jueves, 11 de julio de 2013

EDITORIALES







PRD: la derrota maquillada




Carlos Loret de Mola



 

En su primera elección sin Andrés Manuel López Obrador, el PRD perdió posiciones importantes y lo poco que ganó fue con aspirantes del PAN, aliado que le sirvió de refugio para disimular sus malos números.

Los operadores perredistas señalan que el análisis de estos comicios debe comprender que su partido no se jugaba ninguno de sus bastiones, por lo que no se puede hablar de pérdidas desastrosas, pero conceden que tampoco tuvo avances en ninguno de los estados en disputa.

Los números son duros. En Quintana Roo, el PRD había convertido Cancún en su territorio, de la mano del polémico Greg Sánchez, quien renunció al partido poco antes de los comicios. No sólo perdieron el domingo esa alcaldía (Benito Juárez) ante el PRI, sino que cayeron hasta el tercer lugar, por debajo del PAN. Además, perdieron los cuatro distritos que tenían en alianza con el PAN y les arrebató el PRI los cinco municipios que gobernaban aliados con el blanquiazul.

En Puebla, el año pasado ganó López Obrador la elección presidencial. Esos votos se han esfumado. El PRD logró aumentar su presencia en Puebla, pero las victorias importantes, como el Gobierno de la capital estatal, fueron con candidatos panistas, en coalición. De los siete distritos locales que tiene Puebla capital, seis ganó la coalición PAN-PRD con candidatos panistas. El séptimo era perredista. Fue el único que perdió.

Gracias al lopezobradorista Ricardo Monreal, el PRD presumía que Zacatecas era territorio amarillo desde que conquistó la gubernatura en 1997. Sin embargo, desde la elección anterior, el PRI volvió a ser primera fuerza, quitó el Gobierno al PRD y el domingo lo dejó en tercer lugar (¡abajo del PT!), apenas arribita del PAN que ocupa el cuarto sitio.

Otro ex priista que llevó al PRD a gobernar un estado fue Alfonso Sánchez Anaya en Tlaxcala, en 1999. De esa gloria nada queda. Ya ni Sánchez Anaya es perredista. Tenían un distrito y subieron a tres, gobernaban 11 ayuntamientos (dos en alianza con el PT) y bajaron a ocho. En Veracruz se mantienen como tercera fuerza electoral con 39 ayuntamientos y tres distritos, prácticamente lo mismo que tenían antes del domingo y sin poder cantar la conquista de alguna alcaldía importante.

En Aguascalientes pasaron de nada a algo, pero montados en la estructura local del PAN. En Sinaloa tenían presencia mínima y se quedaron igual. En Coahuila bajaron de tres a un municipio. En Durango se quedaron con cero distritos y cero ayuntamientos (tenían 18 en coalición con el PAN).

En Hidalgo, cero distritos.

En Tamaulipas perdieron su única alcaldía.

Así, la victoria importante que pueden festejar es… del PAN, en Baja California.

Es verdad que no estaban en juego estados en los que son fuertes como Tabasco, Morelos, Guerrero, Michoacán. Ni su bastión de bastiones, el DF.

Pero poco tienen que celebrar en el PRD. Y mucho que pensar para adelante... sin López Obrador.






Algo más que palabras

 

Víctor Corcoba Herrero

¿Quién llora por la violencia que hay en el mundo?

  
Confieso que me impresiona el sentimiento de miedo que nos oprime ante tantas violencias que se sirven en bandeja a diario. Deberíamos estar mucho más atentos al mundo en el que vivimos. Andamos perdidos, desorientados,  y, en todo caso, lo que amasamos es violencia y más violencia. No somos capaces de ayudarnos unos a otros. Hemos perdido el sentido de la responsabilidad y nos domina una corriente de necios que no entienden de fraternidad y muchos menos de actitudes solidarias. También nos hemos dejado acompañar por una cultura cínica, mediocre a más no poder, que además está  subvencionada con el sudor y las lágrimas de los trabajadores, que se muestra insensible al grito del débil, con una marcada actitud de indiferencia ante los problemas ajenos, que ha de cesar de inmediato. Por desgracia, determinados poderes intimidan para mantener su propio bienestar. A veces la crueldad es tan descarada que cuesta entender tanta dejadez social. Parece como si nadie sufriese por nadie. La pasividad es tan profunda en ocasiones que cuesta entender el poco acompañamiento que tenemos ante la congoja de nuestra misma especie.

                Con violencia jamás se resuelve nada. Lo sabemos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte parece que hemos nacido para la barbarie, puesto que apenas hacemos nada para contrarrestar las muchas violaciones que se producen a diario en los mismos derechos humanos. A mi juicio, cada día son menos los sollozos por estas pérdidas, hasta el punto que estamos convirtiendo nuestro propio hábitat en una continua catástrofe humanitaria. Para desgracia de todos nos hemos acostumbrado a este tipo de desórdenes. No se pueden cerrar los ojos al tormento (y a tantas torturas) del prójimo. La complicidad es un consentimiento en toda regla. Siempre habrá dolor que precise consuelo y ayuda. Siempre habrá exclusión y soledad que llame a nuestra puerta. Siempre habrá, en definitiva, gentes que necesitan compartir sus angustias para levantar cabeza. Ciertamente, cuesta entender que la violencia se practique a plena luz del día con total descaro  y que, aún sigamos hablando de realizaciones humanas pacíficas,  mientras la brutalidad no cesa.

                Desde luego, no hay mayor frustración que seguir activando la fuerza con las simientes del odio y la venganza, que practicar el terror para imponer determinadas políticas, que sembrar la irracionalidad y permanecer impasibles. La sociedad, en su conjunto, debe despertar ante este alarmante panorama haciendo valer la vida por encima de todo. No podemos (ni debemos) convivir con el salvajismo sin decir nada. ¿Cómo se ha podido llegar a esta situación de frialdad humana? En el fondo, pienso, que hay  una profunda crisis de humanidad, una especie de eclipse en la conciencia, que nos ha vuelto personas interesadas, en sorprendente y continua contradicción. El deber de solidaridad debiera estar presente en nuestro diario de vida y para ello debieran educarnos.

                A poco que indaguemos por la vida, constatamos que los seres humanos vivimos en una situación de violencia sin precedentes, de desesperación  y también de desesperanza. Sin duda, el mundo sería radicalmente otro, sí los dirigentes nacionales e internacionales se tomasen en serio las prioridades humanas por encima de cualquier otra o sí las mismas personas dijésemos ¡basta!. Al fin y al cabo, tan vital como reencontrar nuestro sitio en el mundo es ponerse a disposición del necesitado. Hasta ahora hemos visto, sobre todo con la crisis financiera, que a veces se protegen mucho más a las instituciones, o a las  misma entidades crediticias, que a las personas. Para evitar caer en la indiferencia más absurda, se han de respetar algunas exigencias, tales como afianzar el valor primordial de los valores humanos, unido a la acción perseverante de ciudadanos honrados y desinteresados. Únicamente así, con la adhesión a profundas convicciones éticas, se podrán desterrar realidades deshumanizadoras. De lo contrario, sólo pueden llevarnos a la evidencia de la ley de la selva.

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Conjeturas

La guerra antiinmigración estadounidense

Álvaro Cepeda Neri


ar la privatización… si el pueblo con su democracia directa no lo impide con un levantamiento al estilo de Brasil.

Es archisabido que los estadounidenses, casi desde siempre, solamente tienen intereses. Son el centro del capitalismo moderno tras las dos guerras mundiales, hasta llegar de la mano del liberalismo económico (porque hay el liberalismo político, que no es lo mismo, pues una cosa son las libertades económicas y muy otra las libertades políticas; tal y como hay dos democracias: la representativa y la directa, la del pueblo, que desde Atenas, su cuna histórica, está en la calle con manifestaciones que han llegado a revueltas y, en una de esas, contra las autocracias, hasta en Revoluciones de mayor a menor calado). De la mano, pues, de las teorías de Adam Smith hasta Milton Friedman, han llegado al neoliberalismo del capitalismo salvaje en su política de expansionismo mundial. 

Con gran des dosis discriminatorias raciales, los estadounidenses, que vivieron de la esclavitud para su primera etapa capitalista, desprecian a otras razas, máxime son latinoamericanas, comulgando con las europeas, pero no con las asiáticas ni orientales. A nosotros los mexicanos nos subestiman; pero, no así a las riquezas naturales y a la mano de obra a la que aceptan en términos de semiesclavitud. Ellos como nadie requieren de los migrantes para ocuparlos en las tareas más duras y los que se van en busca de trabajo lo hacen porque en sus países, como el nuestro, gobernantes y empresarios (los dos casi siempre proestadounidenses, por su característica desnacionalizada), no generan oportunidades laborales. 

Nuevamente esos estadounidenses han decidido reasegurar, con muros, policías despiadados, aviones, radares y sensores e incluso perros de caza, clausurar su frontera, para impedir al máximo que mexicanos y del resto de América Latina (no se diga chinos, africanos, etc.), crucen esa línea para impedir la libre circulación de recursos humanos. Ellos, los campeones de la libre circulación de capitales para sus inversiones que explotan desde mano de obra, recursos y facilidades, ya no quieren migración. Y han declarado la guerra a los mexicanos. No así a Peña Nieto, a los sectores empresariales, sus cómplices; pero sí, al pueblo, a los pueblos latinoamericanos. Para dizque hacer el favor de reconocer a los más de once millones que trabajan allá sin documentación, han aprobado levantar, para completar, un muro infranqueable en el sur fronterizo de su país. 

Es la declaración de una guerra antiinmigración. Una guerra económica. Una guerra política. Una guerra social. Van a detener a los que crucen y a deportarlos; pero, antes, a golpearlos, encadenarlos. El peñismo, los partidos, los empresarios, los banqueros, todos a una, sordos a esa guerra que aprobaron en su Congreso. Defienden sus intereses, mientras las cúpulas de la democracia representativa, apenas si han emitido, como el tal Meade, titular de Relaciones Exteriores, un acuse de recibo a los estadounidenses que decidieron cerrar su frontera, agrediendo a México, robándonos territorio, interviniendo en los asuntos internos, y que vienen, de la mano de Peña neito, por inversiones en Pemex para consum  





De Frente y de Perfil

 

El nuevo fenómeno político

Ramón Zurita Sahagún




Un nuevo fenómeno se presenta en los procesos electorales del país, los que, lamentablemente, se han venido sucediendo con mayor frecuencia en los más recientes procesos comiciales.

El fenómeno creciente en todo el país, puede derivar en una situación incontrolable, que ponga en grave riesgo la endeble democracia mexicana.

Se trata del asesinato de los candidatos y la aceptación de suplencia por parte de familiares cercanos a los sacrificados, los que son habilitados días antes del proceso y ganan, con amplia ventaja.

El fenómeno se presentó nuevamente, con el resultado de que la suplente de Ricardo Reyes Zamudio resultó ser su hija, Alma Leticia Reyes Guerra, una joven de 23 que aceptó el reto, consciente de lo que había pasado con su padre.

Alma Leticia ganó en forma abrumadora en proporción de casi tres a uno sobre su más cercano competidor, el candidato del PRI en San Dimas, Durango, un poblado serrano, lejano a la capital del estado.

Su nominación como candidata fue un par de días antes del proceso electoral y luego de que su padre, candidato a alcalde del Movimiento Ciudadano, fuese asesinado.

Pero no fue el único caso, la viuda de un diputado local electo el año pasado en un distrito de Sonora, también fue nominada como candidata para la elección extraordinaria que se desarrollo el domingo pasado.

El caso fue muy sonado, ya que el diputado propietario fue mandado asesinar por su suplente, quien pretendía ocupar la curul.

La situación se presentó confusa, ya que el propietario estaba muerto y el suplente fugado, por lo que se convocó a una extraordinaria, donde la mejor candidata del partido ganador resultó ser la viuda del diputado electo.

La eventualidad de que la candidatura de un candidato asesinado recayese en un familiar cercano se presentó en un hecho similar en Tamaulipas, cuando el candidato priista al gobierno estatal, Rodolfo Torre Cantú fue asesinado, menos de una semana antes de los comicios.

Torre Cantú era el favorito por mucho en las encuestas, por lo que la nominación le fue ofrecida a su hermano mayor Egidio, quien sin hacer campaña arrasó en las urnas.

Los dos ejemplos anteriores son terribles, pero retratan la situación en la mayor parte del territorio nacional, donde candidatos y partidos son asediados por los grupos delincuenciales y, en algunos casos, son forzados a negociar con ellos.

Quienes rechazan hacerlo, en ocasiones diversas, son amenazados, presionados, golpeados, heridos y hasta muertos, como en muchos de los casos.

No siempre aceptan los familiares cercanos el participar como candidatos suplentes, aunque al hacerlo conmueven las fibras sensibles de los votantes y como en los casos narrados, obtienen triunfos arrolladores.

La idea germinó en las mentes políticas cuando el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado en Lomas Taurinas y algunos propusieron como candidato suplente a su esposa, Diana Laura Riojas, aunque la idea no prosperó, ya que ella padecía una enfermedad terminal que pronto acabó con su vida.

También se analizó la posibilidad de proponer como candidata al gobierno de Colima a Norma Galindo Matías, viuda del gobernador en funciones Gustavo Vázquez Montes, aunque este murió en un accidente de aviación.

El suceso en que perdió la vida el entonces gobernador de Colima fue visto con sospecha por muchos, ya que consideraron que no fue accidente, sino que se trató de un atentado.

La idea de convertir a su viuda en candidata priista al gobierno de Colima no se concretó y el candidato del PRI fue Silverio Cavazos Ceballos, quien ganó con amplitud la contienda electoral, terminó el mandato y a los pocos meses de ello fue asesinado.

Este es un ligero recuento de los casos más sonados de los crímenes políticos cada vez más frecuentes y que han dado pie a las suspicacias y provocado el fenómeno de los suplentes familiares como candidato, para aprovechar el impacto que estos asesinatos causan en el electorado.


EL CRECIMIENTO DEL PANAL


Desde que Mónica Arriola Gordillo asumió la operación política del Partido Nueva Alianza, este logra un mayor posicionamiento en el electorado y obtiene posiciones que en el pasado se consideraban inalcanzables.

Desde que Elba Esther Gordillo, creadora del partido fue detenida en febrero pasado, existían dudas sobre el futuro del Partido Nueva Alianza y lo que sucedería con él en los siguientes comicios.

Para su buena fortuna, Nueva Alianza está catalogado como uno de los grandes triunfadores de la pasada contienda electoral, aunque sus victorias no ocurrieron en los principales ayuntamientos del país.

Eso sí, Nueva Alianza puede hacer lo mismo que el PRD, colgarse de los principales triunfos alcanzados en la alianza que establecieron el partido de izquierda con el PAN.

Considerando esos triunfos, el Panal ganó el gobierno de Baja California, los principales ayuntamientos de Puebla, incluida la capital del estado, las ciudades más importantes de Veracruz (en alianza con el PRI), varios ayuntamientos de Sinaloa, en la misma alianza con el PRI y el Verde, Chihuahua, Quintana Roo, entre otros estados, donde con el partido aliado consiguió las principales alcaldías.

Pero Nueva Alianza también alcanzó triunfos propios y estos se dieron en Aguascalientes, con tres alcaldías; Tlaxcala, con otras tres; Oaxaca, con seis ayuntamientos, entre otros estados.



EXTRAORDINARIO

El próximo período extraordinario del Legislativo se dará en una sola Cámara, la de Diputados, ya que los senadores no participarán en las discusiones de los dictámenes. 

Por votación mayoritaria, los integrantes de la Cámara Alta rechazaron participar en el período que se inicia la semana próxima y dejaron todo el paquete a los diputados.

email: ramonzurita44@hotmail.com

email: zurita_sahagun@hotmail.com




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