martes, 29 de julio de 2014

COLUMNA PRINCIPAL




Un momento por favor

Colegio Cervantes



J. Jesús Juárez Martín


Apuntes para la historia del colegio cervantes año 1985 – 1986



El mes de septiembre en los festejos patrios da oportunidad de ver la participación disciplinada y viril de los representantes del Colegio Cervantes y la recomposición de los grupos con sus maestros es la siguiente EN EL MES LLAMADO “Mes de la Patria”


Profr. JULIO CÉSAR ALCOCER R.            Director

Profr. Dióscoro Sigifredo Jiménez Sáinz      Subdirector.

1o. Profra. Teresita Soto Paz                        50 alumnos

2o. Profra. Celina Castolo Barragán            53 alumnos

3o. Profra, Teresa Zúñiga Navarro              36 alumnos

4o. Profr. José Luis González Pizano          44 alumnos

5o. Profr. Jorge Luis Ramírez Franco         38 alumnos

6o. Profr. José Luis Uribe Manzano           48 alumnos


Los grupos de secundaria, incrementan su matrícula, repartidos de la siguiente forma: Primer grado, 50 alumnos, segundo con 38 y tercero con 22 alumnos; atendidos con el siguiente equipo de profesores (además de los mencionados señores Director y Subdirector): Gustavo Barragán Peralta, Martha Elva Espíndola Quiñones, Esther Michel Manzano, Benito Rodríguez González y Roberto Valenzuela Celis.

No podemos ignorar en esta breve relación monográfica del Colegio Cervantes, el acontecimiento doloroso del 19 de septiembre de 1985 de las 7:19 horas. Un fuerte temblor que dejó grandes daños materiales y pérdidas humanas en esta ciudad, a tal grado que se habla actualmente en forma coloquial entre la población, de antes y después del temblor.

Poco más de la mitad de las casas sufrieron considerables daños y muchas hogares perdieron alguno o varios familiares. La misma casa de los Profesores Maristas, ubicada en lo que ahora es la Plaza Cívica tuvo que ser derruida por los daños que sufrió. El testimonio y la ayuda humanitaria recibida de los propios zapotlenses a los damnificados y el apoyo nacional e internacional hicieron que Ciudad Guzmán no sólo se recuperara, sino que acrecentó su pujanza como ciudad media en crecimiento, desbordándose la mancha urbana al sureste y al suroeste en forma notable con las colonias como Solidaridad y al suroeste Constituyentes para mencionar las más significativas.

Los campos deportivos del Colegio sirvieron por muchos meses de campamento para damnificados donde familias tuvieron el apoyo de la comunidad marista del Cervantes, entre muchos otros.

Después del sacudimiento, las expectativas educativas planeadas e instrumentadas con trabajos para alcanzar los propósitos educativos, alcanzaron sus objetivos y los parabienes fueron disfrutados por familias alumnos y docentes.

Después del mes de febrero se comunicó a los padres de familia, que debido al número decreciente de Hermanos Maristas, se retirarían los Hermanos de este Colegio al terminar el curso escolar. Cierto la estructura estaba firme, pero continuar con la obra educativa, la situación pareció muy difícil, sin embargo con afecto y cooperación se trabajó para dar estabilidad a la escuela, integrándose una Asociación Civil que fungiría como Patronato. La Directiva de los Padres de Familia, asumió en parte la responsabilidad con los siguientes miembros que desempeñaron sus funciones hasta junio de 1994, Presidente a Don Luis del Toro Figueroa, Tesorero Don Salvador Guzmán, Lic. Fernando Velasco Villa, Dr. Sergio Martínez, la Maestra Teresita Soto Paz y Pipo Guízar, que al terminar, sus hijos la instrucción correspondiente y salir del Colegio, dejó el Sr. Guízar su gestoría como miembro del Patronato, confiando en los demás miembros que se extenderían por muchos años más, precisamente la estrategia era que duraran en su desempeño los más años que pudieran porque sus hijos cursaban desde primaria hasta secundaria. El relevo en la Administración que tuvieron los Hnos. Maristas al Patronato Escolar, se sucede entre la formalización legal de la creación de la Asociación Civil que fungirá como Patronato Escolar, responsable de la buena marcha del Colegio y que no se desvirtuará la escuela de los objetivos para lo que fue fundada en 1964.

Llegado el final del curso entre muestras de afecto los Hermanos Maristas se despidieron deseando lo mejor para la institución que le dieron vida y presencia. El aprecio por su obra es un legado que todavía es vínculo fuerte con las comunidades maristas que no han desaparecido de las relaciones afectivas y estrechas a pesar del paso del tiempo. Una etapa importantísima se cerraba con la clausura y premiación de junio de 1986. Una fuerte prueba para el compromiso social de seglares, la solución está señalada en los documentos del Concilio Vaticano II en que los laicos comprometidos se ocupen en lo que por siempre las corporaciones religiosas han sostenido desde la Colonia en nuestra Patria. Continuar con la obra apostólica portadora del testimonio de los integrantes en la convivencia de los valores universales del cristianismo dentro de los cauces legales de la incorporación al sistema de Educación del Estado Mexicano.

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