EDITORIALES

¿Dueño de un negocio…o empresario?

Sara M. Martínez

Directora de Comunicación Estratégica

En el mundo empresarial, hay dos términos que frecuentemente son utilizados como sinónimos, y que sin embargo ostentan una distancia abismal entre sí: tener un negocio propio y ser empresario.

A pesar de lo que pueda pensarse de primera mano, la diferencia no estriba en el tamaño de la compañía, el giro del sector o su hoja de balance. Los empresarios más grandes del planeta comenzaron en las cocheras de sus casas, vistiendo ropa gastada y sin una secretaria que les tomara las llamadas. La empresa que en la actualidad se considera con mayor valor a nivel mundial se gestó en 1976 en una sencilla casa de Los Altos, California, cuando Steve Jobs, Steve Bosniak y Ronald Wayne crearon la multinacional gigante de la innovación, “Apple”, llamándola así en honor al bonito recuerdo que tenía Jobs de un verano de su infancia en que había sido muy feliz recogiendo manzanas.

La línea que separa a un empresario del dueño de un negocio puede definirse en una palabra: su mentalidad. Aunque hay muchas características que los distinguen entre sí, todas tienen su raíz en la forma de pensar de cada uno, su visión del mundo, y lo que espera dar y recibir de él.

8 diferencias puntuales entre un empresario y el dueño de un negocio

Visión: El dueño del negocio se concentra en la ganancia del día a día. Mientras la venta mensual o anual se concrete, se siente satisfecho, pues su enfoque se encuentra orientado al corto plazo. El empresario, por el otro lado, tiene una visión panorámica: más allá de generar una cifra específica de ventas, busca consolidar una idea, expandirla por nuevos horizontes y crear nuevas oportunidades que lo conviertan en líder del mercado.

Innovación: El dueño de negocio cree en la máxima, “si no está roto, ¿para qué arreglarlo?” Mientras la operación sea funcional, continúa ejecutando los mismos procedimientos, sin preocuparse de nuevas alternativas o procedimientos que pudieran rendirle mejores frutos. El empresario, por su parte, mantiene una cruzada constante a favor de la innovación. Busca incansablemente crear soluciones que penetren nuevos nichos de mercado, fomenten relaciones a largo plazo con los clientes, den origen a la innovación e incluso generen nuevas industrias.

Recurso Humano: El dueño del negocio considera a sus empleados un costo necesario. No le inquieta la rotación elevada del personal ni la relación del empleado con la empresa. Mientras su personal desempeñe sus funciones aceptablemente, considera que está cumpliendo el objetivo. El empresario, por su parte, percibe a sus colaboradores como el activo más importante de la compañía. Constantemente invierte en capacitaciones, incentivos, dinámicas de crecimiento y desarrollo humano para beneficio de su flota laboral. Tiene claro que los empleados comprometidos son quienes logran la excelencia en el funcionamiento de la empresa, por lo que crea una cultura organizacional en la que el colaborador pueda sentirse dueño de la compañía, anteponiéndolo incluso al mismo cliente. Sabe que al interiorizar el sentido de pertenencia, el empleado se preocupará porque la empresa se catapulte a su máximo nivel.

Proyección al Mercado: El dueño del negocio no se interesa demasiado en invertir en su imagen. Construir una marca no se encuentra entre sus principales objetivos: no le molesta poner un logo poco profesional en su tarjeta de presentación ni considera necesaria una estrategia mercadológica. Considera que para lo único que le sirve su nombre comercial, es para que el cliente identifique dónde comprará el producto. El empresario sabe que el valor de su marca trascenderá más allá de sus activos o ventas del momento, por lo que invierte tiempo, recursos y consideración a crear una marca que respalde todas sus operaciones, hable por sí sola de su solidez, trayectoria y producto, y finalmente llegue a convertirse en el factor principal que genere la venta.

Comprensión del Entorno: El dueño del negocio se preocupa excesivamente por la competencia, considerando rivales a quienes se desempeñan dentro de su misma área. Mantiene a distancia a los demás participantes del sector, pues para él son su principal amenaza. El empresario comprende que la principal competencia que tiene es consigo mismo. Se encuentra abierto a la cooperación, y sabe que las alianzas estratégicas, incluso con sus mismos competidores, pueden en momento dado repercutir en beneficio mutuo.

Priorización: El dueño del negocio vive esclavizado por el mismo. Su negocio es lo que le permite ganarse la vida, por lo que llega a convertirse en su prioridad, en detrimento de su familia, actividades de esparcimiento o religiosas, incluso hasta de su misma salud. El empresario le inyecta vida a su negocio, pero no permite que su vida gire en torno a su actividad laboral. Ha logrado la libertad financiera y puede dedicar su vida a actividades variadas, que incluyan un sano equilibrio entre lo familiar, laboral y otros intereses de crecimiento humano.

Factor de Riesgo: Los dueños de negocio juegan a lo seguro. No les gusta probar nuevas ideas, se apegan a lo que ha funcionado en el pasado y sienten un pronunciado temor al fracaso. Los empresarios son aventureros, rebeldes, osados. No les importa el riesgo, pues consideran que el fracaso es simplemente un paso en el camino del aprendizaje hacia el éxito. Se avientan al vacío plenamente conscientes de que ninguna red de seguridad los protege, pero confiados en que su valor y perseverancia los conducirán hacia la victoria.

Responsabilidad Social: El dueño el negocio se preocupa por su beneficio personal. Su meta gira en torno a lograr ganancias, incrementar su cuenta de banco, y vivir una vida de comodidad financiera. El empresario es diferente: siente una responsabilidad social, le interesa mejorar la comunidad donde vive, invierte en investigación y desarrollo, ofrece productos que permiten elevar la calidad de vida. Se preocupa por fomentar la creación de empleos de calidad, en las que su equipo pueda explotar su talento y capacidades, sin que eso implique explotarlos a ellos. Tiene una comprensión holística de su desarrollo como profesional y ser humano. Busca ser un agente de cambio, cambiando la realidad de su entorno para impactar en el presente y en futuras generaciones.

Después de examinar las diferencias entre el dueño de un negocio y un empresario, cabe mencionar que existen áreas de intersección comunes. Todo empresario, para convertirse en uno, debió ser dueño de un negocio primero. A través de su metamorfosis conserva los valores positivos del dueño de un negocio, como la prudencia, la seguridad y la orientación a resultados, pero asciende a un nuevo nivel. No pierde interés en obtener ganancias, simplemente expande su visión para incluir el factor humano, la exploración y el valor de tomar riesgos. Deja de estar preocupado porque su negocio funcione, pues se siente auténticamente entusiasmado. Transmite su energía y su confianza a todo su entorno, desarrollando un imán para identificar nuevas oportunidades de negocio y concretizando sus ideas transformándolas en productos y servicios de valor que cambian al mundo. Los dueños de negocios operan compañías que tienden a desaparecer después de la primera generación. Los empresarios dejan legados que dan la vuelta al mundo, trascienden a muchas generaciones por venir, y se convierten en parte de la historia.

Ojo avizor

José de Jesús Mejía Quiroz

Chequen el dato

En la zona centro de Ciudad Guzmán, los espacios para estacionarse de manera libre son muy pocos, mientras que los que están en uso cuentan con los famosos parquímetros que tantos dolores de cabeza provocan a la población y no es tanto porque existan sino por el hecho de que son tan antiguos que ya muchos se encuentran en mal estado.

No hablo de apariencia, sino de funcionamiento pues los números que marcan el tiempo que se otorga en base a la tarifa establecida no se ven del todo claro, el ciudadano confía en haber depositado el dinero suficiente que le avala el tiempo que pretende estar estacionado en dicho espacio, sin embargo cual es la sorpresa de las personas cuando llegan a su vehículo tras haber realizado algún trámite o alguna faena doméstica en la zona del centro, que encuentra un folio de multa en el parabrisas de su auto, aun cuando no se ha cumplido el tiempo “pagado” por estacionarse.

El problema es que llega la persona que checa los tiempos y se encarga de multar a los infractores que no depositan su óbolo correspondiente por estacionarse y resulta que el maldito aparato está en mal estado y los números no se ven completos o incluso ni se ven, la funcionaria o el funcionario hacen lo más fácil y que remunera al municipio un ingreso, COLOCAR UNA MULTA AL CIUDADANO que muchas veces por no discutir o perder el tiempo tratando de que se condone la multa por la situación señalada, prefiere pagar los dineros que se cobra por estacionarse y no pagar.

No se trata de esto, ni de atacar de manera feroz a la comuna zapotlense por estas acciones, por el contrario, el objetivo de un servidor es que las cosas deben ser claras y legales, se deben revisar los parquímetros y repararlos o en su defecto modernizarlos para evitar que se sigan dando situaciones de este tipo, que lo que ocasionan es las habladurías de la gente que si el ayuntamiento lo hace con premeditación, alevosía y ventaja para allegarse recursos, o que si es algún funcionario el que está enterado y no hace nada para seguir recabando dinero a través de las multas, etc. Etc.

Por esta razón la autoridad municipal debería tomar cartas en el asunto y hacer algo al respecto para que las cosas sean derechas y no haya más quejas de la ciudadanía pretextando el mal estado de los parquímetros.

Tecalitlán de antaño

J. Ángel Chávez Nájar

Existieron algunas fuentes de trabajo

Como se sabe en un principio, los habitantes de este municipio se dedicaron a la agricultura, la siembra de maíz, frijol, garbanzo y varias legumbres, más adelante al cultivo de la caña, pero antes de ser cañero fue minero nuestro hermoso municipio.

ASERRADERO

A principio del siglo pasado fueron establecidos algunos aserraderos entre otros el de “LOS TEJONES”,” EL TEJOCOTE” Y” LAS JUNTAS” Cuyo propietario fue el Sr. Salvador E. Gómez y que fuera administrado por los señores Alfonso Mendoza y Luis Arthur.

M I N A S

La metalúrgica desempeño importante papel a fines de 1800, se explotaba una mina de plata bautizada con el nombre de “LA LUZ” que estuvo ubicada a unos 13 kilómetros de la cabecera municipal, su propietario fue Don Justo Fernández, también estuvo funcionando la mina de “LAS ANIMAS” propiedad del Sr. Arturo Stewar ubicada en la sierra del Alo.

R E S I N E R I A

En 1947 llego a funcionar en un terreno llamado “LAS JUNTAS”, una empresa resinera propiedad del Sr. Vicente Solernon de origen español grandes cantidades de resina eran empleadas para elaborar un producto llamado “COLOFONIA” mismo que tiene más de 500 aplicaciones y que se empleaba principalmente para elaborar “JABON DE OLOR” esa sustancia se embasaba en botes alcoholeros y trasladaba a lomo de bestia hasta la estación del ferrocarril de Tuxpan y de ahí se distribuía a distintos lugares, llegando a enviar remesas a varios países de Sudamérica entre ellos Argentina, datos proporcionados por la Señorita María Teresa de la Mora.

INDUSTRIAS DEL PUEBLO

De 1973 a 1976 fueron instaladas varias pequeñas industrias patrocinadas por la coordinación colectiva de solidaridad social llamadas “INDUSTRIAS DEL PUEBLO” que beneficiaron a un medio centenar de familias.

Estas industrias fueron creadas por el entonces vocal ejecutivo de la comisión del Sur Lic. José Guadalupe Zuno Arce, estas industrias fueron de sexenio.

INGENIO DE SANTIAGO.

En 1886 Don Salvador Mendoza y Don Armando González Mendoza establecieron en el poblado de Santiago un trapiche y en 1898 levantaron el Ingenio Azucarero con el nombre del mismo poblado, dejo de funcionar en el año de 1985.

INGENIO LA GUADALUPE

Con la autorización del Sr. Macario Ramírez, escritor e historiador Tecalitlense, retomo un poco de su obra “LA HACIENDA DE MI PATRON” el ingenio la Guadalupe estaba enclavada en las afueras del pueblo, se cree que tuvo su origen entre 1815 y 1825 siendo propiedad de Don Demetrio de la Mora, más adelante a principios del siglo pasado su propietario lo fue Don Leopoldo Ochoa, posteriormente Don Gonzalo Ochoa de la Mora y según parece el ultimo dueño de este ingenio lo fue el Sr. Jaime Ochoa dejando de funcionar el 15 de Marzo de 1984.

INGENIO LA PURISIMA

Según datos del C.P. José Luis Orozco Silva, el origen del ingenio “LA PURISIMA” inicio actividad en 1852 empezó como trapiche panochero con el nombre de “EL MORTERO” instalado en el poblado de “LA MISERIA” fue hasta el año de 1879 cuando se trasladó este trapiche al poblado de la purísima.

Los primero dueños fue una familia cortes, quienes a la vez, lo vendieron a la familia Ochoa en el años de 1901, este ingenio dejo de funcionar el año de 1992.

MOLINOS PARA NIXTAMAL

Que interesante poder dar a conocer a las nuevas generaciones, las gratas experiencias, anécdotas y recuerdos de nuestra lejana adolescencia juventud, a los “VIEJOS O RUCOS” como nos dicen los “CHAVOS” nos gusta vivir de nuestros recuerdos lo anterior me lo expreso un adulto mayor que se encontraba descansando en una de la bancas de nuestro hermoso jardín, a propósito de lo siguiente: 1940 la población inicia su actividad laboral era tiempos de “ZAFRA” los ingenios azucareros se encontraban en pleno auge, los hombres se preparaban para trabajar, unos como obreros, otros en el campo, unos más en actividades comerciales, en fin cada quien en lo suyo.

Empieza a querer amanecer “LOS GALLOS” animalitos domésticos anuncian el nuevo día, las mujeres madrugan a llevar a moler su nixtamal a los molinos para tortear la masa y elaborar las sabrosas tortillas que han de incluir en el lonche que llevaran el esposo, el padre o el hermano a su trabajo.

En este tiempo la voz popular tenía catalogados a los lugares donde estaban instalados los molinos de nixtamal como lugares de información (CHISMES) donde las mujeres se daba cuenta de los últimos acontecimientos ocurridos en el pueblo.

En fin eso ya forma parte de la historia, como los datos que a continuación les doy a conocer. Molinos para nixtamal: en los años de 1937 hasta mediados de los años 40, funciono un molino propiedad del Sr. Rodolfo Barajas que era movido por motor de gas, mientras que en la calle Colon esquina con Guillermo Prieto Don Epifanio Zúñiga ponía otro molino.

Un poco tiempo después Don José Rebolledo instalo su Molino por la calle Corona y un Ex militar llamado J. Jesús Vargas Torres, hacía lo propio por la calle Juárez en el número 18. Los últimos molinos que funcionaron exclusivamente para nixtamal fueron los de Don Margarito Casillas, el instalo tres el primero de ellos considerado como matriz fue el que tenía por la calle Victoria donde actualmente se encuentra un consultorio médico, uno más por la calle Galeana y el otro por la calle Miguel Pérez Ponce de León.

En 1958 los dueños del ingenio la purísima instalaron un molino para el servicio de los habitantes de dicha comunidad, por cierto el servicio era gratuito. Y para los años 1960 ya se encontraban instaladas las modernas tortillerías que vendían masa y tortillas, pasando a la historia los tradicionales molinos para nixtamal.

La historia de Francia de Lorànt Deutsch

María Palomar

Entre los libros más exitosos en Francia en la tradicional rentrée littéraire del otoño, cuando todas las editoriales presentan sus novedades y comienza la temporada de los premios literarios, está un libro de historia que se llama Hexagone, publicado hace apenas un par de semanas y que ha vendido ya más de doscientos mil ejemplares (y ya se hizo una reimpresión de veinte mil). Hexagone, cuyo subtítulo es “por las rutas de la historia de Francia”, propone distintos itinerarios por las vías romanas, por los ríos y los canales, atravesando los campos y las ciudades, y a partir de ahí pasa revista a una historia de más de dos mil años: desde la fundación de Marsella en el siglo XV aC hasta el túnel bajo el canal de la Mancha, pasando por la victoria sobre los sarracenos en Poitiers o siguiendo por el río Sena el trayecto del estaño de Cornualles, los caminos del ámbar, de la sal y del hierro...

Es un libro divertido en que el autor busca que el lector descubra los vestigios ocultos de siglos pasados: un elefante de Aníbal dibujado en una gruta en Drôme (Delfinado), una torre romana en el sótano de un supermercado de Estrasburgo, el castillo de los condes de Toulouse descubierto cuando se construía el estacionamiento debajo del palacio de justicia.

Lo más notable de este fenómeno editorial es que su autor, Lorànt Deutsch, es un actor joven muy cotizado que ha salido en muchas películas y series de televisión, pero que además es un gran aficionado a la historia y escribe muy bien. Ya en 2009 publicó un libro sobre París, titulado Métronome, un recorrido en metro por la historia de la ciudad que vendió millón y medio de ejemplares, que logró revivir el interés del público por esos temas y, de paso, ofender horriblemente a los historiadores “profesionales” que, muertos de envidia, ya también están criticando (y de paso dando más publicidad) al nuevo libro. 

Lorànt Deutsch es el seudónimo de Laszlo Matekovics, francés de padres húngaros que huyeron de la represión soviética de 1956. Nació en Alençon en 1975 y estudió filosofía y lenguas orientales en la Sorbona antes de dedicarse al teatro y el cine, pero siempre ha sido gran lector y dice que debe su aprendizaje de la historia de Francia a Balzac, Dumas y sobre todo Michelet. Deutsch escribe con entusiasmo y enjundia para hacer una narración sólidamente fundamentada pero sin “marcos de referencia” ni ánimos eruditos: mezcla en su libro historia y geografía, grandes figuras y personas anónimas, hechos y leyendas, pastoras y príncipes. Para quienes han descubierto gracias a él el gusto por la historia de Francia, es una bocanada de oxígeno después de décadas de una enseñanza fragmentaria, tendenciosa y aburridísima impuesta por el sistema educativo oficial (algo que sonará muy conocido también en este país).