lunes, 24 de junio de 2013

INTERNACIONALES







Nelson Mandela en estado "crítico"





Petronia, Sudáfrica

El expresidente sudafricano Nelson Mandela, hospitalizado desde hace 16 días por una infección pulmonar, se encuentra en estado "crítico" desde hace 24 horas, anunció la presidencia sudafricana el domingo por la noche.


"El estado del expresidente Nelson Mandela, quien sigue en el hospital en Pretoria, ha pasado a ser crítico", indicó, e hizo un llamamiento a "la nación y al mundo a rezar por él". Las noticias sobre el héroe nacional no habían sido nunca tan negativas.

El estado del expresidente de 94 años, ingresado desde el pasado 8 de junio, empeoró en las últimas 24 horas. Zuma dio la noticia tras visitar el hospital el domingo por la tarde, donde los médicos le indicaron "que el estado del expresidente había pasado a ser crítico en las últimas 24 horas".

El presidente Jacob Zuma, el vicepresidente del ANC -el partido en el poder- Cyril Ramaphosa, y la esposa de Mandela, Graça Machel, se reunieron en el hospital el domingo por la noche para analizar la situación.

"Los médicos hacen todo lo posible para que su estado mejore y para que Madiba sea bien tratado y se encuentre bien. Está en buenas manos", declaró Zuma, quien se refirió al exmandatario usando su nombre de clan, adoptado con afecto por numerosos sudafricanos.

Después de una semana de silencio, la presidencia había indicado el sábado que Mandela estaba "en estado grave pero estable", después de que la televisión estadounidense CBS informara que la situación era sin duda más grave que lo que daban a entender los pocos comunicados oficiales.

Las últimas noticias dadas por Zuma, que se remontaban al 16 de junio, se hacían eco de una "evolución" de su estado.

Pero según CBS, que repite que tuvo que ser "resucitado" a su llegada al hospital, su hígado y sus riñones solo funcionan al 50%, Mandela "no responde" y "no ha abierto los ojos en días".

La presidencia repitió también el domingo que la avería sufrida por la ambulancia que llevaba al héroe de la lucha anti-apartheid al hospital, en la madrugada del 8 de junio, que retrasó en 40 minutos su hospitalización, no había agravado su estado.

Mientras que el país se había preocupado mucho en los días que siguieron esta última hospitalización, resignado a su cercana muerte, recuperó cierto optimismo la semana pasada después de que Zuma indicara que estaba mejor.

Casi la totalidad de los enviados especiales de los medios venidos del mundo entero volvieron a su casa, e incluso se empezó a evocar una salida del hospital.

El expresidente Thabo Mbeki, cercano a la familia Mandela, repitió el jueves por la noche que su ilustre predecesor "no va a morirse mañana". "Tenemos que tener confianza: todavía está con nosotros y se va a quedar con nosotros", añadió en una entrevista.

Mandela, icono de la lucha contra el apartheid y primer presidente negro de Sudáfrica en 1994, debería cumplir los 95 el 18 de julio. Ha sido ingresado cuatro veces desde diciembre, la mayoría de las veces por infecciones pulmonares que sufre desde hace años.

Las últimas imágenes emitidas de Mandela se remontan a finales de abril, durante una visita de responsables del ANC a su domicilio, y le mostraban totalmente ausente.

Sus problemas pulmonares que lastra desde hace años están probablemente relaciones a las secuelas de una tuberculosis desarrollada durante su estancia en la isla-cárcel de Robben Island, junto a Ciudad del Cabo, donde estuvo 18 de los 20 años de detención en las cárceles del régimen racista del apartheid.

Liberado en 1990, Mandela fue entre 1994 y 1999 el primer presidente negro de su país, un dirigente de consenso que supo ganarse el corazón de la minoría blanca cuya opresión había combatido.

Retirado de la vida política apareció en público por última vez durante la final de la Copa del Mundo, en julio de 2010 en Johannesburgo.


China se dice "profundamente preocupada" por los ciberataques de EEUU





País de China

China afirmó este domingo que está "profundamente preocupada" por los ciberataques de agencias del Gobierno de EEUU, después de unas nuevas acusaciones de que habían espiado a blancos chinos.


La portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, dijo que los últimos informes "probaron nuevamente que China es víctima de ciberataques, y ya hemos presentado protestas ante la parte norteamericana", de acuerdo con la agencia de noticias oficial Xinhua.

Las declaraciones de la cancillería tienen lugar tras un artículo publicado el sábado por el diario hongkonés South China Morning Post en el que el exagente de la CIA Edward Snowden afirma que el gobierno estadounidense piratea los mensajes de texto de los clientes de los operadores de telecomunicaciones chinos, así como a la prestigiosa universidad Tsinghua de Pekín y a Pacnet, operador de fibra óptica de la región Asia Pacífico.

Snowden, que llegó a Moscú este domingo y debe viajar a Caracas, también desveló que la agencia estadounidense pirateaba compañías chinas de teléfonos móviles para recabar datos de millones de mensajes de texto. Horas antes, la agencia oficial china, Xinhua, llamó a Estados Unidos "el mayor bandido de nuestro tiempo" en materia de ataques informáticos.

Esas acusaciones "muestran que Estados Unidos, que ha tratado durante mucho tiempo de presentarse como una víctima inocente de ataques cibernéticos, ha resultado ser el gran bandido de nuestro tiempo" en este campo, según la agencia. La portavoz de la cancillería dijo por su parte que China se opone a cualquier forma de ciberataques. "Estamos dispuestos a reforzar el diálogo y la cooperación con la comunidad internacional, en un clima de respeto mutuo, para salvaguardar la paz y la seguridad en el ciberespacio de manera conjunta", afirmó.

La policía china identifica a varias personas el sábado 22 de junio en la plaza de Tiananmen, en Pekín.


Brasil en calma, pero el descontento continúa





Sao Paulo, Brasil

Después de una semana de protestas frenéticas, una tensa calma descendió el domingo sobre Brasil, aunque se esperaba que más personas se lanzaran a las calles en manifestaciones contra la corrupción.


Las protestas que comenzaron en Sao Paulo rápidamente se extendieron a todo el país. Una encuesta de la Federación Nacional de Condados indicó que todos los estados del país tuvieron una protesta de algún tipo en 438 condados. El momento culminante fue el jueves, cuando un millón de personas se lanzaron a las calles.

El domingo hubo manifestaciones pequeñas en unas pocas ciudades, sin que se reportaran enfrentamientos. Un día antes, 250.000 brasileños participaron en protestas, pero fueron menos violentas que las de días anteriores. El movimiento, que comenzó con una larga lista de quejas por todos los males que aquejan al país, se ha concentrado en exigencias de reforma política para atacar la extensa corrupción.

La repentina explosión de descontento y el despertar político de los brasileños ha dejado a todos desconcertados, entre ellos la presidenta Dilma Rousseff, lo que ha creado incertidumbre sobre qué sucederá a corto plazo ahora que el país es sede de la Copa Confederaciones de fútbol y ante la visita del papa el próximo mes, el Mundial el próximo año y los Juegos Olímpicos en 2016.

La cadena de televisión Globo TV reportó el domingo que se espera que el gobierno de Rousseff anuncie el martes su primera respuesta concreta al movimiento: fondos adicionales para programas de servicios médicos con el fin de capacitar a más doctores.

Está claro que, aunque la actual agitación puede calmarse, los brasileños usarán los grandes eventos deportivos como razones para reunirse en masa y exigir cambios.

"Las protestas seguirán, la gente se ha politizado", dijo Marcos Mahal, un economista de 47 años, durante una protesta en Sao Paulo. "La violencia que vimos esta semana fue obra de grupos marginales que intentan desmoralizar al movimiento popular, pero no se saldrán con la suya. Las masas pacíficas continuarán su labor".

Una nueva encuesta concluyó que 75% de los ciudadanos apoyan las manifestaciones. Publicada por la revista semanal Epoca, fue realizada por el respetado Instituto Ibope, que entrevistó a 1.008 personas en todo el país entre el 16 y el 20 de junio. El sondeo tuvo un margen de error de tres puntos porcentuales.
A pesar del apoyo abrumador a las protestas, 69% de los encuestados dijo estar satisfecho con su vida y optimista sobre el futuro. En Brasil el empleo es casi pleno y 40 millones de personas han pasado a integrar la clase media en los últimos 10 años.

Pero desde que tuvo un crecimiento económico de 7,5% en 2010, la expansión se desplomó a sólo 0,9% el año pasado. Aunque en gran medida Brasil ha logrado protegerse de la crisis financiera mundial sobre la base de gasto interno del consumidor, los que compraron mucho a crédito en años recientes ahora están en problemas.

La inflación ha comenzado a aumentar y el país tiene un alto costo de la vida, en buena parte debido a la ineficiencia del gobierno en mejorar la infraestructura básica como carreteras, puertos, ferrocarriles y aeropuertos, lo que aumenta el costo de producir bienes y entregarlos a los consumidores.

Los brasileños también pagan más impuestos que cualquier otro país fuera del mundo desarrollado, equivalente a 36% del producto interno bruto.

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