miércoles, 9 de octubre de 2013

EDITORIALES






Tecalitlán de antaño 

 




J. Angel Chávez Nájar



Molinos de nixtamal que existieron en Tecalitlán



“Que Interesante poder dar a conocer a las nuevas generaciones, las gratas experiencias, anecdotas y recuerdos de nuestra lejana juventud”

A los “viejos” o “rucos” como nos dicen los “chavos”, nos gusta vivir de nuestros recuerdos, lo anterior me lo expresó un adulto mayor que se encontraba descansando en una de las bancas de nuestro hermoso jardin a proposito de la siguiente viviencia.

1940, la población inicia su actividad laboral, eran tiempos de “Zafra” los ingenios azucareros se encontraban en pleno auge, los hombres se preparaban para trabajar, unos como obreros, otros en el campo, unos más en las actividades comerciales, en fin cada quien en lo suyo.

Empieza a querer amanecer, los “Gallos”, animalitos domesticos anuncian el nuevo dia, las mujeres madrugan a llevar a moler su nixtamal a los molinos para tortear la masa y elaborar las sabrosas tortillas que han de incluir en el “Lonche”, que llevaran al esposo, el padre o el hermano a su trabajo.

En ese tiempo la voz popular tenía catalogados a los lugares donde estaban instalados los molinos de nixtamal como lugares de información (chisme) donde las mujeres se daban cuenta de los ultimos acontecimientos ocurridos en el pueblo. En fin, eso ya forma parte de la historia, como los datos que a continuación les doy a conocer.

Molinos para Nixtamal: En los años de 1937 hasta mediados de los años 40, funciono un molino propiedad del Sr. Rodolfo Barajas que era movido por motor de gas, mientras que en la calle Colón esquina con Guillermo Prieto, Don Epifanio Zuñiga, ponia otro molino por la calle Corona y un ex militar el teniente J. Jesús Vargas Torres, hacia lo propio por la Calle Juarez, en donde se encuentra un servicio de autobaños.

Los últimos molinos que funcionaron exclusivamente para nixtamal fueron los de Margarito Casillas, el instaló tres, el primero de ellos y considerado como “matriz” fue el que tenia por la calle Victoria, en donde actualmente se encuentra un consultorio medico, uno mas por la calle Galeana y el otro por la calle Miguel Perez Ponce de León.

En 1958 los dueños del Ingenio La Purisma instalaron un molino para el servicio de los habitantes de dicha comunidad, por cierto era gratuito.

Ya para los años de 1960 ya se encontraban instaladas las modernas tortillerias que vendian masa y tortillas, pasando a formar parte de la historia los tradicionales molinos para Nixtamal. ¡Que tiempos aquellos, dijera don Teofilito!








Ojo avizor…





José de Jesús Mejía Quiroz


 

Prevenir antes que lamentar



Los dichos mexicanos son de una gran riqueza y ayuda cuando se aplican porque están basados en la experiencia de muchos años eso debemos tomar en cuenta cuando vemos que suceden cosas en otras partes que pudiesen ocurrir en nuestro entorno.

En días pasados debido al paso de dos fenómenos meteorológicos por las costas del Pacífico y del Golfo de México: uno la tormenta tropical Manuel y el otro el huracán Ingrid se puso de manifiesto que el ser humano pese a los grandes avances tecnológicos sigue estando a merced de los elementos y estos de un solo intento puede abatir lo hecho por el hombre.

En Ciudad Guzmán no estamos ajenos de estas desgracias pues nos atraviesa por media ciudad un río, hay asentamientos humanos en lo que antaño fuera parte del vaso lacustre de la laguna de Zapotlán y que por ineptitud o negligencia de políticos de varios lustros, colores y sabores permitieron se fueran poblando esas zonas del municipio ignorando los peligros a que estaban condenando a quienes ahí construyesen sus casas y fincaran sus patrimonios, sueños y esperanzas; esto es una situación real, la laguna en una gran tormenta como las que se presentan en nuestra actualidad puede provocar que el agua reconozca sus cauces.

Muchos podrán decir que no es verdad y que Zapotlán no está en la apocalíptica situación señalada pero retomemos lo siguiente: en Tlajomulco durante el paso de Manuel, un viejo arroyo convertido en arteria vial se vio invadido por las aguas que reconocieron su camino y provocaron grandes pérdidas materiales.

Hace años en Puerto Vallarta se encajonó al río Cuale y durante una gran tormenta “reventó” la obra e inundo la colonia que se construyó tras haber encerrado las aguas del afluente, la naturaleza no se puede controlar definitivamente.

Aquí mismo en Ciudad Guzmán por la década de los setentas el río que atraviesa la mancha urbana tras una creciente debido a una tormenta se salió de su cauce y arrastró mercancías de diversas tiendas comerciales que existían en esos años, en fin ejemplos como estos hay decenas y no queremos llegar a aquello de que después de ahogado el niño, tapar el pozo.

No se trata de culpar a la administración actual de esta situación pues son culpables administraciones anteriores esa es la verdad, lo que si se debe precisar es que la actual tiene en sus manos el buscar enmendar estos errores u omisiones como se les quiera llamar, en Guerrero se presentó la emergencia debido a situaciones iguales que se omitió hacer algo para prevenir desastres, en Ciudad Guzmán confluyen situaciones que deben ser dignas de analizar y son las fallas geológicas que existen en la geografía municipal, el río, la laguna y el hecho de que hay decenas de casas diseminadas por las laderas de los cerros de las Peñas, Los Ocotillos, La Cruz Blanca, etc.

Gente que habita en márgenes de antiguos arroyos, como en Chuluapan, en fin son muchas las zonas de riesgo aquí aplica eso de que cuando veas a tu vecino rasurar, pon tu barba a remojar; es también entendible que para realizar alguna acción para cambiar los errores de administraciones pasadas se requieren recursos financieros que no existen en las arcas municipales y eso es una gran limitante, sin embargo se deben buscar algunas opciones, alguna vez el ex presidente municipal de la ciudad de Colima, Ignacio Peralta Sánchez, hoy funcionario de la SCT federal me hizo mención de algo que es una verdad del tamaño del mundo, “los alcaldes en su mayoría se colocan en una zona de confort con los recursos que se les asignan para obra pública y se limitan a ejercer solamente ese recurso, sin buscar en otras partes dineros que les permitan superar las expectativas planeadas todo por flojera ya que existen organismos internacionales que otorgan recursos para obra social siempre y cuando se base en un proyecto ejecutivo viable y que beneficie a los habitantes de las ciudades solicitantes, en Sudáfrica por ejemplo apoyan a gobiernos municipales en distintas partes del mundo en el sentido de mejorar las vialidades para aminorar los problemas de contaminación”, estas palabras de Nacho Peralta tienen sus bases y fundamentos bien sólidos pues dicho personaje fue secretario de Fomento Económico en el estado vecino de Colima y sabía de lo que hablaba, no era una ocurrencia, ahí es donde podrían acceder los alcaldes que como en Zapotlán tengan zonas de alto riesgo que deban ser reubicadas o realizar obras que eviten o prevengan situaciones de peligro, solo es necesario unirse en un proyecto común de beneficio social y no entorpecer el camino si se decide hacer algo por cuestiones políticas, olvidándose de que se trata de beneficiar a nuestro pueblo…










Opciones


Blanca Esthela Treviño de Jáuregui




Ángeles a montones




Los habitantes de la preciosa ciudad de Los Angeles, California, encontraban a diario ángeles en los sitios más improbables: en la cornisa de un rascacielo, sobre un semáforo, en el señalamiento de una avenida de diez carriles… ángeles por todas partes. La escultora pensó en fabricar ángeles porque para muchas personas los ángeles son símbolo de esperanza: un agradable recordatorio de la existencia de las facultades sublimes que también están presentes en la especie humana. Una motivación a compartir momentos hermosos, gestos tiernos, regalos del alma.

La idea de fabricar ángeles para distribuirlos gratuitamente en la ciudad nació en la mente de una joven escultora de extracción hispana quien prefirió permanecer en el anonimato. No se resignaba a que su ciudad natal fuese escenario de los más violentos crímenes raciales. Deseaba con pasión influir de alguna manera en el ánimo de los angelinos, apabullados tanto por la ola de criminalidad de aquél entonces como por el sismo que sacudía a la ciudad y la enlutara con secuelas de muerte a partir de la tremenda golpiza que recibiera el afroamericano Rodney King mientras era aprehendido por seis oficiales de policía al violar las leyes de tránsito. La espeluznante escena fue captada en video por un testigo y, después de aparecer en los medios de comunicación global, incitó a manifestaciones de fuego y sangre: un fallo del jurado había exonerado a los cuatro policías blancos acusados de dar despiadada paliza con garrotes a Rodney King al momento de la aprehensión.

La terrible noche del 29 de abril de 1992 una muchedumbre enardecida provocó 7,000 incendios que iluminaron el cielo de Los Angeles. El video mostró al mundo entero lo que pueden hacer seres endemoniados por el odio: casi destruyen la ciudad convirtiéndola en un infierno. Las guerras raciales y las manifestaciones se agudizaron.

Con una camioneta repleta de ángeles color rosa fosforescente la escultora hispana salía a diario a distribuirlos por la ciudad; deseaba ardientemente promover la paz. La producción de ángeles de plástico resistente y flexible se llevaba a cabo en su modesto taller. Guardaba celosamente las fotografías de las primeras personas que se sorprendieron agradablemente al encontrar los querubines: volteaban de un lado al otro buscando al dueño y, al no encontrarlo, tomaban al ángel en sus brazos. Algunos los besaban.

El proyecto de reconstrucción de ánimo que inició y financió la escultora tuvo tal éxito, que el municipio dispuso la cantidad de $45,000 dólares para fabricar más ángeles. Los resultados fueron espectaculares: por primera vez en mucho tiempo las noticias televisivas informaron sobre cambios de conducta y de actitud de los angelinos. Hasta los corazones más duros y los criminales más empedernidos han sido subyugados por la magia de los querubines. La joven escultora trabajaba a todo vapor para surtir el enorme pedido. Cada ángel llevaba impreso un número. Niños, jóvenes, adultos y ancianos participaron en el juego: “¿Qué número lleva tu ángel? Cuando alguien se encuentre un ángel, hay que abrirle las puertas del corazón y ¡dejarle entrar!”

El término ángel es un concepto universal común a todas las culturas que ha sobrevivido el paso de los siglos. Esculturas de ángeles aparecen en los bajorelieves de las tumbas egipcias, así como en el arte y las escrituras de budistas, hindúes, hebreos, musulmanes y cristianos. Los luminosos seres celestes están en todas partes, siempre prestos a brindar ayuda y mostrar el camino. La marca de un ángel es el amor. Hay un ángel tratando de comunicarse en cada olvidado recoveco y en cada obscuro callejón.

La escultora se comprometió con el municipio a fabricar, transportar y distribuir los querubines hasta que se terminaran los fondos de la concesión. Los llevaba a los barrios más conflictivos y marginados para colocarlos sobre bardas con impactos de bala impregnados de sangre, sobre desechos de construcción, en los resquicios de casas semidestruidas por la violencia.

Los querubines llegaron a la ciudad de Los Angeles en 1992 para decirles a los angelinos que no se olviden de amar. Los ángeles alientan a buscar las cualidades, los talentos escondidos, el potencial presente en cada ser. Están entre ellos para darles una mano y levantarles el espíritu. Ayudan a ver la vida con una nueva luz: la de la fe y esperanza que da el amor.

No importa que los ángeles sean de fabricación casera. Después de todo, ángel es aquél que penetra la fría región de la soledad humana y ayuda a sacar el ángel que cada quien lleva dentro.

betrevino@prodigy.net.mx









Conjeturas 

 




Recesión y depresión económicas… ¿y las políticas públicas?



Álvaro Cepeda Neri



En reciente entrevista con el reportero Jorge Ramos, Jesús Ortega salió con la gran idiotez de que Peña “rompe con el dogma neoliberal” (El Universal: 16/IX/13); y así, tras la crisis-desastre del calderonismo y un PAN reacio a las intervenciones sociales, económicas y políticas en los mercados que aplaudieron las contrarreformas del Pacto por… Peña, y con aullidos de Los Chuchos, el peñismo de Videgaray y Pedro Aspe, con su neoliberalismo económico de privatizar hasta las políticas públicas –como la política económica gubernamental–, han terminado por empujar a la Nación al precipicio de la recesión económica durante diez meses y ya de plano entrar a la depresión; lo que anuncia para los mexicanos algo peor que lo acontecido en Grecia, España y Brasil, ya que estamos en vísperas de revueltas por hambre, pobreza y desempleo. Ya no hay vuelta de hoja: el peñismo, entretenido en sus contrarreformas que solamente implantan cambios laborales contra los maestros y los trabajadores, no ha reaccionado a los problemas públicos y permitió que los empresarios también contuvieran su participación en los mercados.

Esos mercados están paralizados, atrapados entre la recesión y la depresión económicas, cuando todos los indicadores económicos (The economist: Guía de los indicadores económicos; ediciones del Prado), precisamente, indicaban que las economías mexicanas (pública, privada y la caída de las exportaciones, mientras aumentaban las importaciones), aceleradamente iban a radicalizar el desempleo, el hambre, la pobreza, por la casi total ausencia de gasto público a la par del retraimiento de empresarios, banqueros, patrones y demás inversionistas. Todo favoreció al capitalismo financiero del neoliberalismo. Peña y Videgaray-Aspe tensaron la crisis y ha reventado, al no haber tomado y ejecutado decisiones de política económica para activar el consumo, el empleo y aumentar los salarios del sector público, negociando con el FMI y el Banco Mundial, disponer de 100 mil millones de dólares de los 180 que está en la reserva; y que los patrones hicieran lo mismo con sus empleados.

Pero no. El peñismo y su Pacto por… Peña actuaron a la defensiva y se acomodaron en la divisa de la fisiocracia: “dejad hacer, dejad pasar” y ahora tenemos un desastre generalizado, con lo cual los 114 millones de mexicanos (descontando a los Slim, Azcárraga, Larrea y demás enriquecidos con la pobreza del país), no tienen más opción que competir a muerte por los puestos de trabajo que restan; y que los pobres se levanten en revueltas contra el mal gobierno. Peña empezó por donde debería haber terminado. Primero el empleo, el hambre, las inversiones, el gasto público, eran prioritarios. Y sus contrarreformas para dentro de cuatro años, permitiendo a los maestros actualizarse durante los primeros años del sexenio y aumentarles los salarios igual que a los trabajadores. Es decir: reactivar las economías. Pero no y ya tenemos la recesión con visos de depresión que puede provocar el estallido social.

cepedaneri@prodigy.net.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinion es muy valorada