lunes, 26 de agosto de 2013

EDITORIALES









Fe y Sociedad



Pbro. Lic. Enrique Camacho Velasco


EL CIELO ¿QUE ES Y DONDE ESTA?


Este domingo celebramos la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo al Cielo, y vale pena reflexionar que el cielo, puesto que haya nos espera el futuro de nuestra vida, si somos dignos de ella.

Entender en toda su  realidad, que es el cielo o el estado de gloria delos bienaventurados, es algo imposible para el hombre, puesto que es un misterio para él. Sin embargo, tenemos que esforzarnos para entender que el cielo hasta donde seamos capaces de entender, mediante explicaciones a nuestra medida, partiendo de la fe, que es la que nos pone en verdadera relación con el cielo. El cielo podría definirse como el estado o situación vital de plena felicidad en el que se encuentran quienes han pasado de este mundo al más allá y comparten la vida y el amor de Dios en compañía de todos los que han llegado a la misma situación San Pablo afirma “lo que el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llego, lo que Dios preparó para los que aman” (1cor2,9).

La vida eterna consiste en una perfecta sociedad de los deseos porque en ella todos los bienaventurados tendrán más de lo que anhelan y esperan. Es una seguridad total. San Gregorio Magno dice “allí está la sociedad de los ciudadanos de la patria celestial, allí es donde todo es fiesta, allí están el descanso verdadero y seguro, allí es donde reinan la paz y tranquilidad perpetuas”.

Cristo se refiere a la gloria cuando hace esta promesa a sus discípulos: cuando me haya ido y les halla preparado un lugar, volveré  y los llevaré conmigo, para que donde yo este, estén también ustedes” (Jn. 14 ,3). El catecismo de la Iglesia Católica lo explica así: “Es la vida perfecta con la Santísima Trinidad, en comunión de vida y amor a ella, con la Virgen María, los Ángeles y todos los bienaventurados. El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha… los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados, viven para siempre con Cristo, son para siempre semejantes a Dios, por lo ven tal cual.




CADA LUNES DESDE ALGÚN LUGAR DE JALISCO



IMPORTANCIA DE LOS ABUELOS


Fernando F. Velasco Villa. 


           Los verdaderos maestros merecen todo mi respeto -yo he sido maestro- y todos tenemos derecho a manifestarnos "de manera pacífica y sin afectar a terceros"; pero resulta vergonzosa la ingobernabilidad de la Ciudad de México, porque supuestos maestros de la "Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación" -que tienen sin clases en Oaxaca a más de un millón trescientos mil niños, en Tabasco a más de medio millón y en Michoacán a más de ochenta mil-; han afectado gravemente a decenas de miles de personas, con sus bloqueos de vías de comunicación y toma de recintos; en sus manifestaciones contra la Reforma Educativa, ante la tibieza de las autoridades de la Ciudad de México y del Gobierno Federal; atacaron con palos y tubos a policías desarmados, forzaron a que Diputados y Senadores sesionaran en "sedes alternas", lograron que ni siquiera se discutiera la "Ley del Servicio Profesional Docenta"; y ya que se les permitió que destrozaran y afectaran impunemente todo lo que se les ocurrió en El Palacio de San Lázaro, El Senado y El Zócalo, bloquearon los accesos al aeropuerto y si no tomaron sus instalaciones, fue porque su Director -único funcionario que ha mostrado "pantalones"-, advirtió que "sobre su cadáver" lo harían.

           Enrique Orchanski, conocido pediatra cordobés, publicó un artículo en el que afirma que los abuelos no sólo cuidan, sino que son el tronco de la familia extendida, aportando algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad. En los últimos 50 años, nuestro estilo de vida familiar cambió drásticamente, como consecuencia de un nuevo sistema de producción, que incluye a la mujer en el círculo laboral, llevando a que ambos papås se ausenten del hogar durante largos períodos, dándose el llamado: "síndrome de la casa vacía", con lo que muchos niños quedan a cargo de personas ajenas.

           Algunos niños afortunados, todavía pueden contar con sus abuelos, para cubrir muchas tareas de: protección, traslado, alimentación, descanso y hasta consultas médicas. La mayoría de los abuelos sienten adoración por sus nietos, las fotos de sus hijos van siendo desplazases poco a poco por las de éstos. Los padres descubren que no están solos en esta tareas. El abuelazgo constituye una forma contundente de comprender el paso del tiempo, de aceptar la edad y la vejez. 

           Lejos de apenarse, los abuelos sienten otro tipo de certeza, los nietos significan que es posible la inmortalidad, porque al ampliar la familia, ellos prolongan los rasgos y los gestos, extendiendo la vida. Se ilusionan pensando que la batalla contra la finitud no está perdida. A veces tienen miedo de no poder decir todo lo que quieren. La mayoría tiene las manos suaves y las mueven con cuidado; aprendieron que un abrazo enseña más que toda una biblioteca. Consideran con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas, por eso no recuerdan, que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos, pero entonces no las veían, de tan preocupados que estaban por educarlos.

           De alguna manera pueden recuperar el tiempo que perdieron como padres, Leen libros sin apuro, cuentan historias de cuando ellos eran chicos; con cada palabra las raíces se hacen más profundas y la identidad más fuerte. Los abuelos construyen infancias en silencio, cada día. Son incomparables cómplices de secretos. Malcrían profesionalmente, porque no tienen que dar cuentas a nadie. Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan y son expertos en disolver angustias, cuando por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba.

           Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad. Finalmente y para que lo sepan los descreídos, los abuelos nunca mueren, sólo se hacen invisibles.

           Hasta la próxima semana.





ALGO MÁS QUE PALABRAS



Víctor Corcoba Herrero


TODAS LAS GUERRAS SON EVITABLES


                Parece que estamos viviendo en la hora de las tinieblas y de los abismos. Nos desbordan las intimidaciones. Los peligros de que se agraven las situaciones están ahí. El ser humano es menospreciado en cualquier esquina. No se puede caer más ruin. El horror es un diario en muchas vidas sometidas a constantes humillaciones. Tenemos que pensar en el modo de salir de este desconcierto. Quizás nos estimule un examen de conciencia. En todo caso, debiéramos saber que jamás hemos logrado nada solos. Todo se consigue en comunión y en comunidad, con paciencia y tenacidad, con más alma y menos armas. 

Las soluciones bélicas acrecientan aún más los problemas. Deben evitarse los conflictos. El abecedario de los artefactos es demasiado estridente para establecer pláticas. La puerta de la paz no se abre con amenazas. No es preciso imponer nada, es más de proponer y de recapacitar sobre las propuestas. Para empezar hay que estar dispuestos a ser constructores de armonía. La proliferación de violencias de todo tipo, lo que hacen es sumirnos en la desesperación, en lugar de activar nuestro esfuerzo por el entendimiento. Lógicamente, tenemos que concienciarnos por salvar la vida siempre, por mantener viva la esperanza de encontrar soluciones a tantas trágicas situaciones, por hacer un mundo más habitable para todos en definitiva. Desde luego, sí queremos un planeta hermanado hay que poner decididamente la inteligencia al servicio de otros razonamientos más pacifistas, sabiendo que la concordia es posible sin armas, lo que exige el establecimiento de atmósferas adecuadas con la convivencia, instaurando la verdad como luz, la justicia como horizonte, el amor como camino y la libertad como descanso. Algo que no se cultiva en estos momentos; y, así tenemos lo que tenemos, un mundo inhumano.

                Evidentemente, son evitables todas las guerras, y aunque, después de los espantos de la segunda guerra mundial, la sociedad ha dado un paso importante fundando Naciones Unidas, hoy esa comunidad internacional tiene que respetarse mucho más. Hay que dejar de fabricar armas, y pensar en producir otras dimensiones, quizás más elevadas al espíritu humano, como puede ser la solidaridad como deber natural.  Los artefactos son siempre destructivos y destructores, en cambio el desarme es un signo de cambio y desarrollo, puesto que los gastos en armamentos pueden utilizarse en las personas más necesitadas. Para desdicha del mundo, seguimos preparándonos para las guerras en lugar de esforzarnos por alentar otros sentimientos más armónicos, más del interior nuestro y de la vida. Sin duda, el futuro de cada uno de nosotros no es solitario, depende del compromiso de todos, y es desde esa colectividad, en cuyo contexto también la cuestión de la fraternidad asume un carácter ético, desde donde debe partir la instauración de un orden de unión y unidad. Por supuesto, tenemos que adentrarnos en las causas que originan estos conflictos y ver la manera de favorecer el encuentro entre culturas, encontrando el apoyo preciso y necesario en las organizaciones internacionales.

                No se trata, pues, de que unos amenacen a otros, sino de ver los motivos por los que se genera el conflicto. De ahí la importancia de ser tolerantes. Realmente son muchas las brechas sociales abiertas. Hay tantos sueños por cumplir, que hace falta conciliar ideas y reconciliar discursos, trazar nuevas reglas y retratar nacientes objetivos, como el de reforzar los vínculos de amor. Ciertamente, el amor es el mejor batallón de paz. Deberíamos importar ideas que nos armonizasen en vez de armarnos de rencores. Con la violencia todos perdemos. Lección que debe grabarse en todo espíritu humano, en toda cultura, en toda convivencia. A mi manera de ver, es más preciso que nunca, que sigamos avanzando en el respeto hacia cualquier ser humano, para conseguir un mundo libre de ensayos armamentísticos. Todo esto será más efectivo si damos respuestas firmes y unificadas en un mundo global. Cuesta entender, por tanto, que algunos Estados no firmen o ratifiquen tratados tan importantes para toda la civilización como el de prohibición completa de los ensayos nucleares. Lo mismo sucede con las armas químicas que aún persisten. Por desgracia, algunos Estados también permanecen fuera de la Convención de Naciones Unidas. Indudablemente, son muchas las armas que terminan en manos de quienes no deberían. Tampoco se entiende que multitud de artefactos se envíen a países con un funesto historial de violaciones de los derechos humanos. 

Ante estas bochornosas realidades, ciertamente los peligros aumentan y el desconsuelo se acrecienta. Habría que ver la manera de buscar un mundo más seguro para todos, que nada tiene que ver con las armas, sino todo lo contrario, con el desarme de todos los países y una mayor conciencia de hermanamiento del ser humano. Al fin y al cabo, la paz es una sensación de justicia que se protege con la razón y no con la locura de una contienda, en la que todos perdemos, cuando menos serenidad.  El día que las personas se conviertan en ciudadanos de paz, habremos conseguido el mayor de los avances, ser dueños de nosotros mismos. Recordamos aquí las palabras de Martín Luther King: “Tenemos que aprender a vivir juntos como hermanos o morir estúpidamente”. Obviamente, un mundo que es incapaz de fraternizarse, más pronto que tarde, multiplica los odios y las venganzas a un ritmo tan cruel como vertiginoso.

La historia nos evoca hechos dramáticos, que pudieron evitarse a poco que hubiésemos recapacitados –como ya dije- sobre sus causas y efectos desencadenantes del conflicto, esta es la lección que debemos extraer del pasado. Sabemos, por consiguiente, que las divisiones entre países, que la barbarie contra las personas, que la imposición de ideologías, que el rearme sin límites ni concierto, que el incumplimiento de los tratados internacionales o cualquier otra regla de conducta internacional infringida, no pueden llevarnos más que a nuestra propia destrucción. La irracionalidad no puede ganarnos la batalla. Todas las naciones del mundo tienen que llegar al acuerdo de un nivel mínimo de armamento. El día que tengamos estima por el prójimo, que aprendamos a aceptarnos unos a otros, que tomemos un estilo de vida racional y solidaria, no harán falta otras armaduras, que la defensa mediante un diálogo incluyente que nos configure como ciudadanos del mundo, donde la enemistad sea agua pasada que no mueve molino y la amistad agua viva que nos aglutina. Disgregado el tejido moral que nos une, como familia o sociedad, hay que temer cualquier cosa. El caos ocupa nuestras vidas.





Ex Libris



George Gordon Byron y su sublime poema: Caín


Álvaro Cepeda Neri



Si la frase Ex Libris significa “de entre los libros”, entre los de mi raquítica biblioteca, de George Gordon Byron, mejor conocido por Lord Byron, se encuentran: su grandioso poema: Don Juan, al que presenta no como seductor, sino como seducido. Diario de Cefalonia, donde cuenta su estancia en Grecia, luchando por su independencia. Obras escogidas. Morir de pie, casi sus memorias. En elegante presentación, una selección de sus obras: La peregrinación de Childe Harold, La novia de Abydos, El corsario. La conmovedora historia de amor: Lara. Y, en una edición soberbia: Caín, de presentación bilingüe. Vivió de 1778 a 1824. Inglés de nacimiento, pero literato universal e inmortal. Shakespeare escribió, en Medida por medida, es la “muerte la que debe morir”, mientras sobreviven en la Historia Universal los Byron, los Kelsen, los Marx, los Goethe, los Schiller, los Neruda, los López Velarde, los Newton, etcétera.

Caín, el fratricida, el destinado a matar a su hermano Abel, y primogénito de Adán y Eva, es el retador de Yavé, el colérico Dios, mientras dialoga con Lucifer. Caín es el rebelde, el primero de la metafísica paradisíaca. Es el Prometeo de la leyenda reclamando libertad, la Racionalidad y la crítica devastadora al dogma religioso. Caín es una obra maestra, un poema grandioso, ya desde entonces “humano, demasiado humano”, proyectando desde la raíz una de las caras de la naturaleza humana. “Caín no envidiaba a Abel, pues nunca había querido para él esa satisfacción que mana de una existencia resignada y sumisa”, escribe en su penetrante introducción Enrique López Castellón quien es también extraordinario traductor y autor de las notas. Al leer el poema de 760 estrofas con cientos de versos en un libro de 275 páginas, uno quisiera que fueran más, para continuar estremeciéndose ante el drama del primer homicidio del Génesis. Son versos contando una historia donde dialogan Caín, Abel, Lucifer, Adán, Eva y el dios Jehová.

A la pregunta: “¿Dónde se encuentra Abel, tu buen hermano?”, Caín responde: “¿De mi hermano guardián soy por ventura?”. Byron va tejiendo su historia de amor criminal y arrepentimiento, donde Caín asume las consecuencias del suceso en el Edén, donde el preferido es Abel. Estremecedor poema sobre el sacrificio de Abel tan dispuesto a dar su vida a Jehová. En versos vibrantes, Byron creó la vida y la muerte, el alfa y el omega de la existencia efímera, biológica, de la mayoría de los humanos donde todos somos Abel y Caín, porque como otro poeta escribió: “El hombre mata lo que ama… El valiente con una daga, el cobarde con un beso” (Oscar Wilde: La balada de la cárcel de Reading). Nadie como Caín –canta Byron– amó a Abel. Ésta es una obra maestra del romanticismo, de las libertades, de “la protesta contra toda explotación y esclavitud; el ansia de libertad, específicamente romántica (que) impulsó la lucha contra la opresión obrera, en el ámbito industrial, y contra la invasión de una nación contra otra”. Esto fue el legado de Byron.


FICHA BIBLIOGRÁFICA:

Autor:   George Gordon Byron

Título:   Caín

Editorial:              Abada, editores (y otras ediciones).-2011

cepedaneri@prodigy.net.mx





Veneno Puro



Rafael Loret de Mola


*No a las Baratijas



*Lástima de Compañía



*Mediocridad al Alza


Debemos definirnos en ausencia del ejercicio democrático para solicitar el consenso de la mayoría cuando está en juego, nada menos, el destino nacional, el de todos y cada uno de nosotros, liberales y conservadores, pobres y ricos, eclesiásticos y ateos; del conjunto que forma el cuerpo sagrado de la patria. Y, sí, estoy bastante más de acuerdo con la filosofía del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas –a quien reproché hace unos días su falta de diligencia ante la ingobernabilidad de Michoacán-, en torno a la iniciativa de reforma energética gracias a la cual, según asevera el presidente Peña Nieto, bajarán las tarifas de gas, luz y hasta las gasolinas y fertilizantes sin decir a cambio de una profunda postración posterior y el fin de la anunciada “abundancia” con la cual José López Portillo, en la década de los ochenta del siglo pasado, saludó los descubrimientos de reservas excepcionales de oro negro. 

¿Dónde quedaron nuestras posibilidades de crecer al amparo de los recursos naturales del país? En manos de uno o algunos de los mayores corruptos de la historia reciente, acaso de quien elaboró el proyecto, Ernesto Zedillo, dejando para “la administración posterior” la aplicación del mismo; pero la siguiente, con el marihuanero Vicente Fox a la cabeza optó por dejar pasar y perder el tiempo, y su sucesor, el usurpador calderón –minúsculas-, optó por ser rehén de sus propios miedos rodeándose de militares y gendarmes antes de construir un verdadero legado.

(Insisto: lo peor de todo ello, tras doce años de depauperación colectiva –se perdió el doce por ciento del ingreso de las familias mexicanas sólo en el régimen de felipe –minúsculas-, es la impunidad. El señor calderón, como si nada debiere, va y viene entre Harvard, su refugio convenido, y México sin que ninguna querella se hubiese levantado contra él a pesar de haber encabezado el “sexenio de la violencia” mismo que obliga a considerarlo un genocida mayor a echeverría –minúsculas también- y Díaz Ordaz –a quien no escribo minimizándolo porque si revisamos su propia crónica no puede juzgársele sólo por la imperdonable, salvaje e inútil matanza de Tlatelolco, de la que él fue también una víctima, política si se quiere, por su exacerbada soberbia-).

Estoy convencido de que Enrique Peña Nieto, enfermo y no sabemos con cuantas ramificaciones, tiene cierta prisa por ganar la historia, la suya personal. Y en este andar, los celos de algunos miembros de su gabinete comienzan a estorbarle, además de los habituales cantos de sirena de los incondicionales ahítos. Por eso, acaso, creyó que haciendo un comparativo con el general Lázaro Cárdenas habría de obtener un automático aval de las oposiciones, sobre todo la de izquierda, sin pensar siquiera en el retroceso marcado: la indiscutible posibilidad de que la paraestatal PEMEX se convierta en una mera competidora de firmas inglesas, estadounidenses y españolas. Un antiguo plan, repito, cuyo autor principal fue Luis Téllez Kuenzler quien acompañó a Zedillo, como secretario de Energía, en la fase final de su administración; y luego sería titular de Comunicaciones con calderón debiendo aceptar como subsecretaria a la antigua obsesión del mandatario por Purificación Carpynteiro Calderón cuyo rechazo incendió mas al alumno de la Libre de Derecho que llegaría a ser presidente; pero no fue así... y la seducción que permaneció en él se estrelló después con los muros del establishment. Ni ese capricho pudo lograr felipe con la banda tricolor sobre el pecho. ¿Cómo, entonces, suponer que iba a gobernar con los controles en la mano?

Peña Nieto está ya muy próximo a su primer informe. Tenía, tras la firma del “Pacto por México” el 2 de diciembre pasado, la secreta aspiración de volver al antiguo ceremonial con mucho de reverencia, esto es conquistando el aval necesario entre las bancadas disidentes –e incluso la voluntad de algunos priistas medio chantajistas-, para señalar que el retorno del PRI estaba consumado y habría de ahondarse con el paso de los meses por venir; pero no. La iniciativa de reforma energética paralizó presuntos acuerdos -¿de qué sirvió la burda negociación en Baja California para entregar el gobierno a Francisco Kiko de la Vega Delamadrid, cuyo candidatura, por el PAN, fue apoyada con dinero proveniente de la familia Hank... y el consentimiento de Peña y sus consejeros. Cuidado. Las traiciones siempre salen a relucir aunque estemos en una nación de tuertos y Zedillo, el gran simulador, merodee por estas tierras en donde jamás se ocupó de los pobres; al contrario, aplicó medidas que elevaron los niveles de miseria en su afán por reordenar, dijo, las finanzas nacionales –pero ya sin los superávits que permitieron a su antecesor, Salinas, gracias a las ventas de paraestatales con ofertas escandalosas, mantener el equilibrio económico-, y asegurar los intereses de los grandes consorcios, sobre todo aquellos que le brindan ahora refugio seguro en la capital estadounidense, además de la ONU, obviamente controlada por las mismas corporaciones. 

Si me preguntan sobre quiénes son los verdaderos “padrinos” de la actualidad, los que posibilitan el tránsito sin problemas de los cargamentos de drogas que cruzan la frontera con México y se adentran en la mayor potencia de todos los tiempos, deberé señalar a los mismos que protegen, estimulan y proyectan a los peores mandatarios, desde Zedillo hasta calderón, pasando por Fox naturalmente, vocero de los marihuaneros en potencia que ha alborotado a sus antiguos patrones cocacoleros. Fíjense: quien fue gerente de la Coca-Cola en la región del este del país, con sede en Tampico, optó por centrar el debate en la marihuana y no en la cocaína, uno de los elementos que conforman la célebre fórmula del jarabe convertido en refresco de una de las empresas de mayor proyección en el mundo. ¿Simples casualidades? Pues no, si insistimos en que el templo faraónico del ex mandatario fue construido, luego de obtener los terrenos a precio de ganga, sobre lo que fue el mayor laboratorio de refinación de coca en México. Obvio es que Joaquín El Chapo Guzmán Loera le está infinitamente agradecido aunque Vicente insista en pretender quitarle su hegemonía en el manejo de la cannabis y hasta de la amapola, de donde se extrae el opio muy cotizados entre los chinos del norte de México, California y Nueva York. ¿A quiénes sirve, entonces, los ex mandatarios?

No entiendo la razón por la cual, Peña Nieto ampara a sus predecesores con actuaciones tan deficientes y totalmente burdas. De hecho, sólo en materia económica, perdimos doce años, los tiramos a la basura; dieciocho, más bien, si sumamos a la deplorable actuación del simulador Zedillo. Y, repito, Salinas se salva porque casi desmantela al Estado mexicano subastando paraestatales al mejor postor y posibilitando una suerte de vendimia con la que cubrió la ausencia de liquidez inicial de su gobierno para, después, entregar la administración en el mismo estado de quiebra: de allí el célebre error de “diciembre” de 1994, al final del año de la barbarie, que obligó al sorprendido sucesor, Zedillo, a tapar el agujero con el retiro de Jaime José Serra Puche, “jaijo” para los amigos, de la secretaría de Hacienda; duró únicamente veintinueve días en el cargo y se pasó una amarga noche de Año Nuevo en el alumbrar de 1995. Hasta hoy, debe una explicación... que no dará nunca envuelto en el miedo proverbial de quien se siente cómplice de los poderosos “intocables”. Perdón, es que ya no los hay según el señor Peña. Sólo son visiones espectrales. 

Pues bien, es evidente que, como en el caso de Salinas, Peña tendrá disposiciones para abaratar la gasolina, el gas y la luz; pero, ¿y después? Sencillamente se repetirá la historia del “error” de diciembre con cargo a la siguiente administración cualquiera que sea su color. ¿Con esto gana terreno en la carrera sucesoria, el doctor Luis Videgaray Caso, titular de Hacienda? Pues no, si nos atenemos a los antecedentes: el doctor Pedro Aspe Armella, al final del salinato, quedó fuera, sin llegar a la meta, en cuanto fue necesario inclinarse por un político con pretensiones de arreglar las cosas hasta que arribó a Lomas Taurinas. El resto de la historia la conocen bien los amables lectores; y de ésta surgió, imparable, el señor Zedillo, mediocre a carta cabal pero no tanto como para no saber a quién entregarse.

Lo demás es consecuencia de lo anterior. De allí mi indisposición ante la reforma energética, a la que sólo se loe suprimieron algunas “comas”, ideada en 1997 y puesta en marcha hasta este 2013, dieciséis años más tarde. No son casualidades. Es consecuencia del miedo del panismo; ¿cómo se atreven, entonces, sus herederos, a hablar de que se quedó corta cuando durante doce años ni siquiera tocaron el punto y dejaron correr, lastimosamente, el tiempo? Por favor, los mexicanos no son tan ingenuos aunque algunos crean en la amnesia como carta triunfadora en sus manos sucias.


MIRADOR

Cárdenas, el de nuestros días, nacido en 1934, con lo que el año próximo cumplirá 80 años –los que ya tiene su otrora “pareja” política, Porfirio Muñoz Ledo-, habla siempre de que en nuestro país no puede hablarse en “singular” de la izquierda porque son muchas las corrientes, incluso antagónicas; y es claro que es así si observamos la rispidez entre, por ejemplo, la dirigencia del PRD –la actual y quienes aspiran a formar parte de ella-, y el frenético Andrés Manuel López Obrador, quien se dice demócrata pero no sabe escuchar salvo a sí mismo y guerrea contra quien le contradiga. ¡Ah, qué pena! ¡Perdimos ya a quien pudo surgir como un líder valioso para vencer las inercias... y todo por la prepotencia, los cantos de sirena y la egolatría inocultable! Igual, digo, a los presidentes a quienes cuestiona.

Insisto: estoy con Cárdenas en cuanto a repeler la reforma energética –otra vez cuentas de vidrios a cambio del oro negro-, pero no puedo coincidir con personajes como Manuel Bartlett, senador del Partido del Trabajo en curso de atrapar a la Morena, y Pablo Salazar, el sátrapa chiapaneco capaz de convertirse hasta en agente inmobiliario de las reinas de la farándula de Televisa –como Adela Micha-, para así ganarse aprecio... y silencio. Conozco los hechos y tengo los documentos que lo prueban en mis manos. Hacer periodismo puede ser ingrato pero cubre los espacios vacíos que deja la desmemoria de muchos mexicanos.


POR LAS ALCOBAS

La mediocridad siempre está al asalto de quienes tratan de producir y combatir en el ojo del huracán. No me lo tomen a mal, pero durante años, la he contemplado cuando han tratado de imitar mis obras, mientras las descalifican, con pasquines infectos como aquel de la trepadora argentina, contratada ex professo, sobre Marta Sahagún.

Ahora, los mediocres han asaltado hasta el Palacio Nacional. No hace mucho pregunté al hoy diputado manlio Fabio Beltrones:

--¿Desde hace cuánto tiempo los mejores y más preparados jóvenes se han alejado de la clase política mexicana?

Manlio no pudo contenerse:

--¡Uh....! Desde hace ya mucho tiempo...

Y es que el sector privado los ha cooptado a cambio de que se conviertan en ministros mujeres sin méritos, como Claudia Ruiz Massieu Salinas, o enfermas de pasiones –“Con todo el Corazón”, explica su autobiografía-, como en el caso de Rosario Robles Berlanga. Pero, además, ¿cómo puede permitir el secretario de Gobernación, el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, que su segundo, el ex aspirante a la alcaldía de Toluca que perdió penosamente, Luis Enrique Miranda Nava, sea el primero en llamar, todas las mañanas, al Primer Magistrado?

La mediocridad, como el mal, van ganando la batalla al bien y al talento perdido y desperdiciado.
web: rafael-loretdemola.mx

email: loretdemola.rafael@yahoo.com

Si se trata de nuestros recursos, esto es lo que forma el patrimonio histórico del país, lo primero debió haber sido, insisto, consultar a los dueños del mismo, esto es a todos los mexicanos. Ninguna justificación puede obrar en contra de la soberanía popular. ¿Quiénes son los “demócratas” que dicen gobernarnos? ¿quiénes los “patriotas” que para sacar la cara deben cooptar a los desechos sólidos del sistema? por un lado u otro... estamos ayunos de representatividad.

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