miércoles, 30 de julio de 2014

COLUMNA PRINCIPAL


El nuevo Mercado Corona



Carlos Enrigue


No puedo sino declarar mi admiración por los políticos, son una gloria que sufre la incomprensión del infelizaje que no comprende cuánto nos aman y se sacrifican por nosotros, veamos, están a punto de definir cuál será el proyecto triunfador para la reconstrucción del mercado Corona y sin embargo hoy miércoles en que escribo esto que aparecerá el domingo, anunciaron que ya empezaron a invertir, lo que a mí, que ni de lejos soy tan inteligente como ellos, me resulta difícil de entender cómo empiezas a construir algo que todavía se supone no sabes cuál es el proyecto ganador (porque eso suponemos) y por tanto construyes la base de lo que no sabes cómo será; pero lo anterior me hizo recordar a un querido amigo que una vez se emborrachó y al despertar de la embriaguez vio que un sujeto al que no identificaba plenamente iba manejando su camioneta y más bien tímidamente le preguntó ¿a dónde vamos? A lo que el que manejaba le respondió —no sé, pero llevamos muy buen tiempo. Espero con todo mi corazón que el ganador, además de ganar dinero, tenga alguna idea de lo que es un mercado, los mercados son a mi juicio uno de los sitios donde se refleja más hondamente nuestra identidad. No es de ninguna manera un simple centro de comercio, no, es mucho más. Los mercados son sitios que tienen una gran vida particular, una vida que no depende de quién lo proyecte o construya, éstos cuando más se limitarán a respetar una vocación que le dan quienes participan de ellos sea como comerciantes o como consumidores, que ambos son los que le dan ese carácter particular.
Tomemos, por dar un ejemplo de los aspectos que en ellos se manifiesta, la cuestión alimenticia que usualmente se da en ellos; nuestros mercados son una gozada y hablo de ellos en general, ya que la realidad es que prácticamente en todos se come bien, habrá mercados en que brillará particularmente alguna especialidad pero en todos se come bien. Si alguien, que no sea habitual de estos sitios me preguntará por un plato seguro que pedir, yo le sugeriría que pidiera chiles rellenos de frijol y queso capeados, créame que sería muy extraño si no hubiera hecho una buena elección.
Entre las especialidades podría recomendarle en el Mercadito Juárez, ahora convertido en atractivo para los muchos jóvenes que han vuelto a vivir a la Colonia Americana, entrando por la calle Prisciliano Sánchez, están dos puestos memorables donde podrá degustar unas gorditas de ensueño, doña Juanita y las Gorditas Ayala, ambas excelentes.
Pero por no poder hacer una lista de recomendaciones, que sería injusto con los que omitiera, le recomiendo que dedique el día que usted quiera a hacer una visita al mercado más cercano a su corazón y se lance a visitarlo con la absoluta seguridad de que tendrá una experiencia muy agradable y más si tiene mucho de no hacerlo o nunca lo haya hecho.
Por eso es de esperarse que quien obtenga el contrato de rehacer el mercado entienda la trascendencia de su trabajo.

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