COLUMNA PRINCIPAL

Roma no se hizo en un día

Hugo Contreras Zepeda

Presidente del Comité Directivo Estatal

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha vivido diversas etapas en su proceso de fortalecimiento, en medio de circunstancias muy diferentes la una de la otra, pero siempre con la visión clara de proteger a los más necesitados y procurar un desarrollo armónico en el que las mayorías se vean beneficiadas, y hoy no será la excepción.

En los últimos días se han venido discutiendo en el Congreso de la Unión, las leyes secundarias de las reformas constitucionales más importantes del siglo XXI, luego de que durante décadas se dejó de brindar atención a las nuevas circunstancias que vive el país en medio de un nuevo mundo, de un mundo globalizado. Y como era de esperarse, las diferentes visiones de los partidos políticos han marcado la pauta para la discusión, pero lo que debemos dejar muy en claro son dos cosas:

1.- Las iniciativas de reforma constitucional fueron presentadas por el presidente Enrique Peña Nieto, en un esfuerzo verdaderamente transformador que resulta una exigencia de la nación.

2.- En el PRI se ha venido trabajando arduamente y con todas las herramientas tecnológicas al alcance para dar a conocer los contenidos, propósitos y beneficios de todas las propuestas (Educación, Telecomunicaciones, Energética, Política, la Hacendaria y Financiera).

Luego entonces, al ejercer mecanismos de presión y pretender chantajear a los legisladores del Partido Revolucionario Institucional y/o gobierno por otras fuerzas minoritarias, lo único que logran es enrarecer el ambiente político –de por sí mal calificado- y retardar los beneficios que la sociedad habrá de recibir una vez que dichas leyes sean aprobadas y luego de su implementación y fortalecimiento.

Es por ello que quiero ratificar mi exhorto a que hagamos política seria, que trabajemos de manera conjunta para el beneficio de toda la sociedad, sin distingo de colores y con una visión de mediano y largo alcance, porque es claro que los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana y por tanto los beneficios sociales deben de esperar un periodo de madurez adecuado.