martes, 6 de agosto de 2013

EDITORIALES









Tecalitlán de antaño



J. Ángel Chávez Najar 


Poblado y parroquia de Ahuijullo


El poblado de Ahuijullo es delegación  del municipio de Tecalitlán, dista de la cabecera municipal como unas tres horas aproximadamente en camino de brecha.

Para llegar a este lugar se atraviesan hermosos pinares, Ahuijullo es cabecera parroquial y como ya se mencionó es comisaria de Tecalitlán, habitan este lugar cerca de 500 personas.


APUNTES HISTÓRICOS

Los españoles, dueños de estas tierras explotaban  las ricas minas del cocoyul, santo niño, conejo y tepehuaje. Pero poco después de consumada la independencia el gobierno expropia estos terrenos y como tierra de realengo las pasa a arrendatarios, don Vicente Isidoro, era uno de ellos. Ahuijullo era entonces un campamento minero y paraje en el camino real que unía a Colima con México, el gobierno vendió estas tierras.

Don Ramón Valencia compro el limón real (cañada), don Venustiano Jaso, el cocoyul, y don Teodoro Pantoja, Ahuejullo (Ahuijullo). 

Pueblo: Don Vicente Isidoro es el fundador de este pueblo. No contento con haber levantado una grande hacienda y agrupado a mineros que tenían su fundición siguió trabajando hasta conseguir que Ahuijullo fuera comisaria de Pihuamo, el regalo el terreno para el pueblo y cementerio, en este levanto una capillita.

Don Teodoro Pantoja con igual entusiasmo siguió engrandeciendo el pueblo. Desde 1904 está comisaria depende de Tecalitlán, en lo religioso dependía de Jilotlán de los Dolores, tarde en tarde el cura de Jilotlán venia para acá y celebraba misa en la capillita.

Parroquia: el 19 de noviembre de 1885, el Sr. Obispo Vargas, firma en Jilotlán la erección de esta parroquia. En 1745 la hacienda de Ahuijullo tenía un camposanto con una capillita que medía 5 metros de ancho por 7 metros de largo. El camposanto se traslado a donde está hoy en 1773 y en su lugar se levantó el curato actual.

La capillita que casi es la misma, es hoy la iglesia parroquial, la patrona de esta parroquia se llama Ahuijullo de la Concepción, pero desde hace mucho tiempo se le ha relegado y casi olvidado, pues se le da más importancia a la fiesta del 12 de enero en honor a l virgen de Guadalupe.


 


Opciones



 Blanca Esthela Treviño de Jáuregui



Contar de nuevo la historia del universo





Una nueva escuela de teólogos científicos tratan de explicar el hastío de vivir de los jóvenes. Chicos de familias prominentes roban, violan, matan, y no sienten ni sombra de culpa o arrepentimiento. El hastío de vivir se ha convertido en epidemia en todo el globo. Nadie sabe exactamente cuándo o en cuál generación los jóvenes perdieron la alegría de vivir y el asombro hacia el cosmos. Lo cierto es que en sus canciones y camisetas repiten “Que viva la muerte”, “La vida apesta”.


Aunque la religión y la ciencia siempre han andado de pleito, la nueva tendencia de los científicos es el reconocimiento y la reverencia ante el misterio del universo, mientras que, simultáneamente, coquetean con las implicaciones espirituales de la física y matemáticas contemporáneas. Para Brian Swimme, teólogo, doctor y catedrático en Cosmología Matemática, el universo no es un rompecabezas o una ecuación, sino un misterio maravilloso que revela la presencia de Dios en todo y en cada momento. En escritos y videos describe el desarrollo del universo como un fascinante drama lleno de suspenso, valor, tragedia y celebración que tuvo lugar en tiempos inmemoriales, muchísimo antes de que los seres humanos pudieran mantenerse erguidos para contemplar una puesta de sol. El trabajo de Swimme oscila entre dos polos: la reverencia y asombro que el universo inspira, y el sentido de destrucción que la humanidad imprime al planeta Tierra.



En su libro: ‘El Corazón Oculto del Cosmos’, Swimme dice: “Dios es el origen del universo, no sólo su nacimiento, sino que está presente en todas las instancias. Dios es la realidad que sostiene y transforma el cosmos”. Swimme argumenta que el consumismo se ha convertido en la religión más extendida en el mundo contemporáneo. En cierto sentido es la 'Cosmología Oficial’ difundida a todos los niños del planeta a través de los anuncios televisivos.



Swimme habla de la necesidad de contar de nuevo a las juventudes del mundo la historia del universo, su apasionante misterio, en lugar de promover el cuento del consumismo: “compra que compra, nunca termines”. El consumismo se basa en la suposición de que el cosmos está compuesto de objetos inertes y consumibles que pueden y deben ser explotados por los seres humanos. Así, el consumismo se vuelve una prisión en cuyos muros y rejas se encuentran los artículos de promoción, y el dedicar la vida a adquirirlos hace al ser humano su prisionero.



Para la mayoría de los seres humanos, aún los más afluentes, este estilo de vida es insatisfactorio hasta la médula: vivir totalmente apartado de la fuente espiritual del ser es intolerable. La pérdida del sentido de la vida busca escapes para huir del dolor existencial, y el consumismo ofrece un remedio: las drogas y el alcohol. Swimme afirma que el humano es el más intrincado, profundo y peligroso ser de la creación. Por lo tanto, dice, nuestros jóvenes no deben ser ignorados. El ser humano es poderoso: la violencia característica de una persona vacía e insatisfecha es la otra cara de la creatividad.



Brian nos invita a ser partícipes de la maravilla de la creación. Su excelente libro subraya nuestro lugar en el universo, y enfatiza lo que nos perdemos a diario por no entender que formamos parte de algo mucho más grande que una sociedad destinada a ser feliz sólo consumiendo.



Sólo reconciliando Espiritualidad, Filosofía y Ciencia, y retomando la fascinación que tenían los antiguos por la maravilla del cosmos podremos percibir la fuerza misteriosa que recrea continuamente la naturaleza, generando nuevas energías y cambiando la conciencia del planeta. La experiencia que nace de la presencia amorosa de Dios que irrumpe en todo el cosmos nos proporciona una alegría inmensa al englobarnos en su misterio, y al mismo tiempo, nos lleva a aceptar su complejidad tanto como la responsabilidad de acoger a todo ser viviente.



Así surge el desafío de ligar la eco-espiritualidad con la justicia humana, logrando una fuerza que impulse a luchar serena, decidida y racionalmente por el cuidado de nuestra casa común que es el universo, nuestro planeta Tierra, nuestro país y nuestra ciudad, buscando el bienestar de todas las personas. La profundidad espiritual nace y crece, sobre todo, a través de la entrega libre e incondicional para que todas las personas tengan derecho a una vida digna y feliz, en un universo en continua, acelerada, y armoniosa evolución.





betrevino@prodigy.net.mx






Los reyes malditos

 


María Palomar


Entre 1955 y 1960, el escritor francés Maurice Druon publicó los seis primeros libros de Los reyes malditos, una saga construida sobre la historia auténtica y las leyendas de la época que va desde 1314 hasta el principio de la guerra de los Cien Años, cuando reinaron los últimos Capetos. En 1977 se añadirá a la serie un libro más (De cómo un rey perdió Francia). El punto de partida, en El rey de hierro, es que Francia bajo Felipe IV el Hermoso (y I de Navarra) está en la quiebra. Ésa es la fuente de la maldición, pues el tesorero real aconseja al monarca que se apodere de la inmensa fortuna que custodia la orden del Temple. Para lograrlo se abre un proceso amañado e injusto contra sus jefes, a los que se acusa de herejes y se condena a la hoguera. Ahí, entre las llamas, el Gran Maestre Jacques de Molay maldice a sus perseguidores y en particular a la casa reinante hasta la décimo tercera generación. En la larga y truculenta historia que vendrá después se irá constatando la eficacia de tal maldición. Para empezar, los culpables del fraudulento proceso mueren uno tras otro en poco tiempo: el rey, el papa y otros personajes.

El éxito de Los reyes malditos fue enorme y consagró a Maurice Druon (1918-2009) como uno de los grandes escritores franceses del siglo XX. De inmediato se tradujo a distintas lenguas y ha seguido reimprimiéndose (hay varias ediciones españolas, incluso de bolsillo). Druon fue elegido miembro de la Academia Francesa en 1966 y fue Ministro de Cultura con el Presidente Pompidou; luchó en la segunda Guerra Mundial y, con su tío Joseph Kessel, escribió el himno de la Resistencia, Le chant des partisans (con música de Anna Marly). Fue uno de los grandes intelectuales que rodearon al General Charles de Gaulle.

En 1972 se hizo una miniserie para la televisión de Los reyes malditos, que ahora ha sido “remasterizada” y que actualmente se está volviendo a proyectar en Francia y ha tenido un rating insólito. Y es que se trata de una verdadera obra de arte, que no ha envejecido ni en su producción (de un elegante minimalismo en la escenografía, que contrasta con un vestuario suntuoso) ni en la deslumbrante actuación de grandes figuras, en su mayoría miembros de la Comédie Française: Louis Seigner, Geneviève Casile, Jean Piat, Hélène Duc, Georges Marchal, Catherine Rouvel, Jean Deschamps... La adaptación estuvo supervisada por el propio Druon, dirigió Claude Barma y la serie es considerada un monumento del patrimonio audiovisual. Los seis capítulos (pues el último libro todavía no se había escrito) pueden verse en Youtube* y realmente valen la pena. Por cierto, se hizo una segunda versión en 2005 y, pese al elenco estelar (Jeanne Moreau, Jean-Claude Brialy, el inevitable Gérard Depardieu...), no le llega ni a los talones a la anterior. También está en línea y el contraste entre ambas series es muy interesante.

*El primero está en http://www.youtube.com/watch?v=BxAGrjgs1yQ

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinion es muy valorada