Editorial
Transición
Cuando menos ya es la tercera
ocasión en que el presidente municipal, Anselmo Ábrica, se refiere a la
finalización de contratos laborales como parte del proceso de entrega
recepción. Y lo hace no porque esté
deseoso de cerrar ordenadamente su periodo, sino para que su equipo de
colaboradores entienda el claro mensaje de que la permanencia en el cargo no es
un asunto a negociar; no al menos con él.
En apariencia, Ábrica Chávez
rompe así con una añeja tradición en donde la autoridad saliente acordaba una
cuota de espacios administrativos para la continuidad de su primer círculo. En
el peor de los escenarios, los trabajadores inconformes con el relevo obtenían
la venia de su jefe político para acudir a los tribunales y lograr con ello la
reinstalación del puesto, o bien, gozar de una indemnización suficiente como
para poner el negocio de sus sueños. Ambas estrategias significaban la manera
en que el grupo que abandonaba palacio municipal extendía al siguiente periodo la
injerencia en los asuntos públicos aunque éstos fueran de menor importancia.
Anselmo quizás ya no ocupa entrar
a esa negociación porque buena parte de su equipo de colaboradores se la jugó
en la misma campaña, y si no, basta ver la lista completa de regidores para darnos
una idea de la influencia que tuvo en tal decisión. Pero al alcalde no le
interesa buscar una posición a sus preferidos porque éstos ya tienen un boleto asegurado
como futuros regidores; es decir, su ingreso al próximo ayuntamiento ni
siquiera corre por cuenta del propio José Luis.
El resto de los “voluntarios”
quedará a la espera de que el candidato electo valore –ya sin ningún compromiso
de por medio- la probable incorporación a su equipo de trabajo. Descobijados
por el actual presidente, los entusiastas funcionarios deberán pagar la factura
de haber descuidado sus labores administrativas sin solicitar licencia y sobre
todo, por brindar apoyo al entonces candidato por su propia cuenta; esto es:
sin el consentimiento de quien todavía es su jefe.
Hay quienes consideran que la
postura de Anselmo es nada más una maniobra para ir transfiriendo el poder a su
sucesor José Luis Orozco y sea él quien asuma la responsabilidad (o los costos)
de cumplir aquella promesa de que ningún servidor público repetirá en el cargo.
Falta ver si el compromiso electoral no es más que un juego de palabras en el
que, cuando mucho, se dé una dinámica de rotación.
Masiosare
Gracias
Kasuga, por compartirnos tu filosofía.
Noé García
Álvarez
Al iniciar a escribir estas líneas se me vino a la
mente el recuerdo de que han sido muchos los personajes que no siendo oriundos
de Ciudad Guzmán o de esta región, mucho a contribuido en el desarrollo
cultural y humano de esta región, tal es el caso de Don Juan S. Vizcaíno
Cronista Emérito que nació en Tapalpa, el Maestro Ramón Villalobos Castillo
“Tijelino” Gran Escultor nacido en Zapotlanejo, el Dr. José Luis Vivar Ojeda
Jarocho de nacimiento experto en Cine, el Mtro. Ricardo Sigala especialistas en
letras, de Guadalajara, el Mtro. J. Guadalupe Michel Parra investigador de la U
de G. nacido en el Limón, el Mtro. José de Jesús Juárez Martín, Decano en la
Docencia y en las Letras, de Capilla de Guadalupe, Alberto Pacheco Gallardo
Director de Teatro creo que de origen tapatío, entre otros muchos más hombres y
mujeres que han venido a estas tierras a compartirnos su talento, que como es
normal cuando se tratan de enlistar, comete uno grandes omisiones por las que
en este momento pido una disculpa a tanta gente que hace falta de agregar en
esta lista. Y hoy quiero referirme a un japonés, llegado a México a la edad de
9 años, como llegan muchos inmigrantes a este país, con una mano por delante y
otra atrás, pero con muchas ganas de construir algo nuevo y ser exitosos en la
vida, me refiero a Carlos Kasuga Osaka fundador de Yakult y esplendido
motivador.
El pasado viernes 20 de Julio después de ver algunos
anuncios en calles de la ciudad y de algunos mensajes recibidos por el
facebook, a las 10:00 de la mañana decidí ir a comprar mi boleto para asistir a
la conferencia que ese día impartiría Carlos Kasuga en el CUSur. Cuál fue mi
sorpresa, que en el negocio al cual fui a comprar mi boleto me informaron que
todos los pases estaban agotados desde un día antes y que ya no iba a encontrar
una entrada. No conforme, me dirigí a la oficina de la Cámara de Comercio,
quienes tenían entendido organizaban el magno evento, ahí me lo confirmaron,
850 boletos se habían vendido y todavía había gente esperando un lugar. Después
de una hora de espera y presenciar algunos ajustes administrativos, pude
conseguir el último boleto vendido para la conferencia, lo que me indicó que
debería de llegar con anticipación para encontrar un buen lugar y no vivir una
mala experiencia, como la ya presenciada. Finalmente a las 5:00 pm una hora
antes de la cita y después de haber obtenido el último boleto, fui el tercero
formado en la fila de ingreso para tomar un buen lugar.
Lo primero que me sorprendió es darme cuenta de cómo
la gente en este Municipio y de la región atendió una invitación a presenciar
una conferencia de primer nivel, no me hubiera sorprendido si se hubiera
tratado de una banda o de un artista del momento, pero si de un acto cultura,
cosa que me llenó de mucho gusto y esperanza.
Lo siguiente fue la conferencia, en el escenario
apareció un hombre de poco menos de 1.60 de estatura, de más de 60 años,
arreglado de una manera muy particular y de lo primero que habló fue de la
puntualidad. Una recomendación me quedó muy gravada, México se puede salvar por
el trabajo de dos sectores, los Maestros y los Empresarios y en el foro había
audiencia de los dos. En el segundo caso me toco presenciar como una empresaria
del negocio de las botanas, de tradición familiar de hace muchos años, ese día
paró su fabrica para llevar a todos sus empleados a presenciar la plática, los
cuales lucieron sus camisas y pantalones nuevos con el emblema de un Tucán. Ahí
me quedó claro que sí hay empresarios preocupados por compartir calidad de vida
con sus empleados.
De Kasuga habíamos escuchado ya algo, sobretodo su
historia de comparar la religión y los sindicatos entre México y Japón, pero en
esa platica nos adentro en su mundo, con sus teorías de calidad total, la forma
de crear empresa, el concepto de equilibrio en la producción, pero sobre todo
su filosofía basada en los valores y sus 4 columnas: el Bienser, Bienhacer,
Bienestar y como consecuencia el Bientener. Lo que nos hizo reflexionar la
forma tan fácil de cómo podemos disfrutar de la vida, pero como con nuestras
predisposiciones la volvemos compleja.
Por último quiero reconocer el trabajo que
realizaron los directivos de la CANACO Ciudad Guzmán, por haber sido exitosos
con este evento, a su presidente Ulises Velázquez, a Francisco Sánchez García,
Víctor Hugo Preciado, Edgar Trejo y muchos más que hicieron posible esta grata
experiencia, en horabuena y ojalá sigan trabajando de esta forma.
Esa noche por lo menos
850 Guzmanenses regresamos a nuestra casa con una actitud diferente y con la
esperanza de que este municipio será mejor con el trabajo de todos, lo que se
sumará a fortalecer esta patria.
Gracias a todos los que
nos han traído una nueva enseñanza a esta tierra, gracias por compartirnos su
filosofía de vida.
Twitter:
@Noegarciaa
Estación sufragio
Como sus hijos aún están pequeños, quiere
retomar su actividad como mecánico automotriz en su pueblo natal, así que el
mes pasado hizo un viaje a Sinaloa para llevar una parte de sus herramientas.
Pagó en la frontera los impuestos a la importación, la fianza para introducir
el camión y otros derechos. Pero eso no lo libró de pagar las siguientes
cuotas.
Pasar de un país con la mayor cantidad de vías
terrestres del mundo que, salvo contados casos de puentes y libramientos que
acortan recorridos, son gratuitas, a otro en el que las carreteras se dividen
en dos: federales (libres, sinuosas, en mal estado e inseguras) y de cuota
(directas, teóricamente en mejor estado y aparentemente seguras), implicó
descubrir que en México el transporte está gravado.
Las carreteras y los puentes concesionados son
una invención de la política neoliberal que establece que el gobierno no debe
invertir en este tipo de infraestructura, cuando un particular puede hacer
negocio con ella. La sola idea de que estas inversiones públicas se paguen con
los impuestos que genera la reactivación económica resultado de la propia obra,
ofende a los oídos de los economistas del libre mercado.
Pero una cosa es pagar peaje a quien tiene una
concesión del gobierno federal y otra muy distinta entregarle tu dinero a quien
usurpa las funciones del Estado. Es más o menos sencillo averiguar el costo de
las casetas hasta tu destino, calcular el consumo de combustible y los gastos
en hospedaje y alimentación. Pero no hay forma de saber cuánto te exigirán los
policías corruptos disfrazados de Zetas o los Zetas disfrazados de policías.
Antes de terminar de cruzar Sonora, el
protagonista de esta historia fue detenido en tres retenes. En uno, agentes de
la Policía Judicial Federal le hicieron creer que aceptaban su soborno por
pasar la mercancía (le cobraron más caro porque la maquinaria y la herramienta
son estadounidenses y no chinas). En los otros, quedó claro que pagaba una
extorsión. En cada retén pagó 400 dólares.
¿Cómo pueden la Policía Federal Preventiva o
el Ejército tolerar que haya este tipo de retenes en las principales vías de
comunicación?, es algo que no se explica nuestro entrevistado. Pero ocurre. Los
viajeros en México son rehenes.
No es que en Estados Unidos no existan las
mordidas. Pero las pagan quienes transitan por fuera de la ley. No es que en la
Unión Americana no haya capos criminales que tengan el control de una plaza,
pero lidian con ellos quienes hacen negocios o consumen sus productos y
servicios. El Estado aún no ha sido rebasado, sostiene este sinaloense
decepcionado de ver que en México el Estado es fallido.
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