jueves, 26 de septiembre de 2013

EDITORIALES








Algo más que palabras



Víctor Corcoba Herrero



Los espejos del otoño




Me gusta verme en los espejos del otoño bebiendo los silencios de las tardes con sabor a melancolía. Ciertamente, todo parece despoblarse en la fuente de los lenguajes. Atrás quedan tantas inquietudes, hoy terminadas en nostalgia. La vida se nos escapa más rápido de lo que pensamos y son los recuerdos los que permanecen en las pupilas de nuestras soledades. Tal vez, como el poeta, yo también teja abecedarios para la noche en que ya no seré. Ante semejante visión, que nos marca el pasar del tiempo, uno no puede permanecer indiferente, necesitamos trenzar pensamientos, cultivar sueños, injertar esperanzas, vivir como un sirviente por entre la arboleda caída, y hasta morir sintiendo los latidos tristes de nuestras miserias.

Tras los espejos del entretiempo hay una lección, tan densa como andante, que nos prepara para el invierno de la vejez, para lo hora de la muerte. Claro que todo me conmueve, claro que tengo ganas de vivir, pero mi alma -como el otoño- está ya dispuesta a esa cercanía de diálogos que no pueden expresarse nada más que con la mirada. El paso del tiempo difumina los naufragios y suaviza sus aspectos dolorosos. Evidentemente, en la existencia de cada ser hay sobradas cruces y tribulaciones, pero también momentos de amor inolvidables. No obstante, la experiencia del camino enseña que, con los años, los mismos sinsabores cotidianos contribuyen con frecuencia a la madurez del ser, a templarnos por dentro y por fuera.

Sin duda, en los cristales otoñales hay un espíritu de entendimiento, de sembrar concordia a pesar de tantos contratiempos vividos. Es el momento de la penetrante hondura, de abrir las puertas del alma, de explorar la poesía prendida en los rojos atardeceres, de examinar quién soy y por qué vivo, de reconocer que existo y que no puedo engañarme. La vida, al fin y al cabo, es un baúl de sorpresas por descubrir. A veces uno existe porque alguien te imagina así. Otras veces porque oigo en la brisa mi voz. Es cuestión de pensar, de sentir el pensamiento, de concebir el sentimiento, de abrigar la vida con la vida de unos y de otros. Esto es muy importante para hermanarse y poder construir una ciudad humana en medio de tanta deshumanización.

Son las lunas de la madurez, pues, las notas de un pentagrama acorde con las cosechas, a las que hay que estimular en un desarrollo equitativo para frenar conflictos innecesarios. Para ello, tenemos que dejar fluir nuestro espíritu, entrar en sintonía con nuestras habitaciones interiores, escuchar lo que dicen las personas sabias curtidas según las estaciones cobijadas. Todos somos, individual y colectivamente, responsables de la inclusión generacional. Tenemos que aprender a vivir unidos para forjar un futuro para todas las edades. Fuera muros y, en todo caso, sí hay algo que levantar que sea la esperanza y el anhelo de vivir, sabiendo que a un mortal sólo le puede emocionar otro mortal.

Con razón, se dice que cada cual tiene la edad de sus emociones, y es en las añejas flamas donde se refleja mejor el envoltorio de las vivencias. Nuestra acción, cuando está inspirada y sustentada por el amor, hasta en el atardecer es un huerto florido. De este modo, también en días helados los destellos dan pie para discernir y proyectar de un modo nuevo el camino. No cabe, por consiguiente, la resignación. Esto significa que debemos ensanchar nuestro horizonte, dando espacio a la gratuidad como expresión de armonía. Ahí está el otoño, que aunque la rosa se deshoja, queda su armónico perfume injertado en nuestro corazón y sus pétalos en el recuerdo de lo que fue..., y de lo que volverá a ser..., porque las rosas que en verdad lo son, siempre retornan a un campo de vida.












La sangría de la deuda pública



Rubén Martín




Discutir sobre el pago de impuestos obliga a todos a pensar que los recursos son insuficientes y que tienen qué salir de algún lado. Pero en toda esta discusión sobre la reforma hacendaria presentada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto hay un asunto no mencionado y que debería incluirse como tema de debate nacional: la deuda pública.

Desde Carlos Salinas de Gortari se ha tratado de vendernos la idea de que la carga de la deuda pública ya no es un asunto del cuál preocuparse, gracias a que había sido renegociada. Una declaratoria semejante hizo Vicente Fox, quien se regodeaba de presumir que las finanzas nacionales iban mejor que nunca. Pero nada más falso y mentirosos.

La deuda pública del país es una carga extraordinaria que sangra las finanzas nacionales, y sobre todo, exprime los recursos y las riquezas producidas por los mexicanos. Las cifras de la deuda pública, tanto externa como interna, dan vértigo por su volumen. Cada día pagamos por el servicio de la deuda más de mil millones de pesos. Para el próximo año, Peña Nieto está proponiendo un gasto público de cuatro billones 479 mil pesos; tres cuartas partes se irán al gasto corriente y 31.4 por ciento al pago de salarios dela burocracia. Al costo financiero de la deuda se destinarán 383,364 millones de pesos, es decir 8.5 por ciento del total.

Para comparar con otros rubros: a Conacyt se destinarán 34,967 mdp y al Programa de Oportunidades 11,512 mdp.

Según los responsables de las finanzas nacionales y algunos comentaristas económicos, esa cantidad no es preocupante, ni se sale de los cánones macroeconómicos. Y todo esto porque el total de la deuda pública mexicana “apenas” representa 39 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) cuando en países como Estados Unidos, Francia e Italia su deuda pública supera el PIB.

Pero yo lo veo de otro modo, y no me gusta. Veo que ahora la deuda total asciende a más de seis billones de pesos, cuando en el año 2000 apenas superaba los dos billones de pesos. Es decir, en trece años se multiplicó por tres.

Veamos el caso de la deuda externa: en el 2000 debíamos 137 mil millones de dólares (mdd) y en 2013 la cantidad ascendió a 214 mil mdd; no obstante en ese mismo lapso hemos pagado por servicio de la deuda externa ¡437 mil mdd! (consultar la página 406 del anexo estadístico del 1º informe de Peña Nieto). Es decir, este año debemos casi el doble que en el 2000 aunque se han pagado casi tres veces esa cantidad. Por donde quiera que se le mire, se trata de un muy mal negocio. No basta la explicación simplista de que está en los márgenes permitidos del PIB. Esos recursos podrían y deberían destinarse a resolver las necesidades de educación, salud, ciencia y alimentación del país, no en alimentar las arcas de bancos y fondos de inversión internacionales.













Historias de reportero



Carlos Loret de Mola



¿Dónde está lo peor?



Para Marcela Castro de Pérez Benítez, cuyo corazón se agotó muy pronto porque se entregó a marchas forzadas

Están por cumplirse dos semanas de que empezó a llover por culpa de los huracanes Ingrid y Manuel.

Recibo todos los días mensajes a través de Facebook y Twitter de distintas partes del país quejándose de que se ha acapulquizado o guerrerizado la tragedia, es decir, que todo está concentrado en Acapulco o en Guerrero, y se han olvidado otros sitios afectados.

Muchos me preguntan dónde está lo peor. Según la información que he recabado y lo que he atestiguado en persona esta es la respuesta:

1.- Lo peor se vivió en Guerrero. Afectó al mayor número de personas en Acapulco, por la concentración poblacional. Sin embargo, en este momento, la mayor emergencia se vive en la zona de la sierra guerrerense porque ahí el agua arrasó con una fuerza inusitada y porque, según reportes a los que tuve acceso, los especialistas han detectado decenas de cerros que pueden deslavarse y convertirse en generadores de tragedias como la de La Pintada, en Atoyac de Álvarez. Lo más grave está también en Chilpancingo, Quechultenango, Tixtla y Ayutla.

2.- Tamaulipas es el segundo estado más afectado por las lluvias. Hubo afectaciones en Tampico, Ciudad Madero, Altamira y Ciudad Victoria. Lo peor se está viviendo actualmente en Ciudad Mante y San Fernando.

3.- Veracruz sigue sufriendo los estragos, aunque el meteoro se encontró con un estado cuyo sistema de Protección Civil, generosamente financiado desde los presupuestos local y federal, debe constituir un blindaje que amortigüe. Las cosas están todavía durísimas en Pánuco, El Higo, Platón Sánchez, Tampico Alto y Tempoal.

4.- Por la cantidad de gente afectada, Sinaloa aparece como siguiente punto en la lista de emergencia. Manuel les llegó como huracán y se tardó más de lo previsto en irse. Hubo desgracias en Culiacán y Navolato, y siguen los problemas en Angostura, Mocorito y Escuinapa.

5.- A Oaxaca se le ha prestado poca atención tal vez porque hay menos personas en situación de emergencia, pero esa gente la está pasando quizá peor que cualquiera otra de la República. Los gobiernos deben a la brevedad sacar del aislamiento a las comunidades que permanecen incomunicadas en esta entidad. Son las zonas más pobres que aunque afortunadamente no hayan registrado personas muertas, sí hubo destrucción de infraestructura que las dejaron sin contacto terrestre con el resto del país. Así, el desabasto y el hambre se vuelven consecuencias preocupantes en Putla, Villa de Guerrero, Villa de Tutupec de Melchor Ocampo, Santiago Jamiltepec, Santiago Justlahuaca y Santiago Pinotepa Nacional.

Son más de veinte entidades con datos de desastre. Ninguna debe ser minimizada o desatendida. Estas son las que lo están pasando peor.

SACIAMORBOS

En la PGR crece la duda: no se sabe si algunos encargados de prensa siguen trabajando para su anterior jefa, porque cada vez que surge información sobre irregularidades en su gestión, salen en su defensa y hasta ponen en entredicho a su actual jefe.










La “Belisario Domínguez” para Gabriel Zaid


Álvaro Cepeda Neri



Nos cuenta el reportero Rivelino Rueda (El Financiero: 20/IX/13), que hay una lista de candidatos para recibir la Medalla Belisario Domínguez, muchas veces entregada a quienes ningún mérito ciudadano tienen para recibirla; y que fija requisitos para honrar a quien honra la libertad de expresión, máxime si lo hace contra viento y marea de los servilismos a cualquier tipo de poder. Se ha ido desacreditando por el corrupto tino de los senadores y para hacerse merecedor a ella, se debe tener una obra con difusión pública que permita su conocimiento y pondere las libertades para ejercer la crítica, el contrapoder, el laicismo, la argumentación, claridad en el manejo conceptual del lenguaje, en un contexto propositivo. Estas características sólo las reúne el escritor Gabriel Zaid quien con su sólida y amplia formación e información, es un foro de ilustración con sus libros, aportaciones periodísticas y ensayos “al grano”; sus desmitificaciones e implícitas polémicas para enriquecer las discusiones a diestra y siniestra.

Zaid rehúye todo protagonismo. Su trabajo es con el silencio de su certera prosa para decirnos lo que piensa sobre la vida universal desde la perspectiva de nuestro país. No se anda por las ramas para lucirse. Va al tronco de cada asunto. Y nos ofrece los frutos implacables e impecables de su cosecha. Los dardos de su crítica siempre dan en el blanco sin agredir, proponiendo cómo construir sobre cimientos seguros el amplio abanico cultural. No hay tema que no toque, y Midas de la sabiduría que ha cultivado desde su Monterrey, Nuevo León, nos convida a través de su obra. Solamente se muestra con sus iniciales y ha logrado hacer compatible su formación en ingeniería con la literatura. Nacido en 1934 ha sido merecidamente galardonado por sus creaciones poéticas con la distinción Javier Villaurrutia y el Magda Donato, en cuya labor es un poeta de vibrante clasicismo.

Y merece el Belisario Domínguez por su constante atención a los problemas nacionales, saliendo al paso de pseudosoluciones económicas, sociales y políticas o con las que no está de acuerdo, presentando sus fundamentos para enfocar esas cuestiones con un rigor que se me antoja kantiana por su manejo metódico y sistemático. Por esto es merecedor a la medalla que se otorga en honor al ilustre chiapaneco. Gabriel Zaid tiene una obra de contrapoder que aborda los temas que preocupan y ocupan a la opinión pública nacional, ejerciendo a plenitud y sin concesiones las libertades constitucionales en el contexto de “difundir la cultura… respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas”. Zaid es el candidato para la Belisario Domínguez y si se requieren más pruebas, además de su obra, está el libro de ensayos que acaba de publicarse: Dinero para la cultura (editorial Debate), donde continúa su trabajo crítico e histórico y “Esto exige trabajo y valor civil” y porque Zaid ha demostrado “su amor al oficio, respeto a los lectores exigentes”. Zaid es el Belisario Domínguez de las letras de nuestro tiempo. cepedaneri@prodigy.net.mx












Desafío


Rafael Loret de Mola



*Duro sobre Mojado


*Una Gran Fábrica


*Gesto Echeverriano



Solía decir el extinto cacique yucateco, Víctor Cervera –el segundo apellido me lo reservo-, muerto en agosto de 2004, cuando más requería de los reflectores de la política para dejarse ver y aspirar a posiciones más encumbradas, no sólo la de gobernador espurio de su entidad –tergiversando el sentido de la Constitución al grado de perpetuarse veinte años en el poder de los cuales una década ejerció como gobernador, interino, substituto y supuestamente “constitucional” en una tercera reelección-:

--¡Dios mío! –clamaba el autócrata-. ¡Mándame siquiera un huracancito..!

Y es que con las catástrofes naturales el pueblo sufre y la clase gobernante sonríe por la oportunidad, no fácil pero sí útil, de mezclarse con los damnificados unas horas y con ello rescatar la imagen de servidores públicos, grandes administradores de la “justicia social” a veces con el agua llegándoles a los pantalones y, en ocasiones, con los techos a punto de desplomarse tras alguno de los temibles terremotos que hemos padecido y se repetirán en el futuro, cada vez más catastróficos por la necedad de seguir construyendo lo mismo sobre las zanjas, el paso de los vientos naturales y las hondonadas de la tierra que en el Distrito Federal son consecuencia de la corrupción ingente.

Hace una semana se recordó a los sepultados por los terremotos de 1985, veintiocho años ya, presumiéndose de que los constantes simulacros nos hacen ser más fuertes potencialmente. Pero, ¿es así? Las alarmas sísmicas suelen funcionar cuando los movimientos telúricos son breves y no se escuchan al llegar los sismos de mayores graduaciones, digamos de más de seis puntos en la escala Richter, acaso porque la negligencia oficial es tanta que se hace negocio hasta con esto, digamos comprando lo barato que conlleva el costo de varias vidas. Pero, claro, ni quien se ocupe de fincar responsabilidades.

¿Las hubo, acaso, contra los constructores ladrones que escatimaron en materiales sólidos en los edificios colapsados en el centro y otras colonias de la ciudad? ¿Al arquitecto que diseñó el conjunto habitacional de Tlatelolco, Mario Pani Darqui, del cual se cayeron doce edificios y cuatro más debieron reducir su altura, o al entonces presidente Miguel de la Madrid cuya tardía reacción fue tanto como permitir que la asfixia se llevara a muchos de quienes quedaron sepultados bajo los escombros? Medroso, como fue –y no por muerto le vamos a dejar una aureola-, esperó una barbaridad hasta conocer las dimensiones de la mayor tragedia urbana de nuestra historia, con él, claro, en su segura habitación de Los Pinos. La impunidad a favor de estos sujetos es la más indignante de cuantas se recuerden.

Sostengo, y sigo en la misma línea año tras año, que es irresponsable, atávico, ilógico, dotar de materiales similares con los que construyeron sus casuchas los infelices damnificados; tarde o temprano volverán a pasar por esta amargura, la de perderlo todo, incluso en ocasiones a sus familias, bajo el elevado riesgo de rehabilitar sus existencias en las zonas derruidas, una y otra y otra vez. Por ejemplo, en cuanto a los huracanes, ¿cuánto se habría ahorrado si en lugar de levantar los postes de luz y teléfonos en los mismos sitios, se excavara para protegerlos? De igual manera, ¿por qué no se hace un gran esfuerzo para evitar que los mismos cauces de los ríos se llevan las vidas humanas como si se tratara de rastrojos inservibles?

Sigo preguntándome, al calor de las exhalaciones del Popocatépetl, ¿qué detiene al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, uno de los favoritos de su partido y de Los Pinos por otras razones, para evacuar a los pobladores de las faldas de este mítico y por ahora hermoso volcán? ¿Y al gobierno federal tan entretenido en programar giras presidenciales por donde la destrucción es casi total y las promesas, pese al escepticismo, parecen cantos de sirenas? Pero allí están, miles, rogándole a Don Goyo –así llaman al Popo- su propia benevolencia con acentos de idolatría que, de ningún modo, justifican la parálisis institucional al respecto.

Otra muestra de la indolencia: hasta la fecha todavía existen, y en muchos casos habitadas, ciento veinte mil obras cuarteadas, obviamente en peligro de caerse, tras los terremotos ¡de 1985! Casi treinta años después volteamos hacia el ruinoso escenario defeño y nos encontramos con la misma actitud, pastueña e irresponsable, de las autoridades; y, además, miles de quienes se fueron de la ciudad, asustados y afectados... ¡ya regresaron! Esto es como si creyeran –no es así, por supuesto- que los sacudimientos de la tierra son cuestiones del pasado como la extinción de los dinosaurios; por desgracia, no es así y es evidente que la capital del país, no sabemos con precisión cuándo pero no dentro de mucho tiempo, sufrirá otra serie de devastaciones, cada vez más brutales porque el número de víctimas –Dios nos ampare- será mayor. ¿Basta con la conciencia impuesta por los simulacros, sobre todo en las escuelas que no han corregido sus fallas estructurales? Bien conocemos la respuesta.

En Guerrero, Oaxaca y Tamaulipas, sobre todo, el presidente Peña Nieto volvió a seguir los viejos protocolos sobre las catástrofes. ¿Se ha indagado, siquiera, sobre el célebre Fondo Nacional de Contingencias, creado durante el régimen ominoso de Miguel de la Madrid en una pomposa ceremonia en el Museo Nacional de Antropología e Historia? Ni siquiera eso. Pagamos, y mucho, por el rescate de los infelices quienes siguen asentándose bajo los cerros desgajadas –la tragedia se cernió, ahora, sobre la comunidad cafetalera de La Pintada, acaso el espejo de este 2013 rebosante de incumplimientos y no pocas reformas contrarias a los intereses generales pero con consensos entre miembros del “Pacto por México” con sabor a chantaje-, y las rúas de agua frenética que, sin remedio, vuelven a su cauce.

¿Ya olvidamos que la naturaleza corrigió el linde de las playas de Cancún, tras los huracanes de 2005, y que los sectores turísticos volvieron a trazarlos como estaban antes de la tragedia? Dijeron que eran las mejores arenas –artificiales todas-, de la región y que, de no volver al antiguo entorno, los visitantes mermarían hasta abandonar la zona. Por fortuna, la promoción de Cancún y la Rivera Maya –que suele ser un corredor natural de meteoros de alta dimensión-, ha mantenido el flujo turístico... y los riesgos de que las catástrofes se prodiguen sin remedio porque, para colmo, los agujeros de la atmósfera, causados por el ozono han producido fenómenos como el llamado del “niño” y el consiguiente cambio climatológico que es ya alarmante para los pobladores de este universo nuestro.

Ahora, tras los desastres por las riberas del Golfo y del Pacífico, lo mismo en Guerrero y Tamaulipas –las más afectadas junto a Oaxaca y Colima-, se nos vino encima “Miguel” –recordatorio acaso de aquel ex presidente irresponsable y tramposo-, sobre las costas de Sinaloa y las estrujó. Ya había pasado Ingrid por el Golfo... y los golpes siguen dándose. Más de cien muertos, muchos más, acreditados –sólo en La Pintada “desaparecieron” más de cincuenta seres humanos-, a las catástrofes naturales, pero también a la malsana demagogia que requiere de estas tragedias para alimentar la idea sobre un gobierno con preocupaciones sociales que no se reflejan en las leyes ni en la protección a la macroeconomía por encima de la pobreza ancestral de millones de mexicanos.

DEBATE

Las tempestades detuvieron a los maestros. Los dirigentes no sabían cómo componérselas ante el hecho de que el Zócalo fue ocupado como el mayor centro de acopio para la ayuda de los damnificados. Cada año, un suceso similar por la ausencia d suficientes previsiones... aunque nos digan que la cultura de la prevención ha anidado en nosotros, más bien para correr cuando llegan los momentos álgidos; y luego recibir, con bombo y platillo, a las regias autoridades con disfraces democráticos. Lo mismo si pertenecen al PRI, al PAN o al PRD: la lectura es repetitiva y es igual la ironía.

No pueden marcarse diferencias, pero sí similitudes en los dramas recurrentes. Durante un tiempo, sobre todo después del paso de Katrina por el Golfo en agosto de 2005 –también impactó a Cancún-, el demagogo Fox y su consorte aplomada, señalaron que sufrían igual en los Estados Unidos por la imprevisión y hasta se mandó un batallón del ejército que NO pudo distribuir comida porque no llenaron los requisitos mínimos de sanidad impuestos por las autoridades de Houston, en donde se asentó como “apoyo”. El gesto se convirtió en vergüenza. El pretexto, desde luego, nos coloca en la disyuntiva de “mal de muchos”; pero sin consuelo posible porque las torpezas, las corruptelas –se roban hasta los apoyos de ultramar, como corroboré en 1988 cuando Gilberto azotó Yucatán-, y l ruindad política son más devastadores que el paso de meteoros y los huracanes. Por cierto, ¿habrán sido afectados igualmente los narcotraficantes que circulan por las entidades más golpeadas, digamos Sinaloa?

LA ANÉCDOTA

No es momento para sonreír sino para reflexionar sobre el fondo de lo que se contaba en la década de los setenta del siglo pasado, cuando gobernaba echeverría –en minúsculas-, y no dejaba de viajar entre cada negligencia. Dicen que cuando llegó a Venecia, dada su incultura de origen, aquel mandatario, sorprendido por el nivel de las aguas, no pudo reprimir un conmovido discurso que comenzó dirigiéndose al público, poco, que le aguardaba:

--¡Señores damnificados!

Sucede que la industria de la catástrofe suele ser, sin duda, una de las aportaciones más notables de nuestro curioso sistema político.

Hubo un mandatario, Ernesto Zedillo, que en plena gira por Chiapas, en donde las inundaciones eran tremendas, tuvo la ocurrencia pueril de asegurar que los “tsunamis asiáticos”, refiriéndose a los sacudimientos internacionales del dólar, no nos afectarían. Sólo él sonrió, desde luego, aunque algunos de sus incondicionales forzaron el gesto como haciendo una mueca imposible de descifrar. Para colmo, la insensibilidad de algunos, sin castigo, ha convertido cada drama en parte de la cadena de las inmoralidades públicas. Lo mismo ayer y hoy.

web: www.rafael-loretdemola.com

email: loretdemola.rafael@yahoo.com











De Frente y de Perfil


¿Habrá responsables?


Ramón Zurita Sahagún



La magnitud del desastre ocasionado por las lluvias, los deslaves y las inundaciones provenientes de Manuel e Ingrid y la necesaria ayuda que se requiere en todas las zonas afectadas, margina la responsabilidad de algunas autoridades en esta tragedia.

Es cierto que las autoridades contaban con información suficiente para alertar sobre lo que se avecinaba, como también que las lluvias superaron las expectativas consideradas.

Sin embargo, con el paso de los días se ha conocido información suficiente para advertir que ciertas autoridades no actuaron con responsabilidad, otras desestimaron las alertas, mientras que algunas más hicieron caso omiso de ello.

Inmersos en el seguimiento de la asistencia que proporciona el gobierno federal, de las necesidades de los damnificados y de buscar los medios para satisfacer las necesidades de los afectados por el huracán y la tormenta tropical, convertida después en huracán, parece olvidarse que varios de los personajes principales dedicaban su tiempo al reposo y la diversión.

En cuestión de responsabilidades, todos se la sacuden y aseguran que actuaron en tiempo y forma.

Desde el gobierno federal se asegura que se informó con prontitud a las autoridades locales y endosan a ellos la obligatoriedad de informarles a los habitantes de sus comunas.

Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación, dijo que la dependencia alertó a los estados del país desde el 12 de septiembre de las posibles afectaciones por los fenómenos Ingrid y Manuel.

“Se emitieron alertas a través del sistema de alerta temprana para ciclones tropicales a todas las entidades federativas que podrían ser afectadas por ambos fenómenos, así como a las dependencias que integran el grupo interinstitucional”, explicó el funcionario.

Según las autoridades federales el 12 de septiembre se alertó sobre la cercanía de las lluvias y que las dos depresiones toparían con las costas del Golfo y Pacífico, respectivamente.

Conagua explica que cumplió con su tarea, ya que tiene a su cargo el Servicio Meteorológico Nacional y entre sus funciones se encuentran la vigilancia continua de la atmósfera para identificar los fenómenos meteorológicos que pueden afectar las distintas actividades económicas y sobre todo originar la pérdida de vidas humanas. El SMN también realiza el acopio de la información climatológica nacional.

Protección Civil aseguró que anticiparon lo que se venía y que reaccionaron pronto en auxilio de los afectados por las perturbaciones de la naturaleza.

De acuerdo con sus funciones, Protección Civil tiene a su cargo las siguientes tareas:

Preventiva, Toma acciones para evitar y/o mitigar riesgos y daños a la población.

Coordinadora de las diferentes Instituciones que participan en una emergencia.

Normativa, que se debe hacer y que no se debe hacer.

Facilitadora de las acciones que realizan todas las instancias.

Promotora de la Cultura de Protección Civil.

Tanto David Korenfeld como Luis Felipe Puente, encargados de esas áreas se deslindan de lo sucedido.

Otros como José María Tapia, director del Fonden, también se excluye de toda responsabilidad, aunque se afirma que durante la tragedia se encontraba disfrutando del puente de Independencia en Las Vegas, donde se celebró una pelea de box.

El Fonden, según su propósito, fue creado para atender los efectos de Desastres Naturales, imprevisibles, cuya magnitud supere la capacidad financiera de respuesta de las dependencias y entidades paraestatales, así como de las entidades federativas.

De acuerdo con lo anterior Conagua, Protección Civil y Fonden, se encuentran enlazados en estas tareas, desde la prevención, pasando por la rápida atención de los afectados por el desastre, lo que en teoría aplica, aunque en la práctica no operó o, cuando menos no se atendieron sus llamados.

Ahora se sabe que mientras la noche del viernes y madrugada del sábado se desbordaban ríos y se anegaba Acapulco y Chilpancingo, el gobernador Ángel Aguirre Rivero, celebraba con sus amigos.

Del director de Capufe, Benito Neme Sastré, nadie supo nada hasta varios días después, cuando acudió a supervisar la destrozada autopista del Sol.

El gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, disfrutaba de comidas y desayunos en los restaurantes de la ciudad de México, mientras Manuel, ya convertido en huracán transitaba hacia esas tierras.

La alerta fue puesta con anticipación y el gobernador arribó cuando ya su estado se encontraba como zona de desastre.

La furia de los fenómenos meteorológicos dejó como saldo (hasta el momento) 139 muertos, decenas de miles de damnificados, destrucción y pérdidas millonarias.

Reconstruir es una tarea titánica y el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, reconoció que lo más lamentable ha sido la “pérdida de vidas humanas, las pérdida de familias y de mexicanos”.

En su mensaje, el presidente Peña Nieto instruyó a la Secretaría de Gobernación y a los gobiernos estatales a dar puntual publicidad a las alertas que protección civil emita ante las llegada de nuevas tormentas.

Además solicitó que se actualice el Atlas de riesgos, para evitar asentamientos en los que no deben existir construcciones.

Sin embargo, la situación continúa siendo dramática en algunos puntos del país, donde la ayuda llega a cuentagotas, por lo inaccesible de las zonas.

Con todo y ello, valdría la pena que desde las instancias federales se investigue que hacían cada uno de estos personajes, mientras varios estados del país eran devastados por los fenómenos meteorológicos.

BLOQUEOS

El movimiento magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación prosigue con sus marchas movilizaciones y bloqueos.

Siguiendo la ruta del 2006, los profesores bloquearon la Avenida Paseo de la Reforma en el corazón de la ciudad de México y amenazan con quedarse en forma permanente en ese punto, ante la falta de respuesta del gobierno hacia sus peticiones.

El caos de tránsito prevalece y amaga con aumentar.

email: ramonzurita44@hotmail.com

email: zurita_sahagun@hotmail.com

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