gabo sigue vivo”, expresó.

En seguida, Peña Nieto resaltó la fortuna de que fuera México el país que el autor colombiano eligió como segunda patria a donde llegó en 1961; aquí, dijo, fortaleció su familia, escribió su novela máxima Cien años de soledad, e hizo amigos entrañables.

“Aquí los mexicanos vimos crecer con admiración ese árbol frondoso y eterno que es García Márquez, los mexicanos lo quisimos y lo habremos de querer siempre. Su inspiración y su ejemplo estarán siempre con sus amigos”, dijo.

En su participación, Tovar y de Teresa señaló que al novelista se le debe la creación de un continente: Latinoamérica. “La literatura de América Latina se volvió universal en el siglo XX gracias a una generación de escritores encabezada por García Márquez que recurrió a la realidad para inventar la vida del hombre. El realismo mágico no es más que la naturaleza realzada, vocabularios y expresiones enriquecidas”.

Así, el presidente de Conaculta definió al autor de La hojarasca como un descubrir de mundos. “Al igual que Juan Rulfo, Gabo fue un nuevo descubridor, un bautizador de un nuevo mundo, se dio a la tarea interminable de darle nombre a América. Aquí Gabo pudo sin celos, en perfecta concordancia, ser colombiano y mexicano”.

Entre los asistentes, estuvieron los escritores Homero Aridjis, Jorge F. Hernández, Ángeles Mastretta, Silvia Molina, Héctor Aguilar Camín; los periodistas Jacobo Zabludwsky y Guillermo Angulo; los editores Carlos Ramírez, de Santillana, y Marcela González, de Alfaguara y Taurus.

También Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal; el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, el político Porfirio Muñoz Ledo, Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez; Carmen Miracle, esposa de Álvaro Mutis, y Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes.

Conforme la tarde avanzó, y se escuchaban melodías como Sueño de amor, de Liszt y Va Pensiero, de Paganini llegaron Homero Aridjis, Adolfo Castañón, Felipe Garrido y Miriam Moscona.

Tras los discursos, ambos mandatarios realizaron la última guardia de honor, y con ello concluyó la ceremonia. A la salida de los presidentes, la puerta del Palacio de Bellas Artes se volvió abrir para recibir a la gente que aún esperaba entrar; se estimaban que eran 200 aún formados.

El recinto cerró hasta que la última persona se despidió de Gabo, aunque de manera figurada, pues la familia retiró la urna de las cenizas al terminar los discursos.

Al final Gabo se despidió de sus lectores con remolinos de mariposas amarillas de papel que en la explanada del palacio se elevaron gracias al viento de la noche.

Más tarde, el INBA difundió un comunicado firmado por Mercedes, Gonzalo y Rodrigo en la que la familia reconocía los excelentes cuidados en el Instituto Nacional de Nutrición y su agradecimiento con esa entidad y con todos sus médicos, enfermeras y trabajadores no sólo por sus esfuerzos sino también por su discreción. “Un particular saludo al Dr. David Kershenobich, y al médico de cabecera de Gabo, Jorge Oseguera”.

La familia indicó que fue difícil este proceso tras la convalesencia y muerte del escritor a la luz de las cámaras, pero reconoció que en general ha habido moderación y respeto por parte de los medios, así como una franca expresión de afecto por Gabo como persona, escritor y periodista.

Pero –concluye– lo más conmovedor, por supuesto, ha sido la infinidad de gestos, comentarios y mensajes de admiradores y lectores del mundo entero. “Gente de todas las edades, extracciones y culturas ha expresado su amor por Gabo más allá de la tristeza de perderlo. Nos han hecho sentir que no lo han perdido sino ganado para siempre”.

“Paso a pasito llegamos”

El Palacio de Bellas Artes se convirtió en una fortaleza de mármol para que sus lectores tuvieran un momento de cercanía con las cenizas de Gabriel García Márquez. Hacia el mediodía ese palacio ya era un castillo donde miles de lectores hicieron fila para decirle adiós al creador de Macondo, el autor en lengua española más popular del planeta.

La fila de lectores nace en el Hemiciclo a Juárez. Es inmensa y se mueve como un río de sudor y carne, un caldo de lectores que bien pudo inundar el Estadio Azteca. A lo lejos sus figuras son las de tortugas que portan libros, mariposas y flores amarillas en las manos. Y ahí permanecen horas, estoicos al clima de un Macondo chilango que atraviesa tres estados: sol, lluvia y viento.

“Paso a pasito y llegaremos, ¿verdad, papá?”, preguntaba Homero tras permanecer dos horas en la fila. “Sí hijo, paso a pasito”. ¿Y para qué quieres ver a García Márquez?, se le preguntaba al niño de cinco años. “Para ver al rey de Macondo. Bueno, no era un rey, pero sí era importante, ¿verdad papá?” “Sí hijo, fue muy grande. Ya casi llegamos”.

A unos metros estaba Genis Jiménez, joven sicóloga de 30 años, nacida en Colombia, que el pasado domingo visitó la casa de Gabo para llevar un ramo de flores. Ahora trae en sus manos un ejemplar de El amor en los tiempos del cólera.

“Sé que es una fila bastante larga y no es para menos. Ha muerto uno de los personajes más importantes de la literatura hispanoamericana y me mueve a estar aquí ese sentimiento de vivir este momento histórico, pues es muy noble del pueblo mexicano este homenaje tan digno en el Palacio de Bellas Artes”.

¿Qué le dirías a Gabo si estuviera vivo allá adentro?, se le inquiere. “Le mostraría mi gratitud con letras mayúsculas, por esa genialidad y esa manera como retrató la cultura latinoamericana.”

Cien metros adelante un grupo de colombiano toca, canta y baila La gota fría. Su líder es Anderson Marbella, quien trabaja en el grupo Cartagena de Marbella, que se dedica a animar fiestas con ballenatos y cumbias.

“Ya tenemos dos horas de estar cantando vallenato y cumbia. Hemos tocado La pollera colorá, Los caminos de la vida y otras de Rafael Escalona, Silvio Brito, Wilson Choperena”. Casi por impulso vuelve a cantar y luego se interrumpe: “Ah, por cierto, no he visto un país que baile más la cumbia colombiana que México en el mundo entero”.

Al pie de la escultura ecuestre de Madero, ubicada en el acceso oriente de la Alameda Central, se encuentra Vladimir Montoya, joven de 30 años que realiza mariposas de origami para obsequiarlas al público que se le acerca.

Asegura que es maestro de origami y que ha expuesto en la galería de la embajada de Japón. ¿Y, por qué las mariposas?, se le cuestiona.

“Ah, es para honrar un poquito la memoria de Gabriel García Márquez con las famosas mariposas amarillas que se dan en el pueblo de Macondo”, dice.

¿Te formarás para ver las cenizas? “¡No!, yo decidí no entrar. Prefiero la fiesta con la ciudadanía que estar adentro con los presidentes”. En ese momento aparece la seguridad de los presidentes de México y Colombia y detiene la fila de lectores.

Hacia las 19.25 horas el cielo se rompe y comienza la lluvia. Sin embargo, los seguidores de Gabo ni se inmutan, continúan bailando, cantando y recuerdan lo que más les gusta de Cien años de soledad o de algunos cuentos. Se mantienen firmes, como Moais en la Isla de Pascua. No ceden su lugar. Y de la nada surgen impermeables, paraguas y la botana para los que ya sienten hambre.

Más allá aparece un nonagenario que bien pudo salir de alguna novela delGabo. Es don Rubén Banda, quien porta un letrero en forma de paloma donde ha escrito: “Gabo, te veré en el cielo”.

Una hora después inician los gritos de desesperación afuera del Palacio de Bellas Artes. Son casi 300 voces que no se callan: “¡Fuera Peña!”, “¡VivaGabo!”. Luego vienen los silbidos como si fuera un estadio de futbol. ¡Ábrannos! ¡Ábrannos!

Pocos minutos después la seguridad se retira del lugar y esas voces respiran con alivio. La fila avanza muy rápido, quizá demasiado. Pero al entrar en la boca del palacio descubren el engaño: ya no están las cenizas. Sólo han quedado las flores y el silencio.

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